River ya pasó por todo lo que Boca sufre hoy en el arco
Hugo Gatti, Carlos Navarro Montoya, Oscar Córdoba, Roberto Abbondanzieri y hasta el mismo Agustín Orion. Los últimos grandes equipos de Boca tuvieron grandes arqueros. Algunos llegaron formados. Otros forjaron su nombre a la par de los títulos del club. Pero cada uno consiguió la solvencia en un puesto decisivo, en la primera pieza de la columna vertebral de todo equipo. Hasta ahora a los mellizos Barros Schelotto les alcanzó con el material que tuvieron a mano para consagrarse bicampeones locales. Pero si buscan el salto internacional, si la Copa Libertadores es la gran ambición, tendrán que asegurarse un apellido de jerarquía. Sí o sí. ¿Difícil? Por supuesto. Demasiados candidatos se mencionaron y ninguno cerró su llegada. Agustín Rossi puede ser un buen proyecto. Como también lo pudo haber sido Axel Werner en su momento. Pasos atrás, Guillermo Sara parece haber cedido demasiado terreno.
River vivió un caso parecido hace algún tiempo, cuando Marcelo Gallardo se la jugó por Germán Lux, Enrique Bologna y el joven Augusto Batalla. No funcionaron. Tras la decepción en la Libertadores 2017, el entrenador se dio cuenta de que no tener un arquero que diera garantías era jugar con fuego. Entonces llegó Franco Armani, que cinco meses después jugó el Mundial de Rusia.