El ciclo de Arruabarrena en Boca: dos títulos que no cicatrizaron las heridas que dejó River

El 2015 simuló ser una montaña rusa para Boca. Comenzó en ascenso, con un equipo que arrasaba en el torneo de 30 equipos y en la zona de grupos de la Copa Libertadores -con récord de puntaje ideal-. Luego, el camino se hizo cuesta abajo: la eliminación ante River tras el ataque con gas pimienta a los jugadores millonarios, el bajón en la competencia doméstica que los derrumbó de los primeros puestos y un Rodolfo Arruabarrena que comenzó a caminar por la cuerda floja. Tras el receso invernal, y con el regreso de Carlos Tevez, el conjunto xeneize encontró un envión anímico -más determinante que el futbolístico- para cerrar el año con una doble consagración: el campeonato local y la Copa Argentina. Ese fue el mejor momento para un ciclo que no pudo pasar el verano 2016. La floja pretemporada y un arranque de torneo lejos del mejor nivel fueron determinantes. Y la derrota ante Racing le puso punto final. Tras el 0-1 en Avellaneda, el Vasco se desvinculó del club, en la antesala de una semana clave, con otro duelo ante la Academia, por Copa Libertadores, y el superclásico del próximo fin de semana.

La Copa Sudamericana, el primer golpe

Luego del errático paso de Carlos Bianchi. Arruabarrena asumió como DT xeneize en agosto 2014. En ese semestre, logró sumar 28 puntos en 15 partidos del Torneo Transición y alcanzó las semifinales de la Copa Sudamericana, donde quedó eliminado por River en el Monumental. Fue el primer traspié para el ciclo. Los Millonarios dominaron la serie y empezaron a marcar a un entrenador que no supo hacer pie en los partidos decisivos.

El gol de Pisculichi y el penal que Barovero le desvió a Gigliotti en la revancha en el Monumental no generaron grandes malestares, ya que el Vasco había enderezado el curso del equipo en el semestre. Pero anímicamente el grupo acusó el golpe, ya que en los últimos dos partidos del año empató con Lanús (2-2) y perdió con Gimnasia (0-2) en la Bombonera. Encima, 2015 lo arrancó mal, con una caída 1-4 con Racing en Mar del Plata, que activó refuerzos de urgencia y en el mundo Boca se decía que, si no vencía a Vélez (en el desempate por ingresar en la Libertadores) y River, podría haber un cambio. Los dirigentes ya tenían en carpeta a un par de candidatos. "Hay mucho para hablar con los jugadores. Hay errores que no podemos cometer", dijo un enojado Arruabarrena tras la caída con la Academia. Al final Boca no sólo venció a Vélez (1-0), sino a River en los dos cruces de verano (1-0 y 5-0) y el Vasco retomó impulso.

Eliminación en Copa Libertadores, la noche del gas pimienta

La segunda eliminación con River, en la Copa Libertadores 2015, fue otro punto de máxima tensión para el Vasco, incluso con su recordada discusión con Rodolfo D'Onofrio en el campo de juego en la Bombonera. Hubo efecto dominó: derrota con Aldosivi (0-3) como local en un estadio vacío por sanciones; y luego caída con Vélez (0-2) en Liniers. En el medio, sufrió muchísimo para eliminar en la Copa Argentina a Huracán Las Heras (2-0). Nadie estaba preparado para afrontar esa situación y fue raro ver al Vasco perder el eje en posturas y declaraciones. A partir de allí la historia es conocida: con la repatriación de Carlos Tevez Boca encontró el líder futbolístico para reencauzar los triunfos y dar la vuelta olímpica en el torneo local y la Copa Argentina.

El Vasco nunca utilizó un estilo duro, sino que -más allá de mantener la distancia con los jugadores- trató de conducir desde el buen trato y el entendimiento de su pasado como futbolsita. Y se apoyó en los más experimentados: Orion, Cata Díaz, Gago, Tevez y Osvaldo. En los momentos difíciles trató de aportar calma y, salvo la excepción del gas pimienta, la mantuvo.

El regreso de Carlos Tevez

Desde que se fue de Boca, allá por 2004, Carlitos siempre prometió que algún día volvería. Y pese a que lo repitió en los últimos años, su regreso al club en julio de 2015 fue una gran sorpresa, ya que lo hizo después de jugar la final de la Champions League con Juventus ante Barcelona y cuando le llegaron varias ofertas tentadoras de las ligas más importantes del mundo.

Su llegada se dio en el momento justo porque el equipo recién comenzaba a superar la caída ante los Millonarios en la Copa Libertadores. Fue determinante en el juego: disputó 17 partidos, con 15 victorias y dos derrotas, y marcó nueve goles. Pero también fuera de la cancha: logró imponer un régimen de comidas obligatorias en el club, influyó para que varios futbolistas se quedaran a entrenarse después de cada práctica e intermedió para que Gustavo Roberti, preparador físico del equipo, viajara a Turín a perfeccionar su trabajo en Juventus. También opinó sobre las exigencias para que los juveniles se cuiden y hasta en cómo debía estar en campo de juego de la Bombonera y de la cancha principal de Casa Amarilla.

Luego de un cierre en gran nivel el año pasado, los primeros meses de 2016 encontró a una versión light del Apache. Casi al mismo ritmo que al resto del equipo. Y no le supo dar respuestas al Vasco cuando el DT se encontró con un pie afuera de la institución.

Los títulos de Boca en 2015

En cuanto a los resultados, no fue un año más para Boca. Es que el conjunto xeneize volvió a gritar campeón tras tres años de sequía. Primero, se coronó en el torneo de 30 equipos una fecha antes del final. Luego, a los pocos días, ganó la Copa Argentina en una polémica final ante Rosario Central, en la que el árbitro Diego Ceballos fue apuntado por cobrar un penal por una falta que fue fuera del área.

Los tres técnicos de Daniel Angelici. El presidente de Boca heredó en 2011 a Julio César Falcioni, a quien mantuvo en su cargo hasta diciembre de 2012. Después, se produjo el regreso de Carlos Bianchi, quien estuvo desde enero de 2013 y agosto de 2014. En La Plata, Boca cayó ante Estudiantes por 3-1, por la fecha 4 del Torneo Transición, y significó el punto final para el tercer ciclo del Virrey. El debut de Arruabarrena se dio el 31 de agosto de 2014, como local, ante Vélez. Con el Vasco como DT, Boca cortó una racha de tres años sin títulos y se quedó con el torneo de Primera y la Copa Argentina 2015.

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