Edgardo Bauza, el técnico al que buscaron para ganar la Copa y no falló

Fue el verdugo de San Lorenzo en 2008, cuando al frente de Liga de Quito Edgardo Bauza y su equipo eliminó al Ciclón de Ramón Díaz por penales, Copa que luego su equipo ganaría. Hoy es el héroe, el padre de la criatura, quien llevó a San Lorenzo a conseguir su primera Libertadores.

Cuando Pizzi pegó el portazo luego de salir campeón, la dirigencia de San Lorenzo no dudo y buscó a Bauza por su experiencia en la Copa. Al hombre de Granadero Baigorria le costó más de la cuenta: el irregular andar en el Torneo Final y un San Lorenzo que no hacía pie en la Copa complicaban su trabajo. El tiempo, sin embargo, dio sus frutos.

Bauza se adaptó al plantel. Dejó en manos de los más experimentados la presión y sumó a los juveniles para integrarlos al equipo de la mejor manera. Cambió su sistema predilecto (el 3-5-2) por el 4-4-2 que mejor se adaptaba a San Lorenzo, pero que se modificó a lo largo de la Copa. "Vamos a cambiar el sistema cuando ir a La Paz", contó en la previa de la semifinal con Bolivar. Y así fue.

Pese a la agónica clasificación para los octavos de final, le dio identidad al equipo: de local se hizo fuerte, no perdió, y de visitante un juego aguerrido que dio sus frutos. Superó que el equipo dependa de los arranques individuales de Correa o el propio Piatti, a quienes perdió en esta final.

"Bauza me cambió la cabeza", declaraba días atrás Héctor Vilalba. Curioso ya que fue Tito el blanco de la mayor cantidad de indicaciones y reproches del entrenador a uno de los suyos en esta final.

El entrenador entendió que llegó con un objetivo claro y lo cumplió: "Había que ganar la Copa y la ganamos, no es fácil", declaró tras el triunfo. "Me quiero acordar de toda la dirigencia, sin ellos, esto no habría sido posible", dijo el entrenador.

Con la Copa bajo el brazo, Bauza confirmó que seguirá hasta, al menos, diciembre próximo. Allí disputará el Mundial de Clubes, el gran sueño de San Lorenzo para la segunda mitad del año.