River: Martín Demichelis y una charla con el plantel luego de los golpazos
El DT se reencontró el lunes 14 con sus dirigidos habló sobre las últimas derrotas dolorosas en la Paternal y ante Inter de Porto Alegre, por la Copa Libertadores
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PARA LA NACIONJuan Patricio Balbi Vignolo
De la euforia al cuestionamiento. Desacostumbrado al frenesí con el que se vive el día a día en el fútbol argentino, Martín Demichelis está afrontando su momento más crítico en su corta estadía como entrenador de River. Es el primer tramo turbulento que lo obliga a reconstruir emocionalmente al plantel y a poner atención extrema en la gestión futbolística de un equipo que en una pálida noche con derrota por 3-2 con Argentinos Juniors en La Paternal desnudó evidentes inconvenientes defensivos.
Campeón de la Liga Profesional con amplia diferencia desde los números y el juego, pero eliminado de la Copa Libertadores y de la Copa Argentina, su gran objetivo de cara al cierre del año es volver a mostrar lo mejor del primer semestre en la Copa de la Liga para la meta más importante: la creación de su River 2024.
“Desde acá hasta el 23 de diciembre, que es el Trofeo de Campeones, tenemos que demostrar lo que fuimos estos ocho meses a nivel nacional. No vamos a perder la manera de trabajar, la armonía y la línea. Vamos a sacar esta situación adelante, no hay ninguna duda”, sentenció Demichelis tras la caída ante el Bicho.
En esa dirección enfocó su última semana de trabajo luego de la temprana eliminación internacional: después de cinco días de descanso entre miércoles 9 y domingo 13, el DT se reencontró el lunes 14 con sus dirigidos y, en una charla grupal, bajó un mensaje de tranquilidad y paciencia para revitalizar energías e intentar menguar los efectos del golpe que le propinó Inter de Porto Alegre en los octavos de final.
Los errores de River ante Argentinos
“Continuar la senda de todo lo bueno que se venía trabajando”, es la línea que se escuchó en el River Camp de Ezeiza a la par de un goteo lógico de plantel por la excesiva cantidad de profesionales que había. De los 37 que componían la plantilla, ahora son 29 ante la buscada salida de 8 futbolistas y la incorporación de Manuel Lanzini. Se fueron seis (tres fueron apartados) y llegó uno.
Lucas Beltrán se fue a Fiorentina, Elías Gómez fue vendido a Vélez; Robert Rojas y José Paradela se fueron a préstamo a Tigre; Franco Alfonso fue cedido a Huracán y Tomás Castro Ponce, a Atlético Tucumán; y tanto Elías López como Tomás Lecanda y Agustín Fontana se entrenan a contraturno mientras resuelven su futuro. Así, Demichelis empieza a acercarse a su ideal de 28 jugadores, mientras continúa en charlas con la CD para un mercado que aún no terminó: antes del 31 de agosto debe sellar el regreso de Pity Martínez y está cerca de incorporar al defensor uruguayo Sebastián Boselli.
“El golpe de la Libertadores fue muy duro, había una gran ilusión a nivel institucional, estábamos para mucho más. Hicimos un grandísimo partido de local contra Inter, el arquero fue determinante”, agregó el técnico en conferencia. “A pesar del golpe, me preocupaba mucho trabajar desde lo anímico y lo emocional. Los muchachos son unos fenómenos porque se entrenaron a diario con esa competitividad necesaria. Arrancamos perdiendo de visitante, lo empatamos y lo dimos vuelta, ahora tenemos que saber manejar mejor los partidos”.
Luego de iniciar la Copa de la Liga con el pie izquierdo y antes del duelo del próximo domingo con Barracas Central como local, el entrenador ahora volverá a tener una semana agitada en la que deberá seguir insistiendo en recomponer la mentalidad y el hambre competitivo de un extenso plantel para un escueto calendario. Y no solamente se trata del componente anímico: hay un nivel discontinuo individual y colectivo que debe cortar para volver a ser.
En la noche del domingo, Argentinos Juniors desnudó a un River menos intenso y más apático. Sin ese espíritu combativo que tampoco pudo mostrar ante Inter en Brasil. Sumado a eso, el Millonario volvió a fallar en la pelota detenida, una vieja falencia que se repite. Ya son cinco de los últimos seis goles que recibió que han llegado desde esa vía: los tres de la serie copera y los dos primeros del Bicho. Y aunque se pueda debatir sobre la marca zonal que utiliza actualmente o la marca individual que usaba en el pasado, hay un marcado déficit de atención y de agresividad para defender cada envío aéreo y ganar los duelos.
Sumado a eso, los últimos cuatro meses han presentado dos facetas del equipo: una en el Monumental y otra cuando debe salir a la ruta. De local acumula 15 victorias consecutivas, lo que representa un récord histórico que nunca había conseguido en su casa en Núñez con 33 goles a favor, siete en contra y nueve vallas invictas. En cambio, entre los últimos doce juegos como visitante o neutral solo pudo ganar uno: ante Banfield por 4-1 el 12/6 por la Liga Profesional. Después acumuló seis derrotas (Fluminense, Talleres por duplicado, Barracas Central, Inter y Argentinos) y cinco empates (Atlético Tucumán, Sporting Cristal, Vélez, San Lorenzo y Rosario Central) con 17 goles a favor, 21 en contra y solo una valla invicta.
Demichelis dijo que se fue “muy preocupado” de La Paternal por las falencias a la hora de bloquear en la pelota parada y agregó que “no pasa desapercibido” que su equipo tiene otra cara como visitante. Con los focos encima tras una serie de golpes inesperados, el domingo se reencontrará con su gente en el Monumental. Y el DT se aferra a su fortaleza de local para cambiar el chip definitivamente. River está obligado a cambiar, competir e imponerse. Más que nunca en todo el año.
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