Madero, el héroe de siempre

Fue un calco de la final que lo consagró bicampeón de la URBA y de lo que significó la clasificación de los Pampas a los cuartos de final de la Vodacom Cup. Así fue la victoria del SIC sobre el CASI en el derby sanisidrense número 115. Y, como frente a Alumni y Sharks, con un drop a los 39 minutos del segundo tiempo, Benjamín Madero se convirtió en el héroe del partido.

"La verdad es que no soy un especialista del drop; no suelo intentarlo muchas veces. Sin embargo, sé que en este tipo de partidos tan cerrados es un arma muy buena para usar", sostuvo el capitán zanjero. Si bien la última imagen del clásico lo tuvo como protagonista principal, el apertura no había tenido una buena tarde a la hora de patear a los palos, falló dos envíos a los postes. "El último penal era bastante accesible, pero cuando fui a impactar la pelota se me fue un poco el pie. En ese momento sentí que la pelota no iba a entrar. Por suerte tuve revancha y pude meter el drop porque sino me iba a quedar con una mucha bronca".

Si bien Madero confesó no ser un especialista de los envíos de sobrepique, los últimos antecedentes no se condicen con sus palabras: drop en la final del torneo de 2011 para ganarle a Alumni (14-11), mismo recurso para darle a Pampas la clasificación a los cuartos de final de la Vodacom Cup ante Sharks XV, y la jugada de ayer ante CASI. "La suerte parece estar de mi lado; al menos tengo un buen historial. Ojalá esto siga así", bromeó.

El origen de esta gesta mucho se lo debe a su padre, Rafael, ya que le dio la semana libre en el trabajo para que este se enfoque pura y exclusivamente en el clásico. "Al irse Benja a jugar con los Pampas se perdió el primer cuatrimestre de la facultad, por eso está trabajando conmigo en la empresa. Esta semana decidí darle franco para que estuviera enchufado", contó Rafa, ex jugador de los Pumas. De esta manera, el N° 10 pudo llevar a cabo una de sus costumbres previa a los partidos: practicar patadas. "El viernes había tenido una buena tarde, eso capaz me jugó en contra porque llegué al clásico con un exceso de confianza", analizó Madero, que aunque no estaba certero siguió pidiendo palos en cada penal que su equipo tuvo a favor. "Seguí apostando porque me tenía muchísima fe", remarcó.

Temple, confianza y eficacia; Madero es garantía a la hora de la definición.