Un Gago más terrenal, que celebró la salida de D'Alessandro
Al Nº 5 lo benefició el reemplazo del volante de River, quien lo incomodó toda la tarde
Esta vez, la actuación de Fernando Gago fue más terrenal que lo que había exhibido frente a San Lorenzo y Racing. Y para ello hubo un "culpable": Andrés D' Alessandro. Con su juego y despliegue, el volante creativo de River obligó al Nº 5 de Boca a que se ocupara, y se preocupara, más de la marca que de la generación de juego. Y el conjunto de la Ribera lo sintió mientras el Cabezón estuvo en cancha.
Curiosamente, ambos tuvieron contacto con el balón la misma cantidad de veces: 67, aunque la precisión de D'Alessandro fue mayor (90% contra 81,3%), según los datos de OptaSports.
La salida del volante millonario le permitió a Gago jugar con más libertad en el mediocampo. "Con el resultado puesto dirán que con él en la cancha no nos empataban, o que si nos empataban era porque no habíamos puesto a otro jugador para hacernos fuertes en la recuperación de la pelota", resumió Gallardo.
Lo cierto es que en un partido con más roce y menos espacios, a Gago se le hizo más difícil manejar los hilos de Boca, tal como había hecho en los dos partidos anteriores. Y ese será un aspecto que deberá mejorar el cuerpo técnico, para que el equipo xeneize tenga otra variante de juego cuando le bloquean la conexión Gago-Tevez.
El debut de Werner
La imprevista lesión de Guillermo Sara (luxación del hombro derecho) le abrió la puerta a Axel Werner a un estreno impensado. De película.
Con apenas 20 años y sólo cuatro meses en Boca, el joven rafaelino emuló a Carlos Navarro Montoya, que en 1988 también hizo su estreno defendiendo los tres palos xeneizes ante River, en el Monumental, reemplazando nada menos que a un ídolo como Hugo Orlando Gatti.
"Uno siempre llega a un club con la ilusión de jugar. Sería hermoso debutar en Boca, pero no dejo de esperarlo con tranquilidad", le había confesado Werner a LA NACION, a mediados de septiembre. Y el sueño llegó mucho antes de lo previsto.
Aunque nada pudo hacer para evitar los dos goles de River, al arquero xeneize se lo vio algo inseguro en el juego aéreo, y tuvo salidas en falso con los pies, algo en lo que también fueron cómplices sus compañeros, que abusaron con descargas hacia atrás, más de una vez innecesarias.
El cierre del partido fue inolvidable. Primero alzó a su propio entrenador, tras el gol de Centurión, y más tarde se abrazó con Sara, quien lo felicitó por el debut y el triunfo.
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