Lanús dejó escapar el triunfo en la última jugada y se lleva un empate con sabor amargo ante Universidad de Chile
Fue 2-2 en la ida de la semifinal de la Copa Sudamericana, tras un polémico penal a los 94 minutos
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En una noche tensa desde el inicio, Lanús se imponía en Santiago con autoridad, pero un penal sancionado en tiempo de descuento le dio a Universidad de Chile el empate 2-2 en la ida de las semifinales de la Copa Sudamericana. El equipo de Mauricio Pellegrino, que había golpeado dos veces en el primer tiempo con Rodrigo Castillo como figura, no logró sostener la ventaja en el cierre. El árbitro Anderson Daronco cobró mano de Agustín Cardozo en el área y Charles Aránguiz convirtió con precisión, mientras el granate reclamaba una infracción previa que el VAR no revisó. La serie se definirá en la Fortaleza.
La previa del encuentro empezaba con un clima hostil: un violento ataque al micro de Lanús, mientras el ómnibus se acercaba al estadio. Recibió piedrazos que provocaron la rotura de un ventanal. Eduardo Salvio, uno de los referentes del equipo argentino, difundió en sus redes sociales una imagen de uno de los cascotes y apuntó directamente contra los hinchas locales: “Así nos reciben los hinchas locales. No cambiamos más, no mejoramos más. ¡¡Lamentable!! ¿Hasta que no maten a un jugador no van a cambiar?”, escribió.
El partido se jugó a puertas cerradas por sanción de la Conmebol a raíz de los incidentes protagonizados por los hinchas chilenos en Avellaneda, durante los octavos de final ante Independiente, que terminó siendo eliminado, y se disputó bajo un fuerte operativo de seguridad. Este mismo jueves, el Ministerio de Seguridad de la Argentina había anunciado la prohibición de ingreso a estadios nacionales para más de 80 simpatizantes de Universidad de Chile.
El encuentro comenzó con ritmo contenido y escasas situaciones de riesgo durante el primer cuarto de hora. Ambos equipos mostraron orden táctico y concentración defensiva, en un tramo inicial marcado por las interrupciones constantes y la falta de espacios. Universidad de Chile buscó asumir el protagonismo, acumuló algunos tiros de esquina y se adueñó de la posesión, pero sin traducirlo en profundidad ni ocasiones claras. La defensa de Lanús, bien plantada, neutralizaba cada intento.
Hasta que, a los 25 minutos, llegó el golpe inesperado: Rodrigo Castillo presionó alto sobre Franco Calderón, le robó la pelota y, sin dudar, sacó un derechazo desde fuera del área que sorprendió al arquero Gabriel Castellón y se coló por encima, marcando un golazo que puso en ventaja al conjunto argentino.
Lanús no se conformó con la ventaja y mantuvo la intensidad en campo rival. Apenas cuatro minutos después del 1-0, volvió a golpear con una jugada de jerarquía individual y definición certera. A los 29, Salvio encaró por el sector derecho, desbordó a su marcador con un caño brillante y envió un centro rasante al corazón del área. Allí apareció otra vez Castillo, letal en la noche santiaguina, para empujarla y firmar su doblete en apenas media hora de juego. Además, acumula tres partidos consecutivos con gol. El conjunto argentino, eficaz y preciso, sorprendía con una ráfaga que descolocó al equipo local.
Con el marcador en contra, Universidad de Chile buscó una reacción antes del descanso. Comenzó a mover la pelota de lado a lado, con mayor presencia en campo rival y algunas aproximaciones que encontraron resistencia en Nahuel Losada. El arquero de Lanús respondió con seguridad en la más clara del local: un tiro libre de Matías Sepúlveda que buscó el ángulo bajo del palo izquierdo. Pese a los intentos por romper el bloque defensivo granate, el equipo chileno chocó contra una defensa bien cerrada y sin fisuras. Así se cerró la primera mitad: con la eficacia de Lanús marcando la diferencia, y la U de Chile carente de ideas claras para traducir su dominio territorial en peligro real.
Mientras el equipo daba el golpe en Santiago, en la Argentina se vivía un clima especial. Una multitud de hinchas de Lanús se reunió en las inmediaciones del estadio granate, en la esquina de Cabrero y Guidi, donde el club dispuso pantallas gigantes para seguir la semifinal. Sin la posibilidad de viajar como visitantes por la sanción que pesa sobre Universidad de Chile, los simpatizantes acompañaron desde casa con banderas, camisetas y cánticos, en contraste con las tribunas vacías del estadio Nacional de Santiago.
El complemento comenzó con la misma tónica que había cerrado la primera mitad: Universidad de Chile con el dominio territorial y Lanús replegado, apostando a la solidez defensiva y la ventaja conseguida. Con el correr de los minutos, el otro técnico argentino, Gustavo Álvarez, movió el banco en busca de respuestas, y el equipo local encontró finalmente su premio.
A los 63 minutos, tras un córner ejecutado por el capitán, Charles Aránguiz, la pelota derivó en un remate libre de Calderón, que exigió a Losada con un disparo que alcanzó a tapar, a medias. En el rebote, atento y en posición de goleador, apareció el argentino Lucas Di Yorio, uno de los ingresados en el segundo tiempo, para empujarla y marcar el descuento. La U volvía al partido y renovaba su esperanza.
El envión anímico del descuento casi tiene un efecto inmediato. Apenas unos minutos después, Maximiliano Altamirano probó desde media distancia y su remate se estrelló en el travesaño. La pelota rebotó con violencia y, por centímetros, no impactó en la espalda de Losada antes de meterse. Fue una acción fortuita que rozó el empate y encendió al banco local.
Con el partido abierto, el ritmo se volvió frenético y las ocasiones comenzaron a multiplicarse en ambas áreas. Lanús respondió al intento de empate con una llegada clarísima: Castillo tuvo el tercero tras un preciso centro de Sasha Marcich desde la izquierda, pero su definición fue tapada de forma espectacular por Castellón, que sostuvo a su equipo con una atajada determinante.
En la réplica, fue Losada quien volvió a intervenir para salvar al conjunto argentino, esta vez ante un remate colocado de Fabian Hormazábal que buscaba el segundo palo. Y en la siguiente, ya en los 80 minutos, primero saliendo bien ante el mano a mano y luego el rebote, nuevamente ante Hormazábal, en una de las pocas qué jugadas donde Lanús estaba mal parado. El partido había entrado en su tramo más vibrante, con emociones a cada paso.
Cuando parecía que la victoria granate estaba sellada, llegó el golpe final. En el cuarto minuto de descuento, el árbitro brasileño Daronco, sancionó penal para el equipo chileno, por una mano de Cardozo dentro del área. Todo Lanús protestó la jugada, señalando una falta previa del atacante local que se le sube encima al mediocampista antes del contacto. Sin embargo, el juez no modificó su decisión y no fue llamado a revisión por el VAR, a cargo de su compatriota Rodolpho Toski Marques.
Con la presión del cierre sobre sus hombros, el capitán Aránguiz asumió la responsabilidad y definió con frialdad, a colocar, mientras Losada elegía el otro palo.
Lanús tuvo la última con un cabezazo, pero se fue por arriba. El empate 2-2 dejó una sensación de bronca en el banco argentino, en un cierre cargado de tensión y reclamos cruzados. El equipo de Mauricio Pellegrino se vuelve con un empate valioso desde lo numérico, pero con la amargura de haber estado a segundos de una victoria. La serie sigue abierta, y se definirá dentro de siete días en el estadio Ciudad de Lanús, donde se espera otro duelo cargado de intensidad y clima caliente.
Resumen del partido
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