Sebastián Villa, el delantero al que Boca estuvo extrañando durante meses y... sigue extrañando
Después de que el Consejo de Fútbol, liderado por Juan Román Riquelme y avalado por la comisión directiva de Boca, decidiera hacer a un lado a Sebastián Villa en los partidos oficiales por la denuncia de violencia contra su novia y amenazas que todavía está firme, Miguel Ángel Russo parecía extrañarlo demasiado en la reanudación de la Copa Libertadores a raíz de los flojos rendimientos de Gonzalo Maroni y Agustín Obando, que intentaron suplirlo en la estructura campeona de la Superliga. El colombiano volvió a ser tenido en cuenta hace más de un mes, pero su rendimiento está por el suelo.
Se podría decir que luego de ocho meses de inactividad, entre la pausa por la pandemia y el tiempo en que estuvo aislado de los compromisos por los puntos, Villa está en proceso de recuperación de su fútbol. Sin embargo, no está justificando aquella idea de que hacía mucha falta en el extremo izquierdo, posición en la que se destacó cuando el xeneize logró la Superliga.
El de este miércoles, la revancha frente a Inter, de Porto Alegre, por los octavos de final, fue su séptimo encuentro consecutivo como titular. Y su rendimiento se observa cada vez más flojo. Con la ventaja del 1-0 obtenido en Brasil y la de jugar en la Bombonera, nunca desequilibró y fue muy bien marcado por el lateral Rodinei.
Viene pasándole partido tras partido. El domingo pasado, en la paridad ante Talleres en Córdoba, fue titular para que tomara confianza, pero tampoco gravitó. De hecho, no sólo no suma goles en este tramo del 2020 sino que tampoco asistió en ninguno de los seis goles que hizo su equipo.
Quizás su mejor rendimiento fue el de la semana pasada en Porto Alegre. Los pases punzantes y precisos de Edwin Cardona le sirvieron para desequilibrar mano a mano y con espacios a Heitor –que esta vez no jugó–, como solía hacerlo a comienzos de año. No obstante, el último toque, el del pase final, hizo que su puntaje se desplomara y Boca no aprovechara muchas situaciones que, quizás, lo habrían protegido del sufrimiento con el que convivió este miércoles antes de clasificarse.
Hubo partidos en los que tuvo la ventaja de enfrentarse con sólo un marcador, pero su aceleración con la pelota no fue la de antes y Villa terminó perdiendo los duelos. Le pasó ante Lanús, con la marca veloz y sólida de Leonel Di Plácido. Frente a Newell's, como local, no aprovechó los espacios con los que contó su equipo por la expulsión a Angelo Gabrielli, el lateral derecho, en el primer tiempo: Russo sacó de la cancha al colombiano a los 23 minutos del segundo. En otras ocasiones, como contra Talleres en la Bombonera, le hicieron una marca escalonada entre dos o tres futbolistas que el atacante, de 24 años, no rompió en todo el encuentro.
A Villa se lo extrañaba, pero desde su retorno nunca estuvo a la altura, y Boca, más que disfrutarlo como en febrero y marzo, ahora parece padecerlo.
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