

Encontrá resultados de fútbol en vivo, los próximos partidos, las tablas de posiciones, y todas las estadísticas de los principales torneos del mundo.


Con el número 14 en la espalda, Héctor Goti se convirtió en una leyenda del rugby argentino al formar parte de aquel seleccionado nacional que en 1965, en Sudáfrica, dio origen a los Pumas. Wing definidor, fuerte e incisivo, resultó, junto a Aitor Otaño y a Raúl Loyola, el tryman del equipo, con 7 conquistas en 9 partidos en esa gira que marcó un antes y un después. Pero Goti acuñó en su vida de hombre de rugby algo mucho más significativo: fundó un club. En Suipacha, adonde se fue a vivir tras colgar los botines, creó, junto a unos amigos, el Suipacha Rugby Club, en la provincia de Buenos Aires. En Suipacha, también, fue enterrado el viernes, luego de morir el jueves, a los 75 años. Había nacido el 21 de octubre de 1941.
Jugador del Club Universitario Buenos Aires (CUBA), Goti fue campeón de la UAR con su club, argentino con Buenos Aires y sudamericano con el seleccionado. Su último encuentro con la celeste y blanca fue ante los sudafricanos Gazelles, en 1966, con una particularidad: en el mismo partido se sacó de lugar los dos hombros y jugó hasta el pitazo final.
Arquitecto de profesión, dedicado al campo desde su llegada a Suipacha y nunca alejado del rugby, Goti fue un hombre amable, simpático y con una memoria prodigiosa para recordar cada uno de los detalles de la gira de 1965, que lo tuvo como único representante de CUBA.
Si bien no jugó el famoso partido contra los Junior Springboks que significó poner al rugby argentino en el mapa mundial, fue titular en más de la mitad de los encuentros y estuvo en una de las puntas en otra de las victorias trascendentales, la del 22-6 ante el poderoso Southern Universities, en Newlands, Ciudad del Cabo. También fue titular -e hizo 2 tries- en el primer triunfo de la gira -clave para fortalecer el carácter- frente a Western Transvaal.
Cuando terminó esa legendaria gira, Goti y el Alemán Rodolfo Schmidt, ya Pumas y amigos desde sus épocas de estudiantes, no regresaron a la Argentina y emprendieron un largo viaje por Africa y Europa. “Fue muy fuerte ver que se iba el tren con todos los que habíamos pasado juntos esos dos meses maravillosos y que nosotros nos quedábamos. Llorábamos todos”, contó Goti en el libro El Rugido, publicado en 2015, a 50 años de la gira.
El viaje de Goti y Schmidt, médico que desde hace más de 40 años vive en Alemania, pasó por Mozambique, Zanzíbar, Egipto, Beirut, Líbano y Chipre. Tras andar en barcos, trenes y aviones, en Grecia se separaron. El segunda línea de Pucará se fue a Austria, donde tenía familiares, y el wing de CUBA a París, donde vivían dos de sus hermanos. “En El Cairo estaban esperándonos en la Embajada como dos héroes. Ahí recién tuvimos conciencia de lo que estaba pasando con los Pumas en la Argentina”, recordó Goti.
En París, Goti llegó a jugar en la Intermedia del Racing de esa ciudad, conocido como el Racing Metro. “No podían creer que yo me compraba los botines; ellos ya eran profesionales”, recordó. Ahí donde fuese, Héctor Goti llevaba el rugby.



