Román Riquelme, el DT sin banco: mientras define el futuro de Ubeda, el presidente arma el Boca 2026
El dirigente pretende al menos un refuerzo por línea; varios jugadores se irán y otros vuelven al club después de préstamos
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Cuando los hinchas de Boca celebren esta Nochebuena, alzarán las copas con la misma sensación que los acompañó al salir de la Bombonera tras el último partido, frente a Racing, que dejó al equipo sin final del torneo Apertura: vacío, frustración y, sobre todo, incertidumbre. A más de dos semanas de aquel encuentro que condenó al equipo y afectó negativamente la imagen de Claudio Ubeda, a quien todavía hoy se le achaca la salida de Exequiel Zeballos, figura xeneize en el tramo decisivo, Boca sigue sin director técnico confirmado, no tiene refuerzos, no definió salidas y hasta convive con la posibilidad de que un referente anuncie su retiro antes de la vuelta a los entrenamientos. Por lo pronto, las decisiones son tomadas por Juan Román Riquelme, cada vez más cerca de ejercer el doble comando de presidente y DT.
Cuarenta y ocho horas después de la derrota contra la Academia, el entrenador reunió al plantel en Ezeiza, felicitó a los jugadores por el esfuerzo y les comunicó que el sábado 27 de diciembre debían presentarse para realizarse los exámenes médicos y comenzar en enero la pretemporada. Ese mismo día cruzó algunas palabras con Marcelo Delgado, flamante manager del club, que evitó referirse a su continuidad, pese a que su contrato se vencerá recién en junio de 2026 y a que, antes del 0-1 frente a Racing, ya habían hablado sobre altas, bajas, amistosos y juveniles por promover. Convencido de que su lugar estaba asegurado, Ubeda se enfocó en cuestiones personales –como la organización del cumpleaños de 15 de su hija, Josefina– y en disfrutar de unos días de descanso en familia.

Sin embargo, Delgado declaró públicamente que la situación del entrenador estaba bajo revisión y que todo se resolvería tras una charla entre Ubeda y Riquelme. En medio, un cambio de fechas avivó suspicacias: finalmente, Boca comenzará los trabajos en enero, una decisión leída como una forma de estirar los plazos para definir al director técnico. Ese contacto entre Riquelme y Ubeda todavía no se produjo y, a diez días del regreso a las prácticas, el margen para barajar y dar de cero se consume.
Más allá de quién ocupe el banco, en Boca hay algo que no cambia: las decisiones futbolísticas son tomadas por Riquelme. De hecho, aun sin entrenador confirmado, el presidente empezó a mover fichas junto a Delgado y un grupo de empleados del club que lo asesoran en cuestiones vinculadas con el mercado de pases. La idea de Román es incorporar, como mínimo, un jugador por línea, teniendo en cuenta que Boca disputará la Copa Libertadores en 2026 y que en el último tiempo el plantel sufrió la falta de variantes en algunos puestos. La búsqueda se centra en un zaguero, un volante central, un extremo y, si es posible, un goleador.
El defensor apuntado es Gastón Hernández, de San Lorenzo, club que este martes nombró a Sergio Costantino como presidente interino tras el escándalo de corrupción que salpica a Marcelo Moretti. Con el dirigente saliente, Boca había alcanzado un principio de acuerdo por Alexis Cuello. El cambio de autoridades, que gobernarán al Ciclón hasta el 30 de mayo de 2026, obliga a reabrir las negociaciones: la conducción actual no quiere pagar el costo político de venderle futbolistas a Boca, pero la delicada situación económica puede inclinar la balanza en favor del club xeneize.
A ese escenario se suma el conflicto financiero que San Lorenzo mantiene con el fondo luxemburgués AIS Investment Fund, que en 2020 le prestó cerca de cinco millones de dólares al club y que en octubre de este año impulsó la quiebra de la entidad azulgrana, tras concretar embargos sobre los terrenos recuperados en Avenida La Plata y, luego, sobre los 700.000 dólares que Boca pagó por Agustín Martegani. Por ese motivo, cualquier dinero que ingrese desde la institución azul y oro es retenido por el fondo, lo que empujaría al Ciclón a vender a Hernández a otro club o buscar algún vericueto legal para que el defensor pueda desembarcar en la Ribera.
El futbolista, que cumplirá 28 años en enero, es seguido desde hace tiempo por la entidad azul y oro, pero el jugador espera una oferta del exterior. Por Cuello, en tanto, también hay interés de Racing, Independiente y Rosario Central, y en Boca sostienen que no se trata de una prioridad y que acelerarán solo en caso de que aparezca una ”oportunidad de mercado".
En cuanto al volante central, el nombre que más seduce a Riquelme es el de Santiago Ascacibar, capitán del Estudiantes campeón que fue dirigido por Ubeda en el Sudamericano Sub 20 de 2017 y que tiene dos años más de contrato en el Pincha. En principio, el mediocampista priorizaría una salida a Europa. Boca tiene cubierto el puesto con Leandro Paredes, Milton Delgado y Rodrigo Battaglia, más Tomás Belmonte, Williams Alarcón y Ander Herrera. El español, por su parte, aún no resolvió si comenzará la pretemporada o anunciará su retiro. Tenía una cláusula para renovar automáticamente hasta diciembre de 2026, pero no la ejecutó y ahora debe renegociar. En 2025 jugó apenas 17 partidos, ocho como titular, sin completar nunca los 90 minutos y con reiteradas lesiones musculares. En el club esperan una definición antes de fin de año, ya que consideran importante contar con un volante mixto que equilibre el medio y aporte juego.

A esta altura, el futbolista que asoma con mayores chances de sumarse es Marino Hinestroza, extremo de 23 años, campeón en Nacional, de Colombia, y seguido desde hace tiempo por el club. “Todavía no hemos cerrado el negocio, pero hay conversaciones muy adelantadas con algunos equipos, entre ellos, Boca”, reconoció Sebastián Arango, presidente del club de Medellín. La primera oferta fue de 4.000.000 de dólares más uno por objetivos y fue rechazada. Luego, la institución xeneize mejoró a 6.000.000 más bonos. Pese a que Santos se metió en la puja, en el club confían en cerrar el acuerdo en los próximos días.
En paralelo, Boca empieza a depurar el plantel. De los jugadores que regresan de préstamos, prácticamente ninguno se quedará: Bruno Valdez, Jabes Saralegui, Gonzalo Maroni, Gonzalo Morales y Juan Ramírez manejan opciones para volver a emigrar. Marcelo Weigandt puede pelear por un lugar ante la posible salida de Lucas Blondel a Argentinos Juniors y la chance de que Luis Advíncula busque nuevos horizontes. Nicolás Orsini y Norberto Briasco tampoco serán tenidos en cuenta: a ambos se les vencerá el contrato el 31 de diciembre y deben renovar o acordar una rescisión. Boca pagó 3.500.000 dólares por 80% del pase de Briasco y 1.750.000 por 50% de Orsini. Agustín Martegani y Lucas Janson, con escasa participación en el último año, deberán acercar ofertas.

Entre los habituales titulares, en tanto, hubo sondeos de Inter Miami por Lautaro Di Lollo, del turco Besiktas por Lautaro Blanco y de Racing por Milton Giménez, de quien Boca se desprenderá solamente si incorpora un centrodelantero de mayor jerarquía, tal como se analizó en su momento la alternativa de Miguel Borja. Por Williams Alarcón, Necaxa consultó condiciones, pero la propuesta no terminó de convencer.
Mientras el banco sigue vacío, las decisiones ya tienen dueño. En Boca, el 2026 avanza con la lapicera de Riquelme.
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