Messi, los mini Messi y el chef de la selección: un cumpleaños feliz y rodeado
RÍO DE JANEIRO.– ¿Quién es el que está al lado de Diego Iacovone? El viejo chiste sobre el personaje anónimo al lado de uno mundialmente famoso –que suele hacerse con las fotos que la gente se toma con el papa en el Vaticano– se actualizó ayer, entre Porto Alegre y esta ciudad. Porque tal como ocurre cada vez que un integrante de la delegación de la selección cumple años, hubo celebración. Sucede que ayer fue doble: cumplían Iacovone, el chef que prepara los platos en cada viaje de la selección, y... Lionel Messi. Entonces hubo torta y festejo conjunto entre el que la preparó y el capitán. La costumbre se mantiene aunque las caras varíen: el año pasado, en Rusia, en la foto también aprecieron Antonia –otra de las cocineras, ausente aquí– y Nehuen Pérez, uno de los sparrings.
Pero hubo dos diferencias sustanciales entre 2018 a 2019. La primera es el ambiente: el cumpleaños 32 de Messi llegó después de haber obtenido la clasificación para cuartos de final de la Copa América, mientras que el de Bronnitsy estuvo teñido por el 0-3 ante Croacia, sufrido apenas tres días antes. El otro punto que separa las celebraciones es geográfico: si en Rusia lo pasó a 13.500 kilómetros de su familia, aquí compartió el día con Antonela, Thiago, Mateo y Ciro. Su mujer y sus hijos –también sus padres y otros familiares– llegaron el domingo desde Rosario para estar en el partido ante Qatar. Y después del triunfo, la cena y la medianoche fueron los primeros en cantarle el feliz cumpeaños a un sonriente capitán: cuando terminó la visita de los familiares, tuvieron unos minutos más para pasar juntos, dado lo especial del día.
Los segundos en levantar el jingle fueron los hinchas que ayer a las 11 de la mañana llegaron al Parque Gigante –sede de Internacional–, el lugar de entrenamiento del plantel tras el triunfo. Fue curioso escucharlo: "¡Que los cumplas, Leo Messi, que los cumplas, feliz!", entonaron para nadie. Es que el homenajeado no corría junto al grupo de jugadores que movía la pelota en la cancha que se ve desde la calle; estaba en el gimnasio junto a los demás titulares, haciendo las típicas tareas regenerativas post partido.
A la tarde, después del almuerzo, el plan familiar siguió adelante. Los otros Messi volvieron a reunirse con el famoso de la foto para compartir unas horas más, antes de tomar rutas aéreas distintas: unos a Rosario, desde donde habían llegado, el cumpleañero a Río de Janeiro, para empezar a preparar el partido del viernes. Y entonces sí: ya en el hotel de Barra de Tijuca, tras la cena vino el festejo compartido con Iacovone. Fue, al cabo, la octava vez que Messi pasa su cumpleaños en un entorno de selección.
El viaje en el tiempo permite un recuerdo más, el principio del principio. Hace 15 años, un día después de cumplir 17, un chico tímido de melenita traspasó los portones del predio de la AFA en Ezeiza por primera vez en su vida. Lo esperaban para entrenarse y jugar, apenas cuatro días más tarde, su partido debut en la selección, un amistoso de la Sub 20 contra Paraguay armado de apuro para que el adolescente que venía de Barcelona fuera argentino para siempre.
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