Gimnasia y Sarmiento empataron sin goles en Junín

JUNIN.- Son dos formaciones entusiastas, corajudas, forjadas desde el corazón. No les sobra nada: ni calidad en su plantel, ni recursos, ni posibilidades a futuro. Sarmiento proviene del esfuerzo mayúsculo de su historia: su paso por la primera división es un premio a su laboriosa trayectoria. Gimnasia LP es una entidad histórica de la máxima categoría, pero siempre hizo del esfuerzo su señal primaria. El elenco de Junín y el conjunto de La Plata se chocan, se tropiezan. Hacen, verdaderamente, lo que pueden. Ensayan un salto de calidad y trastabillan. Viven con lo puesto, más aún luego del pobre 0 a 0 de lunes por la tarde.

Transitan la medianía casi como si se tratara de una cuestión de identidad. Levantan la cabeza y, de pronto, se hunden en la intrascendencia. Los números reflejan esa sensación. Sarmiento es el equipo de los cuatro, la misma cantidad de victorias, empates y derrotas. Gimnasia está apenas un escalón debajo: suma tres triunfos, cinco igualdades y cuatro caídas. Los datos de la realidad no los engañan: chapotean en la mitad de la tabla.

Ni se imaginan un futuro de protagonismo, aunque también saben de conformidades: tampoco están con la soga al cuello del promedio. Y en la tarde fresca de Junín, cada uno sigue con lo suyo: Sarmiento avanza, obligado por la localía, por su gente, y choca contra su intrascendencia, siempre liderado por el ágil Gervasio Núñez. Y Gimnasia retrocede con esmero, con prolijidad, respaldado en la sapiencia de Barsottini. Más aún, luego de la expulsión de Medina, a los 18 minutos del segundo tiempo. La vida por un punto. Lo logra Gimnasia. También, Sarmiento. Cada uno con lo suyo. Acostumbrados a la malaria.