La noche histórica de Unión: debutó con un triunfo en la Copa Sudamericana

SANTA FE .- Unión vivió una noche histórica. En sus 112 años de vida, por primera vez tuvo su debut en un torneo internacional. Y para eso se preparó. Se prepararon sus simpatizantes, que colmaron el estadio "15 de Abril", y el plantel que conduce Leonardo Madelón , que el sábado derrotó a Lanús por la Superliga por 3 a 0, pensando solo en este cotejo. La fiesta fue completa. Ganó su primer cotejo en la Copa Sudamericana y le puso el sello rojiblanco a su anhelo: seguir y llegar lo más lejos posible.

El tatengue derrotó a Independiente del Valle de Ecuador por 2 a 0, en un cotejo que se vivió intensamente tanto en el campo de juego como en las tribunas. La diferencia pudo ser mayor, pero la mala puntería en dos penales –cosa imposible de imaginar- le privaron de un resultado más holgado para ir a la altura de Quito, donde las cosas suelen ser un poco diferentes.

El 1-0, a cargo de Mazzola

La parcialidad rojiblanca lo comenzó a vivir muy temprano. Cerca del estadio hubo una fiesta previa, que continuó con los fuegos artificiales con la entrada del equipo al campo de juego y se extendió, después de superado el nerviosismo de los 90 minutos, en las calles y avenidas de la ciudad. El festejo fue interminable y justificado. Unión esperó tantos años para este debut que valió la pena el desahogo. La alegría seguirá por varios días, hasta el 17 de abril, día de la revancha.

En la concentración, el plantel sabía que no podía defraudar tanta expectativa. Y lo jugó con los dientes apretados. El gol de Nicolás Mazzola, a los 23 minutos, parecía abrir el telón para una gran función. Pero el rival juega. Los ecuatorianos reaccionaron, lo buscaron con escasas ideas pero también comprometieron a Nereo Fernández. Así, el cotejo entró en una meseta, donde prevalecieron los defensores sobre los atacantes. Unión tenía un carta en la manga; lamentablemente, no la supo utilizar. Fue el penal que le cometieron a Fragapane, que el mismo volante se encargó de ejecutar. El tatengue no acertó –su disparo salió muy desviado- y todo parecía indicar que el resultado de esa jugada podía llegar a impactar en el resultado.

Toda la intranquilidad se vio en el tatengue en el primer cuarto de hora del complemento. Hubo espacio para explotar ese terreno que le proponía el rival, como se suponía. Fragapane se perdió en la soledad del armado. Zabala intentó, pero Troyansky y Mazzola perdieron con los defensores. El visitante se rearmó, también buscó un poco más, pero le faltó decisión. Solo Pellerano administró el balón, aunque no tuvo acompañantes en Dájome, Maidana y Corozo. El fútbol visitante fue tibio. No quería perder por una diferencia mayor. Pero tanta desidia tiene un costo. Y Unión lo hizo valer. Siguió con la marca severa cada vez que el adversario quería intentar algo ofensivamente y fue generando las situaciones de riesgo cerca del arco controlado por Piedra.

Se terminaba el cotejo cuando Zabala malogró el segundo tiro penal. Y cuando parecía que la desazón se apoderaba del estadio, apareció Lotti para convertir y ampliar la diferencia. Cerró un resultado justo. Unión había merecido ese marcador. Es cierto, no jugó bien el segundo tiempo, pero fue suficiente para redondear un debut auspicioso. La diferencia no es despreciable para la revancha, y menos con las características que ambos equipos exhibieron esta noche. El tatengue no deberá descuidar que los altibajos en el cotejo lo pueden complicar. Pero Independiente del Valle debe preocuparse, no solo por revertir esta actuación sino por el resultado. Se confió demasiado en una mínima ventaja y lo pagó caro.