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No pudo recomponerse el seleccionado de Chile, y se quedó con las ganas de revancha después de la derrota con Uruguay (1-2) en su debut por las Eliminatorias Sudamericanas para el Mundial Qatar 2022. El equipo trasandino, dirigido por el colombiano Reinaldo Rueda, debió conformarse con un empate como local con sabor a poco, más allá de protagonizar un vibrante empate 2-2 con Colombia en el Estadio Nacional de Santiago.

No había pasado casi nada en el partido cuando los cafeteros encontraron la primera ventaja: se habían salvado minutos antes, luego de que Arturo Vidal quedara solo ante el arquero Vargas, pero presionaron bien alto y recuperaron por la banda derecha. Medina, reemplazante del lesionado Santiago Arias en el lateral derecho, fue hasta el fondo y encontró a Lerma libre de marca. El mediocampista de Borunemouth, de Inglaterra, saltó bien alto y cabeceó al gol.

Pero Chile emparejó el trámite y su jugador franquicia, Arturo Vidal, se quedó tendido en el área colombiana, señal de que tenía un golpe. Darío Herrera, el árbitro argentino, recibió el llamado de Mauro Vigliano, el asistente de VAR, y revisó la jugada. Una y otra vez. Cámara lenta y cámara lenta. Al final, dio el penal. El propio Rey Arturo fusiló a Vargas y consiguió el empate. Cuatro minutos más tarde, Chile se adelantó en el marcador. Fue una jugada fortuita, porque Vidal remató de forma defectuosa y la pelota le quedó a Alexis Sanchez. El capitán trasandino tiró un lujo, que no salió. Pero le quedó el balón y convirtió el 2-1.

En el segundo tiempo, Colombia buscó más y Chile se puso el traje del contragolpe. Los cafeteros no llevaron demasiado peligro, pero sí forzaron a los locales a guarecerse cada vez más en las manos de su arquero, Brayan Cortés, quien habitualmente es suplente tanto de Claudio Bravo como de Gabriel Arias. Las lesiones de ambos le dieron la oportunidad al guardavallas de Colo Colo.

Con Alfredo Morelos y el incombustible Radamel Falcao en la cancha, los dirigidos por el portugués Carlos Queiroz ganaron en potencia ofensiva. Esa apuesta tuvo su rédito sobre el final del partido. Falcao podrá haber perdido velocidad, pero no olfato. Estaba en el corazón del área y hacia allí fue la pelota. El ex River desvió la trayectoria y no hubo más que hacer. Fue el gol del 2-2 final.



