Copa Libertadores: Cruzeiro, un rival del que River deberá cuidarse mucho

Solo por diferencia de gol Cruzeiro no fue el mejor de los primeros de las ocho zonas. Lo superó Palmeiras (+12 contra +9 del equipo de Belo Horizonte). Cosechó 15 puntos (cinco triunfos y una derrota, ante Emelec, cuando ya estaba clasificado) en una zona que compartió con Emelec, Deportivo Lara y Huracán (lo venció 1-0 en Parque de los Patricios y goleó 4-0 en Brasil). Su goleador es Fred (4), un centro-delantero que debió cargar con las críticas más ácidas al seleccionado de Brasil tras la eliminación en el Mundial 2014. De 35 años, el atacante ahora juega sin tantas presiones, es muy astuto para crearse espacios y peligroso cuando resuelve a un toque. La defensa de River deberá poner suma atención.

Esta descripción estadística puede dar una pauta de la complejidad que tendrá para River el rival en los octavos de final. Se podría inferir que el sorteo no fue muy benigno con el defensor del título, que deberá decidir su suerte en el imponente Mineirao.

Cruzeiro trae recuerdos fuertes para River, de los buenos y de los malos. Los negativos se remontan a la final de la Copa Libertadores de 1976, definida en un tercer encuentro en Santiago de Chile, donde se consagró con un 3-2 el conjunto que tenía por figuras a Jairzinho, Palinha y Nelinho.

Con River es una final anticipada. Es un gran rival, que merece mucho respeto

La evocación más reciente le dibuja una sonrisa a River, porque forma parte del ciclo exitoso de Marcelo Gallardo, de la obtención del trofeo en 2015. Las perspectivas no eran las más auspiciosas después de la derrota por 1-0 en el Monumental por la ida de los cuartos de final. De la revancha, River hizo uno de sus partidos más destacados como visitante de la historia reciente. Un 3-0 que sentó las bases de un equipo con capacidad de reacción, de resistencia a la adversidad, atributos que no siempre lo acompañaron en su centenaria existencia. Aquella noche, Teófilo Gutiérrez, autor de un gol (los otros fueron de Maidana y Carlos Sánchez), redondeó una de sus mejores actuaciones de su trayectoria en River. Imprevisible como es el colombiano, durante el receso que precedió a las semifinales se fue, tentado por los euros que le ofreció Benfica.

El director técnico de Cruzeiro es Mano Menezes (ex conductor del seleccionado de Brasil durante la Copa América de Argentina 2011). En julio cumplirá tres años de gestión, una de las más extensas en un medio tan inestable y proclive a los cambios de entrenador como el brasileño. Con Menezes, Cruzeiro obtuvo las últimas dos Copa Brasil, pasaporte para llegar a la Libertadores.

De sus individualidades, una de las más destacadas es el volante Rodriguinho, de 31 años y una trayectoria mayormente realizada en el fútbol brasileño. Participa en la construcción del juego y llega a posiciones de definición con mucha potencia, algo que se le vio en el gol a Huracán en el Tomás A. Ducó. Rodriguinho es el segundo goleador de Cruzeiro, con tres.

El triunfo de Cruzeiro sobre Huracán

El plantel cuenta con dos volantes argentinos, ambos surgidos de Vélez. Lucas Romero, con 326 minutos distribuidos en cuatro partidos de esta Libertadores, y Alejandro Cabral, con 80 minutos en tres cotejos.

Dentro de un bloque bastante compacto, Cruzeiro es un poco más vulnerable por los laterales, sobre todo por el derecho, que ocupa Edilson, con mucha propensión a pasar al ataque y a excederse en acciones que le acarrean tarjetas amarillas. En el lateral izquierdo tampoco hay mucha seguridad para una función que no tiene a un titular indiscutido entre Dodó y Egidio, que regala mucho las espaldas y no es productivo en ataque. Por esos sectores, River le podrá hacer daño a Cruzeiro.

Como último obstáculo, River encontrará al arquero Fabio, ídolo de los hinchas, con más de 800 partidos y campeón en el doblete 2013/14. Enfrentó a Estudiantes en la final de 2009 con un muy buen rendimiento. Mereció alguna convocatoria del seleccionado que nunca le llegó.

River tendrá más de dos meses para estudiar a Cruzeiro, un adversario de riesgo, del que no se podrá descuidar.