Las lesiones ponen en jaque el armado de la última línea de Boca

El tema de la defensa de Boca y sus intermitencias debido a las lesiones no es nuevo y habita como una prolongada preocupación en la mente del técnico Rodolfo Arruabarrena . A la larga ausencia de Guillermo Burdisso , quien no juega desde enero por un síndrome meniscal en la rodilla derecha, se sumó una serie de complicaciones con las lesiones que el Vasco pareció heredar de su colega Carlos Bianchi .

Por ejemplo, Daniel Cata Díaz finalmente completó todo el mes sin jugar y, aunque reconoció que lo entusiasma una hipotética semifinal ante River, primero piensa en volver lo antes posible. Es que cuando estaba afianzándose en el ciclo del nuevo conductor, se lesionó en el partido contra Banfield (9° fecha, el 21 de septiembre) y después, en plena etapa de evolución, se resintió otra vez la última semana por querer acelerar los tiempos del regreso.

Lisandro Magallán se rompió los ligamentos cruzados de la rodilla izquierda frente a Defensa y Justicia el domingo último ("la peor noticia de mi vida", confesó) y fue operado al día siguiente, en tanto que Cristian Erbes , que es quien más colabora con la última línea debido a su posición de volante central retrasado, tiene un desgarro en el recto anterior del muslo izquierdo. Con este panorama, Arruabarrena echó mano anoche al chico Andrés Cubas , de 18 años, con cinco cotejos en primera y que por primera vez fue titular en un duelo de Copa. Con una función similar a la de Erbes por su posición retrasada, no pareció pesarle la responsabilidad y se mostró aguerrido, pidiendo permanentemente la pelota y convirtiéndose en la figura del equipo.

En referencia directa a los zagueros, el DT recurrió ayer a la pareja Claudio Pérez - Juan Forlin . El primero, hasta el clásico con River, sólo había acumulado 11 minutos en el campo, pero -quizá más por necesidad que por rendimiento-, el Vasco lo benefició con la titularidad y Chiqui no lo defraudó. A Forlin (con apenas tres cotejos en el actual torneo de primera división) también se lo vio combativo y siempre dispuesto a la pelea en el juego aéreo, uno de sus fuertes.

Igual, el entrenador no se queda quieto, sabedor de que ese sector podría convertirse hoy por hoy en su talón de Aquiles si no toma los recaudos necesarios ante un rival que lo exija con mejores argumentos que Cerro. Por ello, prefiere que uno de los relevos naturales a futuro, Federico Bravo (titular en la época de Bianchi) se desempeñe como primer marcador central en los partidos de reserva pese a que su función natural es la de volante. Otro que está en la mira del cuerpo técnico frente a cualquier eventualidad es Juan Cruz Komar , que con 1,90 metro es del gusto de Arruabarrena, quien lo elogió en más de una oportunidad.