Argentina-Croacia, Mundial Rusia 2018. Caballero, con el peso de sentirse culpable de la caída
NIZHNY NÓVGOROD, Rusia.– En silencio, encorvados, con la mirada perdida. Cuando todavía algún grupo de rezagados hinchas croatas festejaban afuera del estadio por la goleada de su equipo ante la Argentina en la segunda fecha del Mundial y el anochecer se confundía con el amanecer, los jugadores del seleccionado albiceleste empezaron a salir uno a uno del vestuario. Una espera que llegó hasta los primeros minutos del viernes ruso, cuando el sol ya aparecía en el horizonte y teñía de naranja el río Volga.
Solo Javier Mascherano, Sergio Agüero y Enzo Pérez decidieron frenar para intentar explicar lo que, un rato antes, había sucedido en el campo de juego. Fue Claudio Tapia, el presidente de AFA, quien encabezó esa fila. Lionel Messi , el capitán argentino, fue el primer jugador. Los otros fueron desfilando y atrás, en la última tanda, apareció Wilfredo Caballero , el hombre más señalado de la noche.
Encogió sus hombros en señal de respuesta cuando intentaron preguntarle cómo era su estado de ánimo, o qué explicación podía dar de lo sucedido una hora y media antes. Solo en ese momento fue cuando levantó la vista del piso. Recién allí mostró su rostro. Se le notaron los ojos rojos, hinchados, como si hubiese llorado por varios minutos. Sus gestos no alcanzaron para ocultar como se sentía. No había forma de disimular que se sentía responsable de una derrota que deja a la selección al borde del abismo.
Caballero carga sobre sus hombros la culpa de la derrota argentina. Es que su error en el primer gol de Croacia lo marcará más allá de lo que suceda de aquí en adelante en la Copa del Mundo. Pasará a ser una de esas jugadas que se repetirán a lo largo de la historia. Intentó devolver un pase atrás de Gabriel Mercado, pero la pelota quedó corta. Rebic no lo perdonó: sacudió el arco con una volea y ahí todo se apagó. La primera reacción del arquero fue pegarle al piso, agarrarse la cabeza. Solo Nicolás Tagliafico se acercó a chocarle la mano, un gesto para levantarle el ánimo. Pero "Willy" hubiese preferido hundirse en el césped. Su fallo sacudió al equipo y desarmó cualquier plan de acción. Fue un golpe certero a la cabeza del plantel. Y el empujón necesario para que el rival sentencie el partido.
"Fue nuestro juego colectivo lo que marcó la diferencia, en particular la segunda mitad. Ahí tuvimos la posesión de la pelota. En la primera parte, cuando Argentina tenía el balón, pudimos limitar que Messi recibiera. Es el jugador más peligroso. Pero luego todo se abrió en la segunda parte después del error de Caballero", reconoció el mediocampista croata Luka Modric, tras el encuentro.
Después de ese error nada fue igual. Desde ese momento, los hinchas argentinos le hicieron recordar el mal pase a Caballero en cada momento: fue abucheado cada vez que entró en contacto con la pelota. Un reproche casi unánime, que ni siquiera pudieron tapar algunos aplausos. Será difícil la recepción de los hinchas en San Petersburgo en caso de que Sampaoli decida mantenerlo en el puesto. "El primer gol significó un golpe anímico, pero también hay que ver por qué nos costó tanto recuperarnos. Es muy difícil analizar el partido. El golpe es durísimo. No es momento de analizar nada. Es un juego de virtudes y errores. Cualquiera se puede equivocar. Cuando errás y pasan estas cosas te sentís muy mal. Pero no hay que caerle a él", lo defendió Mascherano.
Si hubo un puesto que estuvo en duda durante la previa a este Mundial, ese fue el del arquero. Cuando Sergio Romero fue desafectado de la lista por su lesión (bloqueo articular en su rodilla derecha), la carrera entre Caballero y Franco Armani amagó en transformarse en un mano a mano, pero el entrenador ya tenía a su favorito. Las buenas actuaciones del arquero de River iniciaron un debate que el casildense decidió no tener. Él ya había elegido al arquero titular. Su relación con el grupo, su integración desde la primera práctica en Ezeiza y su juego con los pies aparecieron en los apuntes de un Sampaoli que hasta ya lo tenía en carpeta como titular aún con Romero en el plantel.
Sin brindar seguridad ante Islandia –había mostrado algunas dudas y una mala salida suya derivó en el gol del empate–, sus salidas en falso frente a los croatas fueron aumentando el descontento general, pero el error con los pies terminó activando el malestar general. Un poco por sus actuaciones, pero otro tanto como forma de canalizar la bronca con el DT mediante la figura de uno de sus preferidos.
"Usted está generando una responsabilidad sobre Caballero que no creo considerable, ni humano, ni real, achacarle la responsabilidad de la derrota. La clave tiene que ver más con decisiones mías", señaló Sampaoli sobre la actuación del arquero, en una conferencia de prensa en la que mostró la misma seriedad que en las últimas jornadas, con respuestas cortas y sin esbozar sonrisa alguna. Y añadió: "Las culpas tienen que ver con decisiones del entrenador". El DT le quiso quitar responsabilidad al arquero y asumirla como propia. Los pies de Caballero dejaron expuesta su decisión.
En Rusia, Willy tuvo a sus 36 años su bautismo en una Copa del Mundo. Solo tres meses antes se produjo su debut en el seleccionado: fue en marzo de este año, ante Italia. Su buena actuación lo catapultó al Mundial, más allá de que fue una de las víctimas de la impiadosa España, en aquel histórico 6 a 1. Sampaoli lo cobijó y él le fue respondiendo en las prácticas. "Tengo a tres arqueros de gran nivel y tuve que elegir a uno", intentó explicar el DT hace una semana. Una elección que ahora está marcada por un error y que tiene la reprobación general.
El fin de semana en Bronnitsy será clave para saber qué pasará bajo los tres palos el próximo martes ante Nigeria. Si el técnico decide dar otro golpe sobre la mesa o si prefiere enfrentar a San Petersburgo sin traicionarse. Sería el enésimo volantazo. Aunque todavía no esté en los planes. El dolor por la derrota caló demasiado hondo como para que el cuerpo técnico empiece a armar el boceto de cara a la final adelantada del martes.
Como un presagio que no pudo cumplir, Caballero le había confesado a la nacion en una entrevista reciente: "La cabeza influye para manejar las buenas y malas decisiones que se toman durante un partido. Puede pasar que empieces perdiendo, pero si estás bien de la cabeza podés contagiar al resto de algo bueno. A veces, la cabeza puede hacer lo que las piernas no."
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