La de 2017 es una Fórmula 1 distinta, teñida de color Ferrari

MELBOURNE, Australia.- Se vio, por fin, una Fórmula 1 distinta. Coches que son 30 km/h más rápidos en las curvas de alta velocidad y 20 km/h más veloces en las curvas lentas. Que resultan 1s7 más rápidos en las pruebas de clasificación y 2s5 segundos más veloces en carrera. Que obligan a sus pilotos a experimentar fuerzas centrífugas de hasta 8G, el doble de lo que venían soportando. Que son "más difíciles de controlar en caso de derrape por culpa de las ruedas más anchas" según cuenta el holandés Max Verstappen, "brutales para manejar" como los definió el francés Romain Grosjean, piloto de Haas, o "reales monstruos" en la consideración del director deportivo de Mercedes, Toto Wolff. Son los coches de una nueva Fórmula. En la que, al fin, no domina Mercedes.

Es el principal rasgo de distinción de esta clase 2017. Por primera vez desde el arranque de la era híbrida, en 2014, un coche plateado no está al frente del Mundial ni gana la apertura. "Gina", la Ferrari n° 5 que conduce Sebastian Vettel, robó esos honores y plantea la atractiva posibilidad de una historia diferente para la máxima categoría del automovilismo mundial, después de tres temporadas de absoluto dominio por parte de Mercedes, la escuadra que en ese periodo ganó 51 de 59 Grandes Premios.

Para Vettel fue su victoria número 42, la primera en 553 días desde la última conseguida en el espantoso calor de Singapur en 2015, cuando los Mercedes tuvieron un rendimiento tan pobre que se especuló que solo querían darle emoción a un torneo tedioso. La casa de Maranello confirmó en la pista del Albert Park que lo único que arrastran del pobre 2016 es la capacidad de la SF70H para andar más rápido durante la carrera que en la clasificación, dónde solo perdió la pole por 268 milésimas.

El auto pergeñado por el equipo técnico que conduce Mattia Binotto y que tanto prometió en los tests de Barcelona es, desde ya, la mejor máquina salida de Maranello durante la era híbrida. La SF15-T de 2015, que ganó tres Grandes Premios ese año, solo funcionaba a alto nivel en condiciones de altas temperaturas. Esta SF70H cuenta además con el "botón mágico", un mapa electrónico del motor que proporciona unos HP adicionales, los que permiten andar al máximo durante las pocas vueltas de la clasificación. "Ferrari, como Mercedes, ya tienen el botón mágico, que no nosotros no tenemos todavía", se lamentó el sábado Christian Horner, el DD de Red Bull Racing.

Durante los primeros giros del Gran Premio, Vettel consiguió mantener su máquina debajo del aire turbulento que se desprendía del Mercedes de Lewis Hamilton; el inglés nunca pudo hacer lo propio con su auto mientras perseguía a Verstappen, en la etapa crucial de la carrera. Cuando el inglés pierde la calma en la pista, sus diálogos radiales con su ingeniero, Peter Bonnington, se hacen más tensos y frecuentes. "No sé cómo esperás que lo pase", reaccionó molesto cuando le reclamaron que se esforzara en superar al holandés. Allí se decidió el GP.

El resultado de Australia es tanta responsabilidad de Ferrari como de la debacle de Mercedes. Por primera vez desde 2014, los pilotos no tenían la obligación de conservar los neumáticos. Pero Hamilton se detuvo a cambiar sus cubiertas una vuelta antes de lo establecido; en cambio, el tren trasero de la Ferrari se comportó de manera mucho más estable y esos siete giros adicionales que le permitió dar a Vettel sellaron la suerte del Gran Premio. "Ya era hora", dijo Sergio Marchionne, el presidente de la Ferrari.

Recién comienza el 2017, pero es evidente que esta es una Fórmula 1 distinta. "Hubo un cambio de humor y de atmósfera en el paddock y alrededor del circuito. Bernie Ecclestone ya no está a cargo y el ambiente es más relajado en el paddock, con más movimiento porque se entregaron muchos más pases; los pilotos pasan más tiempo firmando autógrafos y apareciendo en las transmisiones oficiales de Facebook Live, hay más libertad para pilotos y equipos para hacer videos para las redes sociales" cuenta desde Melbourne James Allen, el biógrafo de Michael Schumacher. "Claro que no todo el mundo está contento con eso: a algunos sponsors les preocupa que la exclusividad que emana la F.1 está bajo amenaza, un eco del pensamiento de Ecclestone que cree que con Liberty Media, la F.1 pasa de ser un restaurant de la guía Michelin a un McDonald's".