Mundial de Natación. Lilly King, récord del mundo para calentar a la Guerra Fría
BUDAPEST.- La leyenda le otorga a Winston Churchill la frase del telón de acero. Ese decir, ese eufemismo que se utilizó durante cerca de 50 años para definir a esa línea invisiblemente visible que dividió a Europa y al mundo durante la Guerra Fría, simbolizada por la disputa entre la Unión Soviética y Estados Unidos. El cinismo en los despachos dejó en jaque a una falsa diplomacia que temblaba cada vez que yanquis y soviéticos se enfrentaban en alguna cancha. El deporte como excusa del patriotismo, tensión extrema en las pistas. En la final de básquet de los Juegos Olímpicos de Múnich, la polémica invadió el final del duelo. La angustia fue máxima en el duelo de ajedrez entre Boris Spassky y Bobby Fischer; también en el choque de hockey hielo en los Juegos de Invierno entre la superpotencia soviética y el equipo universitario estadounidense, que terminó con el duelo en favor de los rookies americanos, en un partido que se ganó el apodo de Miracle on Ice. El muro de Berlín cayó en 1989, la Unión Soviética se extinguió en 1991 y, aunque Rusia heredó la rivalidad con Estados Unidos, la tirantez desapareció.
Sin embargo, hay días en los que renace. Cómo cuando en la pileta de Río 2016 se enfrentaron la estadounidense Lilly King y la rusa Yulia Efimova. Ambas nadadoras se provocaron en las semifinales de los 100 metros pecho y en la final, tras subirse a lo más alto del podio King se negó a saludar a Efimova. Resulta que la rusa había estado sancionada por doping, situación que le generó el abucheo del público brasilero y el linchamiento público de sus colegas. “Esto prueba que puedes competir limpio e igual ganar”, la americana tras ganar la final. “Siempre pensé que la Guerra Fría era una cosa del pasado”, contraatacó la rusa. Ayer, en Budapest, al este del telón de acero, King y Efimova se volvieron a cruzar. Otra vez en un final. Esta vez, nadie silbó a la rusa; pero la moneda cayó otra vez del lado de la chica de Indiana. Y con un premio extra: conquistó el oro con récord del mundo incluido.
Un tiempo de 1m04s13/100, para superar por 22 centésimas la plusmarca de la lituana Ruta Meilutyte, cuarta con un 1:05.95. Meili fue plata con 1:05:03; Efimova, bronce con 1m05s05/100. La rusa ni miró a su rival celebrar. “¿Es especial para vos derrotar a Efimova?”, le cuestionaron a King. “Sí”, resolvió; “cada vez que represento a mí país quiero ganar”. El pasado sigue presente entre la rusa y la americana. “En la sala de espera estaba todo muy tenso. Es obvio que no nos queremos y que la situación era muy incomoda”, explicó King. Y sacó pecho: “Me gusta la presión, soy competitiva, por eso estoy en el mundo del deporte. Quiero que la pileta este llena, escuchar a la gente gritar y a mis compañeros diciendo mi nombre”. La Guerra Fría terminó, pero el telón de acero entre Lilly King y la rusa Yulia Efimova sigue de pie.
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