De París a Tel Aviv: hinchas de más de 40 ciudades, unidos por Boca en el Mundial de Clubes
Hinchas de todo el planeta se reunieron en la previa del partido con Bayern Munich
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MIAMI (Enviado especial).- Boca no necesita traducción. Ni mapa, ni GPS. La pasión viaja sola, cruza mares, atraviesa idiomas y se mete donde quiere. Acá, en Miami, donde el fútbol todavía pelea por un lugar entre tantos deportes, cientos de hinchas llegaron desde todos los rincones del mundo para demostrar que el sentimiento por el club no tiene límites, ni fronteras. No importa si se viene de lejos, si se habla otro idioma o si nunca se pisó la Bombonera: cuando juega Boca, todo lo demás pasa a segundo plano. La excusa fue perfecta: el 5° Encuentro Mundial de Consulados Boca Juniors, una especie de embajadas xeneizes distribuidas por el planeta, que buscan sumar nuevos socios y mantener viva la llama boquense lejos de casa.
El sol caía ya sobre la ciudad cuando las banderas azul y oro se reflejaban en las aguas del Canal Biscayne. Las palmeras, los rascacielos, los cánticos, las sonrisas. Todo convivía en una postal difícil de olvidar. Había gente de más de 40 lugares distintos -de París a El Salvador, de Nueva Zelanda, de Corea a Toronto, de Milán a Dubai-, todos con una ilusión común: estar cerca del club de sus amores y alentarlo en un partido bravo del Mundial de Clubes, frente al Bayern Munich.
“No importa en qué cancha juguemos, a Boca Juniors lo sigo adonde va...”. En un momento, como si estuviera pactado, estalló una canción que lo decía todo. No era solo una canción, era una declaración de principios. Porque estos hinchas viven por y para Boca, dejan todo, sueñan con el escudo, lo sienten desde que se levantan hasta que se acuestan. Cada consulado trajo su bandera y, por un rato, ese rincón de la ciudad se convirtió en una Bombonera portátil. Mismo clima, mismos colores, misma locura.
Andrea nació en Génova, por lo que es xeneize por partida doble. Hoy forma parte del consulado de Milano y cuenta que su conexión con Boca empezó mucho antes de sumarse al grupo. “Es muy lindo el vínculo que hay entre Boca y mi ciudad. Si vos preguntás en Génova sobre equipos argentinos, todo el mundo te dice: ‘Boca’. Por los años 2000, en Italia era todo Boca, pasaban a Boca en la TV, después fui creciendo y, gracias esa conexión, pensé: ‘tengo que ser hincha de Boca’.”
Boca es local en todos lados, pero en Miami lo hizo más evidente que nunca. Copó las playas, tiñó las calles de azul y oro, metió 50.000 hinchas en el debut contra Benfica y este viernes llevará otra multitud al Hard Rock Stadium para el cruce ante Bayern Munich, un partido clave para el futuro del equipo. También este jueves, como si hiciera falta una nueva postal, los hinchas colmaron el SDG Soccer Complex de North Miami Beach, un predio de canchas de fútbol que, por unas horas, fue territorio xeneize en estado puro. Allí, los Consulados Boca Juniors vivieron una jornada especial, cargada de banderas y canciones, como si estuvieran en Brandsen 805.
América fue el continente con mayor representación. Del norte llegaron hinchas de New York, New Jersey, Texas, Atlanta, Washington, Utah, Los Ángeles, Puerto Rico y también de Canadá, con consulados en Toronto y Calgary. Miami, claro, fue la gran anfitriona de este encuentro mundial. También hubo presencia de México, Guatemala y El Salvador. Por Sudamérica no faltó casi nadie: Colombia, Venezuela, Paraguay, Uruguay, Santa Cruz de la Sierra, Quito, Chile y Panamá. Europa dijo presente con fuerza: viajaron xeneizes desde Madrid, Barcelona, Málaga, Alicante, Mallorca, Gipuzkoa, Londres, Dinamarca, Portugal, Suiza y Sicilia. Y como si hiciera falta una prueba más de que Boca es un fenómeno global, también flamearon banderas de lugares tan lejanos como Australia, Nueva Zelanda, Arabia Saudita y Kuwait. Una verdadera muestra de que Boca, más que un club, es un sentimiento que da la vuelta al mundo.
Nir forma parte del consulado de Tel Aviv, en Israel, y es, sin dudas, el alma de la fiesta. Alegre y pintoresco, cuenta cómo tuvo que ingeniárselas para salir de su país y poder venir a ver a Boca: “Viajé el miércoles porque el jueves el aeropuerto de mi país está cerrado por la guerra”. Su mamá nació en Argentina, y cuando llegó por primera vez al país fue directo a la Bombonera. “Mi sangre es azul y amarilla, soy enfermo de Boca”, repite. Su consulado reúne a unas 100 personas y cuentan con dos autos ploteados con los colores del club y fotos de sus ídolos.
Más de 300 socios internacionales formaron parte del encuentro, organizado por el Departamento de Interior y Exterior del club, que preside Miguel Dinopulos, y conducido por Martín Montero, dirigente a cargo de los Consulados. La jornada incluyó un cocktail, sorteos, la presencia de directivos y un mensaje grabado de Juan Román Riquelme, que envió una camiseta autografiada para sortear entre los presentes. Hubo charlas entre cónsules de distintos países, que compartieron sus historias de vida, contaron cómo se hicieron hinchas de Boca y relataron el camino que los llevó hasta allí, a más de 4.000 kilómetros de la Bombonera, pero sintiéndose en casa.
Facundo y Juan son argentinos, pero hoy viven en Dubai, en los Emiratos Árabes Unidos. Viajaron 14 horas y más de 10.000 kilómetros para estar en Miami y alentar a Boca. “El consulado lo fundó un emiratí llamado Nawfal, que en su momento era muy fanático del fútbol argentino y admiraba a Fernando Redondo cuando jugaba en el Real Madrid. Somos unas 80 personas en el consulado, entre latinos, otros emiratíes y gente de países como Arabia Saudita, Omán y Kuwait. Hay quienes aprendieron español solo por el club. Es increíble lo que genera el mundo Boca”, comparten.
Para que un grupo de hinchas sea reconocido como consulado xeneize tiene que cumplir con tres condiciones básicas: contar con al menos 30 socios que vivan en la ciudad, tener una sede propia y formar una comisión directiva. A partir de ahí, pasan a convertirse en una suerte de embajada xeneize en el exterior. Su misión es clara: representar a Boca, difundir sus valores, organizar actividades, incorporar hinchas a la vida institucional -existen unos 3.000 socios de la categoría internacional- y seguir los lineamientos y propuestas que marca el Departamento de Interior y Exterior. En este 5° encuentro, fueron oficializados los consulados de New Jersey, Utah, Cape Coral, Washington —todos en Estados Unidos— y Paraguay.
La tarea de los consulados va más allá del fútbol: en marzo de este año, cuando se produjo la inundación que azotó Bahía Blanca, los socios se unieron en una iniciativa solidaria y lograron recaudar seis millones de pesos para asistir a las familias afectadas.
“Viajé a la Argentina de turista, conocí a una mujer y en el tiempo de visita fui a la cancha de River: no pasó nada. Después fui a la de Boca, y conocer la Bombonera fue una explosión de amor”. El que lo dice es Kevin, integrante del consulado de París, que habla con pasión y cierta sorpresa por lo que le generó aquel primer contacto. Desde entonces, nunca más pudo despegarse. “Mis amigos no lo entienden. Vivo en París, está el PSG, hay otros clubes... pero yo soy de Boca”.
El primer encuentro internacional de Consulados Boca Juniors se llevó a cabo en 2021, en Nápoles, justo en el año en que murió Diego Maradona. No fue casual: la idea original nació como un homenaje al 10, en la ciudad que lo convirtió en leyenda. Participaron delegaciones de toda Europa, además de Brasil y Paraguay, y el momento más simbólico llegó con la colocación de una placa en los Quartieri Spagnoli, justo donde está el famoso mural de Diego con la camiseta del Napoli.
El segundo encuentro tuvo lugar en Londres, en 2022, aprovechando la Finalissima entre Argentina e Italia, en Wembley. La camiseta celeste y blanca fue el nexo, pero el escudo de Boca marcó presencia con su sello. El tercero y el cuarto se celebraron en Buenos Aires, con la Bombonera como punto de reunión.
Walter vive en Estados Unidos desde hace 25 años y es uno de los referentes del consulado de Miami, que esta vez recibió a hinchas de todo el mundo. Habla con la voz entrecortada, como si cada palabra le removiera algo por dentro. “Es una forma de vida. Nacimos así y morimos así. Es una manera de estar conectado con nuestro país y con nuestro club”, dice. Lo cuenta y se emociona al recordar lo que pasó en el debut contra Benfica: “En el segundo gol nos pusimos todos a llorar. Boca no es un resultado, es otra cosa. Estamos para alentar y nada más”.
Desde el primer encuentro, Diego pasó a ser un patrono de los Consulados Boca Juniors, y cada año se coloca una placa en la ciudad anfitriona con su nombre y la fecha de la reunión.
La fiesta de los Consulados Boca Juniors

Este sábado, una caravana de autos con hinchas de los Consulados Boca Juniors partirá desde la ciudad de Hollywood, sobre la costa este de Florida, para seguir llevando la pasión por las rutas del sur de Estados Unidos. Harán una primera escala en Atlanta y luego continuarán rumbo a Nashville, donde Boca cerrará su participación en la etapa de grupos del Mundial de Clubes, en el Geodis Park. Otro viaje, otra ciudad, y la misma fidelidad de siempre.
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