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ZÚRICH (De un enviado especial).- Dos horas antes de que empezara la gala, la FIFA repartió el programa oficial de la ceremonia. Ni una palabra del escándalo de corrupción que azota a la entidad. Ni del FBI. Ni del plan de reformas que deberá encarar para refundarse. "Hubo mucho para celebrar en 2015. En particular, fue un año fabuloso para el fútbol femenino, con el Mundial de Canadá", dice el presidente interino de la FIFA, el camerunés Issa Hayatou.
El discurso es uniforme. Nadie habla del pasado ni, mucho menos, del futuro. Por eso se borró de la agenda el premio presidencial, que llevaba el nombre de Joseph Blatter, el ex todopoderoso caído en desgracia. Las desprolijidades no terminan ahí: la conferencia de prensa previa a la gala con la presencia de los tres entrenadores ternados fue suspendida. Por ausencia de dos de los tres candidatos: Pep Guardiola y Luis Enrique.
Issa Hayatou, el presidente de la FIFA, parecía ajeno a la situación que vive la entidad: "Hubo mucho para celebrar en 2015", comentó
Quienes tienen presencia en continuado en las ceremonias de la FIFA señalan que años anteriores hubo más medios en la ceremonia. Quizás, la sensación de que el premio ya estaba entregado antes de la ceremonia haya conspirado contra la presencia de los hombres de prensa. Lo cierto es que hubo lugares libres en el centro de convenciones.
La mayoría de los enviados esperaba alguna palabra sobre el FIFAgate. Sin embargo, hubo silenzio stampa. Sólo Cristiano Ronaldo, en la conferencia previa, atinó a decir: "La corrupción no es buena en la vida. Lo mejor es cero corrupción, tanto en el fútbol como en la vida".
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