Crimea, perdida en un limbo futbolístico y a la sombra del Mundial Rusia 2018
MOSCU, Rusia (New York Times.– Algo extraño ocurrió en diciembre, cuando los hinchas de fútbol de Crimea, la disputada península del Mar Negro que Rusia se anexó de Ucrania en 2014, empezaron tratar de comprar entradas para los partidos del Mundial Rusia 2018
Cuando intentaron comprar entradas a trabes de la página web de la FIFA, las computadoras de algunos de esos hinchas empezaron a arrojar mensajes de error.
Según les dijo a los periodistas el presidente de la federación de fútbol de Crimea, el problema era que la FIFA seguía considerando a Crimea como parte de Ucrania. Los futboleros de la península temieron entonces que las entradas para la Copa del Mundo hubiesen pasado a engrosar la lista de artículos importados prohibidos por las sanciones internacionales que pesan sobre la península, y que ya incluye la compra de celulares y la obtención de tarjetas de crédito internacionales.
Pero la FIFA respondió que no había impuesto restricciones para la compra de entradas desde ningún lugar, y reconoció que tal vez se habían producido problemas técnicos menores en la venta online. Finalmente encontraron una solución, y los hinchas crimeos compraron sus entradas a través de la federación de fútbol de Rusia.
Sin embargo, esa confusión sirve para ilustrar la orfandad en la que se encuentra el fútbol en Crimea. Al igual que la propia península, la liga profesional del fútbol crimeo está aislada en un páramo geopolítico. La temporada concluyó el mes pasado, justo cuando la atención internacional empezaba a enfocarse en el Mundial Rusia 2018. Los clubes profesionales de Crimea no pueden participar de la Premier League rusa, ya que se los prohíbe la UEFA , el organismo rector del fútbol europeo, y tampoco pueden competir en la Premier League ucraniana. También están excluidos de la Champions League europea.
Sin independencia y sujeta a sanciones internacionales, Crimea sigue siendo un paria entre las 211 federaciones del fútbol mundial, y ni siquiera es reconocida por la FIFA. Los crimeos formaron su propio seleccionado nacional, pero solo nominalmente, ya que todavía no ha jugado un solo partido.
"En este momento el problema es que no podemos jugar contra equipos de otros países", dice Andrei Chernyi, vocero de la federación de fútbol de Crimea. "No hemos recibido una sola propuesta para jugar."
Entre los jugadores mundialistas, nadie conoce mejor la situación del fútbol crimeo que Gustav Svensson , el mediocampista del seleccionado sueco. En 2014, Svensson estaba jugando en un club de Simferópol, capital de la península, y huyó en medio de la noche junto a varios compañeros cuando Rusia comenzó el proceso de anexión.
"Nunca en mi vida tuve tanto miedo", dice Svensson, que actualmente juega para los Seattle Sounders en la Liga Mayor del fútbol estadounidense.
Svensson estuvo por última vez en Crimea entre fines de febrero y principios de marzo de 2014, jugando para el SC Tavriya, de Simferópol. El club se formó en 1958 durante la era soviética y se convirtió en el primer campeón de la liga ucraniana independiente en 1992, tras la disolución del bloque oriental de la Unión Soviética.
Después de que su equipo jugara un partido de exhibición antes del inicio de la temporada, Svensson dice que fue a su casillero del vestuario y encontró 300 mensajes y llamadas perdidas en su celular. El Parlamento Ruso había autorizado al presidente Vladimir Putin a utilizar la fuerza militar para responder a la agitación política en Crimea. Con temor, Svensson exigió un auto o un micro para evacuarse y llevarse consigo a su novia y a sus padres.
"Nadie quiere estar en el lugar donde puede desatarse una tercera guerra mundial", dice Svensson.
Tras la anexión de Crimea por parte de Rusia, la comunidad internacional pidió, infructuosamente, que Rusia fuera desplazada como futura sede del Mundial 2018.
Mientras tanto, relata Svensson, el SC Tavriya quedó huérfano y sin sede, y tuvo que trasladar sus operaciones a Turquía para completar la tumultuosa temporada 2013-2014, viajando de vuelta a Ucrania en avión para jugar los partidos cuando lograban encontrar algún estadio.
El club más tarde se disolvió, fue rebautizado TSK Tavriya Simferópol, y fue colocado brevemente junto a otros dos equipos crimeos en la tercera liga del fútbol ruso para competir en la temporada 2014-2015. Pero Ucrania presentó una queja formal, porque considera a Crimea como un territorio propio temporalmente ocupado por Rusia.
Haciendo equilibrio sobre la sensible línea entre el deporte y la geopolítica, en diciembre de 2014 la UEFA declaró a Crimea como "zona especial", un fútbol que no era ni ruso ni ucraniano, y a los tres equipos radicados en Crimea se les ordenó abandonar la liga rusa.
En 2015, Crimea obtuvo permiso para armar su propia liga, que mostrara cierta independencia, como no cantar el himno ruso antes de los partidos. Pero Crimea carecía de la capacidad logística para poner a ocho equipos profesionales sobre la cancha, y tampoco había suficientes réferis calificados. Se lanzaron programas de entrenamiento, y los dirigentes de la liga dicen que ya se observan avances.
En 7 de junio, se jugó un partido de promoción/descenso entre Kafa Feodosia, séptimo en la liga crimea, y el Avangard Yalta, un equipo amateur que aspiraba a convertirse en un club profesional.
El partido se jugó una tarde de sol en la ciudad portuaria de Feodosia, con un viento frío soplando desde al Mar Negro. La entrada era gratuita y entre 300 y 400 personas presenciaron el partido. Los jugadores del Avangard Yalta llegaron en micro dos horas antes del partido. "Muchos de ellos trabajan hasta el mediodía, y algunos directamente no pudieron participar porque sus empleadores no les dieron permiso para faltar", dice Igor Kashpirko, presidente del club.
Así y todo, el Avangard Yalta se impuso por 2 a 1, sacando ventaja recién en el segundo tramo del descuento. Kashpirko dice que gracias a la ayuda de la UEFA para fomentar el desarrollo de jugadores jóvenes, las perspectivas del fútbol crimeo son alentadoras.
"No se preocupen, ¡dentro de cinco años vamos a estar ganando la Champions League!", dice Kashpirko.
Para que eso pueda ocurrir, la Federación de Fútbol de Ucrania tendrá que ejercer fuertes presiones. De manera desafiante, la institución ya ha establecido una federación de fútbol crimeo, y ha relanzado un club de segunda división llamado Tavriya en la región ucraniana de Jersón, justo al norte de la frontera con la península.
"Fue una manera del gobierno ucraniano de intentar legitimar su poder sobre Crimea", dice Manuel Veth, periodista germano-canadiense y conferencista especializado en el fútbol de la órbita soviética.
A Svensson todavía le adeudan parte de su contrato con su exclub crimeo, pero el jugador no está presionando demasiado para cobrar.
"Para ser honesto, no me importa demasiado", dice el jugador. "Me alegro de haber salido en el momento justo, y sobre todo me alegro de que no les pasara nada ni a mi actual esposa ni a mis padres".
(Traducción de Jaime Arrambide)
Jere Longman
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