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“Es un Harvard acelerado”, lo definió Sebastián Battaglia, el futbolista más ganador de la historia del club y uno de los últimos entrenadores en lograr un título. “Lo que en otros lados es una hormiga, en Boca es un elefante”, enfatizó Miguel Russo, el DT que llevó al Xeneize a la cima de América y dirigió al equipo durante más de 100 partidos en sus dos etapas en el club. “Es dirigir una selección todos los días”, dijo Gustavo Alfaro, quien condujo a Boca a las semifinales de la Copa Libertadores y tras su breve experiencia en la Ribera se probó los buzos de Colombia, Costa Rica y Paraguay. “Acá los días parecen años”, reflexionó Rodolfo Arruabarrena allá por mayo de 2015, previo a los octavos de final ante River recordados por el episodio del gas pimienta. “El banco de Boca no es una silla eléctrica, pero es un lugar donde a uno le exigen resultados”, sintetizó Carlos Bianchi, el más ganador de la historia del club, quien dejó el cargo en 2014 tras conseguir una sola victoria en las primeras cuatro fechas del torneo que iniciaba el segundo semestre.
El mundo Boca gira mucho más rápido que las agujas del reloj. Y una sucesión de pasos en falso puede marcar para siempre la carrera de un entrenador. En solo 20 partidos (12 en 2024, ocho en 2025), el ciclo de Fernando Gago pareciera haber caído en un espiral de desgaste que alcanzó su límite tras la derrota 1-0 con Alianza Lima que dejó en jaque la participación de Boca en la fase de grupos de la Copa Libertadores. El arranque de Pintita es el segundo más flojo de los últimos 12 años en Boca, con un porcentaje de puntos del 55%. Desde el retorno de Bianchi en 2013 (41%) que Boca no obtenía resultados tan magros al inicio de una era. En su octavo partido del año, el Boca de Gago mostró su peor cara en la caída con Alianza y está obligado a ganar por dos goles de diferencia el martes en la Bombonera para no quedarse fuera de la Copa dos instancias antes del comienzo de la fase de grupos, lo que representaría, sin dudas, un verdadero papelón.
“No es lo esperado. Planteamos un partido en el que nos hicieron un gol muy rápido y eso nos cambió todo. Después tuvimos el control y sabíamos que íbamos a sufrir algunos contragolpes. Nos faltó llegar con más peso. La autocrítica se hace puertas para adentro. Todavía nos queda la revancha en casa, sabemos lo que tenemos que hacer”, deslizó Fernando Gago tras la caída con los peruanos. Y apeló a una frase gallardesca para levantar el ánimo de los hinchas xeneizes, muy disgustados con la actuación del equipo: “Qué confíen, vamos a trabajar para ser un equipo que compita y clasifique”. Lo cierto es que Boca jugó uno de sus peores partidos desde la asunción de Gago y sumó un nuevo traspié en un arranque de ciclo tortuoso y signado por los contratiempos: el 0-1 en Lima quedó corto y solo Agustín Marchesin se salvó del aplazo en una caída que dejó a Boca al filo del precipicio. El lado optimista de la historia es que perdió solamente por 1 a 0.
Los números indican que Fernando Gago es el segundo entrenador con peor porcentaje de puntos de la última década tomando en cuenta los 20 primeros partidos de todos los DT de Boca: Rodolfo Arruabarrena (68%), Guillermo Barros Schelotto (53,3%), Gustavo Alfaro (70%), Miguel Ángel Russo (68,3%), Sebastián Battaglia (66,6%), Hugo Ibarra (75%), Jorge Almirón (60%) y Diego Martínez (61,6%). Además, el Xeneize cayó con Vélez en las semifinales de la Copa Argentina y no solo perdió la posibilidad de sumar un título, sino también de clasificarse de manera directa a la fase de grupos de la Copa.
Pero el problema no solo tiene que ver con los números. Es que a pesar de la fortuna invertida en el mercado (más de 25 millones de dólares repartidos en siete refuerzos), el equipo no encontró jamás el funcionamiento deseado ni Gago logró imponer una idea de juego que se sostenga a lo largo del tiempo. Las lesiones, está claro, también jugaron un rol fundamental en el bajón general del equipo.
A Perú, de hecho, Boca viajó sin Sergio Romero, Nicolás Figal, Ander Herrera, Tomás Belmonte, Ignacio Miramón y Edinson Cavani, además del suspendido Luis Advíncula. En la previa del partido se confirmó la ausencia de Ayrton Costa, con una distensión en el bíceps femoral derecho, mientras que Camilo Rey Domenech -lesión en el sóleo derecho- y Williams Alarcón salieron en el segundo tiempo y están en duda para los partidos que se vienen.
La buena noticia para Gago fue que tanto Rojo como Herrera se entrenaron este miércoles a la par del grupo y estarían en condiciones de reaparecer el sábado ante Aldosivi y, si todo marcha bien, podrían integrar la nómina para la revancha con Alianza. Advíncula cumplió la sanción y Milton Delgado se reincorporó al grupo tras su participación en el Sudamericano Sub 20.
Lo cierto es que por lesiones, suspensiones o por decisión del DT, Gago ya utilizó ocho formaciones distintas en los primeros ocho partidos del año y el equipo continúa sin aparecer. El hincha perdió la paciencia y en el último partido de local frente a Independiente Rivadavia despidió a los jugadores con silbidos al finalizar el primer tiempo. Luego Boca revirtió su imagen y sumó dos triunfos seguidos -ante la Lepra y frente a Banfield- que calmaron relativamente las aguas del viaje a Perú, donde tanto Gago como el equipo volvieron a quedar en deuda.
"EMPEZÁ A CORRER O TE SACO A LA M..."
— SportsCenter (@SC_ESPN) February 19, 2025
💣 Gago
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“Gago está en su casa, está contento. Le pasa lo mismo que a todos los DT del fútbol argentino, trata de competir al máximo. Él más que nadie quiere que el equipo esté cada vez mejor”, había asegurado Juan Román Riquelme tras la victoria de Boca sobre Independiente Rivadavia de Mendoza. Sin embargo, el presidente que encabezó la delegación en Perú no quedó para nada conforme con el rendimiento del equipo y habría sido muy crítico con los jugadores en una charla que mantuvo en el vestuario. Una hipotética eliminación de local en la Fase 2 de la Copa Libertadores sería un cimbronazo difícil de resistir para cualquier entrenador de Boca.
Gago se mostró fuerte a pesar de la derrota y confió en revertir la serie en la Bombonera, donde permanece invicto en ocho partidos, con cinco ganados, tres empatados y solo tres goles en contra. Ante Riestra empezó abajo y terminó 1-1 y frente a Godoy Cruz y Huracán consiguió revertir el resultado. Pero esta vez no hay margen para el error. Un empate o una derrota dejarán a Boca fuera de competencia, mientras que un triunfo por más de un gol (o por penales) le dará el pasaje a la Fase 3 ante el vencedor de Independiente Santa Fe-Deportes Iquique (la ida en Chile terminó 2-1 en favor de los locales). Un Boca que pondrá en juego su 2025 cuando recién estamos en febrero...