Central se juega todo a la Copa Argentina y lo sufre en el torneo local

ROSARIO.- Es evidente que la cabeza de Central está en otro lado. Sabe que la final de la Copa Argentina está ahí nomás, a un puñado de días y ante Lanús se dedicó a cumplir con el compromiso. Si bien es real que ya acumula ocho juegos sin ganar y la derrota 2-1 de anoche implica más incertidumbre, el conjunto rosarino entiende que el choque del jueves próximo con River encierra mucho más que la posible coronación en una competencia. Es, en definitiva, el final de un ciclo, es el cierre de la etapa Eduardo Coudet. Lo que no es menor.

No fue la mejor versión la que mostró el conjunto local. Tampoco Lanús pudo imponer fácilmente sus condiciones. Le costó y apostó al error del rival. La paciencia resultó determinante, porque si bien se encontró primero en desventaja 1-0 por un gol de Maximiliano Lovera, después, en dos minutos, torció el rumbo de la historia: Acosta y Silva, en dos contraataques, quebraron la voluntad del equipo alternativo rosarino.

Y no es un detalle menor para el ánimo del local esta derrota. Si bien fueron los juveniles los que recibieron el golpe y no los Montoya, los Salazar o los Ruben, el clima que se generará hasta la final de la Copa no será el más saludable.

Comprende Central que su objetivo en la final contra River es todo. Pero lo que suceda en ese juego no será indiferente para nadie, porque cualquiera sea el resultado se tendrán que despedir de Chacho Coudet, que ya no tiene la misma relación con los dirigentes y que siente que el vínculo con los futbolistas tiene el desgaste propio de un proceso de dos años.

Le dolió el traspié de anoche y no desconoce Central que no gana desde la quinta fecha (5-0 a Arsenal). Pero en su cabeza sólo cabe la final de la Copa Argentina y ponerle un moño al ciclo Coudet.