Vélez puede guardar el celular del Virrey
Los dos goles de Pavone le dieron el éxito sobre Central por 2-0 y le permiten mirar un poco más de lejos la zona del descenso
Tranquilos, pueden colgar el teléfono, no hace falta llamar a Carlos Bianchi. Que vuelva la agenda de papel al cajón del escritorio. El Virrey puede seguir descansando, no hace falta salir a rescate. Aquello de que volvería a Liniers si en algún momento el club tenía problemas con el promedio del descenso, no hace falta recordárselo al guardián del Fortín. Y eso es porque un veterano, Mariano Pavone, se encargó de aflojar el nudo de la corbata que estaba por demás apretada. Es que el equipo de Christian Bassedas se sacó de encima a Rosario Central, lo que no es poco, y se quitó también la presión de verse, antes del comienzo de la fecha, a tan sólo seis puestos de la zona crítica.
Resultó casi perfecto para este Vélez lo que sucedió en su casa. Pavone llegó a los 100 goles en el fútbol local y lo mejor es que contó con la complicidad de Maximiliano Romero, el pibe de 17 años de Loma Hermosa. Sí, en Liniers es casi una obligación mantenerse a flote con gente de las divisiones menores. Es que hay que comprender que allí siempre se buscó darle prioridad a las inferiores para tratar de ordenar la economía. Los salarios altos fueron un problema tras el período exitoso de la década del 90, con Bianchi al mando, y resultó igual de complejo sostener al plantel después de la etapa fructífera de la mano de Ricardo Gareca.
Había que reagrupar las filas y por eso Bassedas aceptó dejar el lugar de manager para ser entrenador. Otro ensayo en el que dominaron los juveniles, pero que en esta temporada se dieron cuenta que no iban a poder sostener. Por eso entendió que a la experiencia de Cubero, Pavone y Somoza, había que sumarles algunos nombres sin demasiado cartel, pero igual de efectivos: el paraguayo Blas Cáceres, Gonzalo Díaz, Maximiliano Caire y Hernán Barcos.
Y con estos pequeños retoques y sin ser una maravilla como equipo, le alcanzó para darle un cachetazo al Central de Eduardo Coudet. Y no es un detalle menor, porque antes del comienzo del partido era todo un desafío tener que controlar a Giovani Lo Celso y poder frenar a Marco Ruben. El primero no tuvo compañía para poder generar juego y el segundo quedó sumergido entre los centrales de Vélez: Cristian Nasuti y Lautaro Giannetti.
Algunas imágenes podría explicar un poco mejor cómo se compone ese grupo del equipo de Liniers. Ver a Somoza, tras el segundo gol de su equipo, hablando con Robertone, que tiene 19 años, y con Grillo que tiene 23, para pedirles que no se desordenen o advertir que Pavone lo aplaudía a Romero por cómo colaboró en sus dos goles, son las síntesis perfecta.
Es que no podían fallar en Liniers. El calendario le puso a este equipo por delante una cantidad de desafíos que pueden ponerlo otra vez en una situación incómoda. Los choques con San Lorenzo, Racing y River representan una prueba determinante. Tanto que, aunque suene extraño, tuvo que salir el presidente Raúl Gámez a pedir que no se hable más del descenso, algo que estaba lejos del horizonte de su club.
"Necesitábamos ganar. Después de un comienzo malo, con la derrota con Gimnasia (LP) y la eliminación de la Copa Argentina, era bueno para nosotros sumar de a tres. Nos merecíamos la victoria", explicó Pavone. Y agregó: "La verdad es que estoy muy contento por convertir, porque sirve para ganar. Son 100 goles que ya llevo en la Argentina, pero tengo 160 en mi carrera".
Vélez encontró el equilibrio justo para no tener que marcar el número del Virrey. Y no es poco.
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