Huracán dio una muestra de carácter, venció a Cruzeiro y sueña con los octavos

Se estaba quedando sin margen. Invicto, pero sin victorias, Huracán deambulaba en una zona peligrosa en el Grupo 3. De repente, tuvo una noche para el recuerdo. Ahora los números les sonríen a Huracán y a su gran figura. El equipo logró el resultado necesario para quedar muy cerca de pasar a los octavos de final de la Libertadores: venció 3-1 a Cruzeiro. Y él, con sus tantos, otra vez se ganó el cielo en la noche de Parque Patricios. Ese hombre es Ramón Ábila, o Wanchope para el feliz pueblo quemero que confía en que su equipo venza al débil Mineros, de Venezuela, en la última fecha para pasar de etapa.

La victoria adquiere gran valoración porque se trató de la primera en este torneo tras cuatro empates, pero también porque fue el regreso al triunfo en la Copa después de 41 años, ya que el anterior fue en 1974, un 4-0 frente a Rosario Central (en cancha de Vélez, por un desempate). En Parque Patricios, la última victoria también fue hace 41 años: 5-1 a Unión Española.

Este cordobés de 25 años es uno de esos goleadores más oportunos que habilidosos. Y esta cualidad la mostró por duplicado ante los brasileños. Primero a los 14 minutos, cuando definió muy bien esquivando al arquero Fabio y convirtiendo desde un ángulo un poco cerrado. Un detalle nada menor: Wanchope, que es uno de los jugadores que más veces queda en off-side en el fútbol argentino, estaba en posición adelantada cuando arrancó la jugada. A los 25 minutos, el chileno Puch asistió al goleador, tras un muy buen desborde por la derecha; Ábila recibió la pelota en el punto del penal y su derechazo fuerte se transformó en el segundo gol.

Huracán se fue al descanso con ese 2-0 tranquilizador. Pero por su ADN y su historia de tanto sufrimiento, el triunfo del Globo no podía ser sin algo de angustia. A Damiao le hicieron un penal y él delantero lo transformó en gol. Era el 2-1 y la noche sumaba un poco de nerviosismo. Pero inmediatamente después, Mancinelli de cabeza aumentó el marcador y trajo la tranquilidad necesaria.

Los números de Wanchope son muy buenos. Jugó 55 partidos en Huracán y con su doblete de anoche llegó a los 27 goles en el club. Su promedio es de 0,49 tanto por partido, una destacada cifra para estos tiempos. Además, quebró el arco de Cruzeiro que llegaba anoche con la valla invicta al estadio Tomás Adolfo Ducó. Otro dato: hizo nueve de los 18 goles de Huracán en el año.

Wanchope iluminó a Huracán y su panorama es algo mejor ahora. Si bien está tercero en el Grupo, a dos del líder Universitario de Sucre y a uno Cruzeiro, como éstos se cruzarán en la última fecha en Brasil, el equipo argentino depende de sí mismo para avanzar a los octavos: si gana en Venezuela el próximo martes, se clasificará. En caso de empatar, necesitará que los bolivianos logren un triunfo en Belo Horizonte para tener chances.

"Fue un partido lindo. Hicimos las cosas como las planeamos", dijo Ábila. Luego se dirigió al vestuario entre la ovación y los aplausos de su gente. Un premió al goleador y al equipo, que volvió a encender la ilusión de pasar a los octavos de final de la Libertadores.

La buena racha a favor con brasileños. Huracán sólo jugó en la Copa con un equipo brasileño, Cruzeiro. Por lo tanto, tiene récord positivo contra rivales de Brasil en la historia del torneo, con un empate y una victoria.

La mala racha: derrotas por diez. Cruzeiro es el equipo brasileño que perdió con más argentinos: 10. San Pablo cayó con 9, y Santos, Corinthians, Palmeiras y Flamengo, con 7.

Universitario, primero del grupo. Universitario de Sucre, que el último fin de semana " tercera="" data-nodeType="link">presentó siete futbolistas en el torneo boliviano y jugó sólo 12 minutos, venció por 2-0 a Mineros de Guayana y es líder del grupo 3 de la Copa Libertadores. Leandro Castro Cortés y Miguel Suárez anotaron para Universitario, que ahora tendrá que definir la clasificación en Brasil ante Cruzeiro.