Mundo de clásicos: más de 80 duelos para recorrer la geografía del fútbol argentino
En el capítulo dedicado a los clásicos entrerrianos, Alejandro Fabbri se pregunta y responde cómo nace esta oposición tan especial y específica, a qué se debe: "Son rivalidades entre vecinos del mismo terruño. En algunos casos desprendimientos del primer club que se fundó. Los clásicos representan la lucha del rico contra el pobre, del burgués contra el obrero, del intelectual con el práctico, es la lucha por el barrio. La ciudad o la provincia". Una pulseada que en ocasiones excede lo deportivo y se impregna de "la violencia y lo brutal", agrega el autor.
Dentro de esta explicación generalista está incluida la descripción de alrededor de 80 clásicos argentinos a lo largo de las 550 páginas del libro "Clasicos, pasado y presente de las grandes rivalidades del fútbol argentino. Una historia de colección", de editorial Planeta. Son muchos, pero también por la geografía argentina hay muchos más.
Es el noveno libro del periodista e historiador Fabbri, desde que en 2007 publicó "Nacimiento de una pasión". Asegura que con este material viene a llenar un vacío en la bibliografía futbolística. Y para ello aplica un criterio federalista. Desde los choques con repercusión nacional hasta los de resonancia barrial. La investigación "propone acercarse al origen, al desarrollo, y a la historia deportiva de esos clásicos, un condimento imprescindible para entender el alma futbolera", se lee en el prólogo.
Los fanáticos del fútbol, y los que quieran asomarse por primera vez a este universo tan peculiar de una rivalidad encarnizada, tienen en el libro el desarrollo de alrededor de 80 clásicos. Desde los que están más al norte de la Argentina, como Gimnasia de Jujuy contra Talleres de Perico, hasta los de las categorías del ascenso que cubren el conurbano bonaerense, como Atlas-Leandro Alem, del partido de General Rodríguez. Los clásicos también son una excusa para indagar en las circunstancias que nacieron los clubes y cómo cada uno fue encontrando al rival opuesto para construir una identidad.
De Newell’s-Rosario Central destaca que es el primero, el más antiguo, en 1905, entre dos clubes con orígenes ingleses. También es el que con los años se tornó en el más visceral y el que divide "a una ciudad en dos mitades irreconciliables".
Hay clásicos inactivos, llenos de telarañas, como consecuencia de que los contendientes habitan categorías distintas. Quilmes contra Argentino de Quilmes, uno de los choques más ancestrales, hace 38 años que no juegan oficialmente.
Fabbri no adhiere al clisé de los cinco grandes. Para él, en esa categoría también hay que incluir a Estudiantes, Rosario Central, Newell’s, en un derecho de admisión abierto también a otros clubes.
Del Boca-River, que empezó a disputarse en 1913, segmenta el dominio estadístico de cada uno en tres etapas: River se hizo fuerte entre 1940 y 1990; antes y después, el control fue de Boca.
El primer clásico de Avellaneda en el profesionalismo, en 1931, fue para Racing por 7-4, con la particularidad de que Independiente acusó un mal estado anímico porque la noche anterior al partido falleció el padre del arquero, Néstor Sangiovanni, reemplazado por el debutante Francisco Doro, que no volvió a integrar el equipo del Rojo. Para los hinchas de Independiente, pocas tardes de mayor regocijo que la del 22 de diciembre de 1983, cuando en su cancha se consagró campeón con un 2-0 sobre la Academia, que una fecha antes había descendido por primera y única vez, tras una permanencia ininterrumpida en primera desde 1911.
En La Plata, la amplía supremacía de Estudiantes sobre Gimnasia es muy de este siglo. Hasta 1940 lideraba el Lobo, luego se revirtió esa tendencia y en 2000 Gimnasia se puso a tres triunfos, pero luego sobrevino la hegemonía Pincha.
En Banfield-Lanús, la polarización se acentuó en las últimas dos décadas. Antes, hasta hubo apoyo y solidaridad en los malos momentos. Cuenta el libro que en 1977, en un histórico desempate por penales contra Platense para mantener la categoría, Lanús fue acompañado en las tribunas por numerosos simpatizantes de Banfield, al grito de "Banfield y Lanús, unidos en el Sur…". Hoy algo así sería inimaginable.
Un caso singular es que las colectividades española e italiana, tan masivas en la Argentina, no constituyeron clubes con fuerte arraigo para darle vida a un clásico que sería importante. Deportivo Español fue fundado en 1956 y Deportivo Italiano, 1957. En la visión de Fabbri, la inmigración española se inclinó por Independiente y San Lorenzo, mientras que la italiana lo hizo por Boca.
El viaje por los clásicos también atraviesa la geografía de la Mesopotamia, Córdoba, Cuyo y el Norte. Partidos con historias. "Ellos o nosotros", remata Fabbri.