¿Qué harán ahora con todos los datos del Fan ID?
MOSCÚ.- Un Mundial sin necesidad de sacar visa. Solamente una identificación "básica" como hinchas de un seleccionado que se pide por internet y que le llegará a su casa si usted así lo prefiere. O que podrá retirar en los centros de distribución de las diferentes sedes. Apenas una identificación colgada del cuello junto con la entrada para el partiod.
De ese modo se promocionó el sistema de identificación para los fanáticos para llegar a un país al que se lo imaginaba más que conocerlo. Según cifras dadas a conocer por Gianni Infantino, presidente de la FIFA, Rusia 2018 tuvo más de un millón de extranjeros. Todos ellos tuvieron que sacar su Fan ID. El manejo de semejante volumen de datos quedó al margen de la órbita de la FIFA y fue llevado adelante por el Ministerio de Comunicaciones de Rusia. Una de las preguntas que sobrevolaron durante el Mundial es que pasará con toda esa información personal una vez que el Mundial haya terminado. Una base de datos enorme de gente que es fanática de ver fútbol y viajar por el mundo. Perfiles muy valiosos para conocer gustos y preferencias.
"El Fan ID fue una gran ventaja para los espectadores. No tuvieron que sacar visa. El transporte público fue gratis y también los trenes para viajar a las sedes. Además brindaron normas de seguridad. Cuando alguien hizo algo inadecuado y se le quitó el Fan ID, fue una decisión de las autoridades según las leyes de nuestro país", comentó Alexey Sorokin, director general del Comité Organizador Local. La preocupación sobre el uso futuro de la información contenida en el Fan ID intentó ser despejada por Sorokin en una rueda de prensa: "Los datos fueron simples y básicos. El propósito de recolectarlos fue para que las personas no se vinculen a actividades ilícitas y para identificar a hinchas que estuvieran en listas negras en diferentes países. Este fue un campeonato muy seguro y esa información es confidencial. ¿Qué pasará con ella? Es algo que concierne al Ministerio de Comunicaciones...".
El Fan ID, una tarjeta plastificada similar a una hoja de pasaporte, fue el puerto de llegada de todos los rastros digitales y físicos de los fanáticos. La información contenida allí, cruzada con los datos de ingreso al país y la dirección donde vivía el visitante (todos los hoteles y dueños de departamentos están obligados a registrar ante las autoridades los nombres de los huéspedes) fueron claves para identificar y ubicar a quienes, por ejemplo, se comportaron de modo grosero con algunas mujeres rusas. Pero nada hubiera sido posible sin las cámaras instaladas en lugares públicos: se estima que antes del Mundial se instalaron alrededor de 500 mil cámaras en estaciones de trenes y metro. Con la información ya registrada del fanático, y los datos biométricos de las cámaras, encontrar a los que cometieron desmanes fue cuestión de un par de horas.
La FIFA mantuvo distancia con el Fan ID. Lo aceptó del gobierno ruso y siguió su evolución. ¿Lo usará en Qatar 2022 ? "Vamos a estudiarlo. Tuvo sus beneficios. Se precisa una enorme infraestructura detrás para poder implementarlo. Sacaremos nuestras conclusiones luego del Mundial", dijo Colin Smith, director de competiciones de la FIFA. Sorokin a su lado sonreía: sus hinchas y sus trenes rigurosamente vigilados no experimentaron demoras ni contratiempos.