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Por estos días, Japón es sinónimo de River, que el próximo miércoles debutará en el Mundial de Clubes ante el local Sanfrecce Hiroshima, por la semifinales del certamen. Pero hoy es una jornada especial para los hinchas de Boca y sus recuerdos orientales: se cumplen 12 años del triunfo ante Milan, por la ya extinguida Copa Intercontinental. En aquella noche en Yokohama, Carlos Bianchi y sus dirigidos se impusieron en los penales, luego de igualar 1-1 en los 120 minutos, y conquistaron el tercer campeonato del mundo para el club. El gol de Donnet y el penal de Costacurta. Abrazos, festejos y lágrimas. Muchas cosas aún están vivas en la memoria de los xeneizes, aunque también hubo detalles que pasaron inadvertidos. canchallena.com redescubre tres historias de un partido para la historia.

La pelota acaricia la red y Boca es el nuevo campeón del mundo. Para él, Carlos Bianchi, es su tercer título intercontinental. Se abraza con sus colaboradores más cercanos y comienza a caminar hacia una de las plateas. A lo lejos, saluda a Margarita, su mujer, y a Mauro y Brenda, sus hijos. El Virrey siente que lo tiene todo: un triunfo que lo convierte en el DT más ganador del mundo y una familia incondicional. Pero algo le falta. "Todavía le tenés que ganar a Olimpo", le reclama su hijo desde la tribuna del estadio mundialista.
Esta anécdota la contó el propio entrenador tiempo más tarde. Lo que no sabía es tardaría más de 10 años en cumplir con el pedido de Mauro. Bianchi recién consiguió una victoria ante el conjunto de Bahía Blanca en el torneo final 2014 (fue 2-0, en la Bombonera, con goles de Sánchez Miño y Riquelme). En total, lo enfrentó en en cinco oportunidades: un triunfo, una derrota (3-0) y tres empates (dos 1-1 y un 2-2).

Los jugadores se abrazan, gritan, saltan. Aún no pueden creer que volvieron a conquistar el mundo del fútbol. Uno de ellos es Roberto Abbondanzieri, quien se acaba de lucir en la definición por penales al detener dos disparos, además de una atajada fundamental en el alargue. Para el Pato se trata de la segunda Copa Intercontinental, pero la primera desde el campo de juego. Uno de los japoneses de la organización y un traductor irrumpen en la marea xeneize en busca del arquero. "Tiene que venir con nosotros, fue elegido la figura de la final y debe recibir la camioneta de regalo", le dice el asistente. "No, estoy festejando. Que vaya otro", le responde Abbondanzieri. Rápido de reflejos, los organizadores llaman a Matías Donnet, quien marcó el gol del empate y también convirtió en la definición desde los 12 pasos.
Milan falló tres penales (dos atajados y uno desviado) y apenas convirtió uno. Boca, en cambio, marcó dos y sólo le atajaron uno (a Battaglia). En este contexto, es el turno de Raúl Cascini. Si convierte, los xeneizes ganarán la serie. Si falla, habrá que seguir esperando. La confianza del volante central es mayúscula. Se saca la campera que lo protege del frío japonés. Camina unos pocos pasos y se da vuelta para mirar a sus compañeros, que están fundidos en un abrazo a lo largo de la línea de la mitad de la cancha. "Tranquilos, muchachos, ya somos campeones", les dice el 22. Llega al área, acomoda la pelota y define arriba al palo izquierdo de Dida, que se juega para el otro lado. Boca es campeón del mundo.
A 12 años del título, Nicolás Burdisso recordó el triunfo a través de su cuenta de Twitter:
Hace 12 años Campeón Intercontinental por segunda vez! #Boca@BocaJrsOficialpic.twitter.com/WpG1bHnyml&— Nicolas Burdisso (@NicoBurdisso_8) diciembre 14, 2015Confeso hincha de Boca, Larry de Clay viajó a Japón en 2003 para cubrir la final para el Show de Videomatch. Su emoción durante la definición recorrió todos los medios.
Un día como hoy, hace 12 años, todos los bosteros estábamos como @LarrydeClayOK. A pura emoción. pic.twitter.com/8ZwevsVtxH&— Regina Falangi (@GemmaSJ) diciembre 14, 2015jp/ae


