Agustín Corradini y el 5º puesto con las Leonas: "Si queremos un equipo ganador, hay que tener un córner muy fuerte"

Entre 1998 y 2016, las Leonas estuvieron siempre clasificadas para las semifinales de los grandes torneos FIH. Pero el año pasado sufrieron el cimbronazo del 7º puesto en los Juegos de Río de Janeiro (dirigía Gabriel Minadeo ) y hoy concluyó la participación en la final de la World League, con un quinto lugar con sabor a poco. Una derrota inesperada ante Nueva Zelanda en los cuartos de final cortó cualquier aspiración de festejar en Oceanía.

Agustín Corradini , que asumió en mayo de este año, trazó su balance del certamen antes del regreso desde Auckland, en donde el seleccionado femenino de hockey sobre césped defendía el título de Rosario 2015. El DT treintañero ofrece las dos caras: valora el progreso del equipo pero no olvida las grandes deudas de juego.

"La mirada global en la World League es muy buena, estoy contento y orgulloso del crecimiento que tuvieron las chicas en tan corto tiempo. Mostraron un progreso muy grande tanto frente a China, como ante Inglaterra y Alemania, las dos veces que nos enfrentamos a las germanas. E incluso contra Nueva Zelanda hicieron cosas muy positivas. Obviamente: debemos seguir construyendo en distintos aspectos como en el córner, un punto en el que estamos muy bajos. Si el corto hubiera tenido un funcionamiento acorde con un equipo que pretende ganar torneos importantes, el encuentro ante las neocelandesas lo habríamos ganado. Recibimos dos goles por esa jugada y tuvimos cero efectividad de seis oportunidades", le explicó Corradini a La Nación.

-¿Cuál es el aprendizaje de esa derrota ante Nueva Zelanda?

-Creo que potenció el aprendizaje en todo sentido. Primero en el aferrarse en lo que somos buenos, a las cosas que nos identifican. En los momentos críticos, los conjuntos se tienen que hacer fuertes en lo que saben hacer. Y si queremos construir un equipo verdaderamente ganador, tenemos que tener un córner corto muy fuerte. Si bien lo estamos trabajando, todavía no llegamos al porcentaje mínimo que debe poseer un seleccionadonpara estas instancias.

-¿En dónde se advierte la maduración?

-Por ejemplo, en el partido contra Inglaterra (1-0). Cuando jugamos contra ellas en la semifinal de la World League en Johannesburgo hace unos meses, nos tocó perder por 5 a 2. Más allá de que en aquel partido tuvimos muchas penetraciones al círculo, tiros al arco y un montón de córners, la parte defensiva había sido muy mala. En cambio, esta vez dominamos al campeón olímpico y tuvimos la paciencia para abrir el partido en el último cuarto. Lo mismo con Alemania: en Sudáfrica nos había pasado literalmente por arriba desde lo conceptual, físico y estratégico, y en este torneo le ganamos con mucha autoridad las dos veces, anotándole cuatro goles en cada partido (4-1 y 4-0). Eso es un crecimiento muy importante.

-En este camino de preparación rumbo al Mundial de Londres 2018, ¿se le presta atención a los resultados?

-Reflexiono en parte con la cabeza y en parte con el corazón. Cuando hablo con el corazón me quiero morir, porque me parece que no merecimos el quinto puesto en esta World League. Me dolió perder en los cuartos de final porque sentí que estábamos al nivel e incluso por encima de casi todos los rivales. Ahora bien: lo pienso con la cabeza y la verdad es que no me importan los resultados, porque hemos sabido ganar el Champions Trophy y al año siguiente terminamos séptimos en los Juegos Olímpicos, el peor resultado histórico en este tipo de torneos. Estoy convencido con que las planificaciones deben darse en ciclos olímpicos.

-El Mundial se va a jugar entre julio y agosto del año próximo, ¿en qué se va a poner énfasis para la preparación?

-En esa recta final haremos hincapié en los córners defensivos y ofensivos para obtener mayores porcentajes. Y después, seguir trabajando en las variantes del juego con pelota para que los rivales no nos puedan bloquear y tengamos más alternativas de las que ya tenemos. Además, profundizar la solidez defensiva y encontrar opciones en el juego con presión. En definitiva, seguir dando identidad al equipo, que las Leonas sepan a qué juegan con una sola indicación.