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WELLINGTON, Nueva Zelanda.- El día empezó bajo un cielo gris y durante la práctica vespertina en el predio de Newtown Park, pegado al zoológico de esta ciudad, la lluvia acompañó los movimientos de los Pumas. Puertas adentro, junto a parte del staff, un hombre miraba serio. Encapuchado, seguía cada tarea que se realizaba en la cancha. Pero sobre el final del entrenamiento un fuerte viento se llevó las nubes y la mañana diáfana ganó la escena. Los permanentes cambios climáticos de la capital neozelandesa pueden trasladarse a lo que sucede en estas horas con el plantel albiceleste, que, en el acondicionamiento para su tercer compromiso mundalista, que será frente a Escocia el domingo próximo (a las 4.30 de la Argentina), sigue sin develar un interrogante. No es un cuadro alarmante, pero sí genera incertidumbre porque involucra al líder, capitán y apertura, Felipe Contepomi.
Tras 11 días sin actividad por el traumatismo condrocostal del lado derecho que sufrió contra Inglaterra, el N° 10 tuvo motivos para volver a sonreír: volvió a efectuar ejercicios, ya sin dolor al caminar, y trabajó en bicicleta. Y abrió alguna esperanza cuando pateó a los palos y, ante una consulta del doctor Guillermo Botto, levantó un pulgar y apuntó: "Sólo el dolor de la contracción".
Parece un dato alentador, a cuatro días del choque con el equipo del Cardo, que marcará de manera definitiva la participación del seleccionado en el Mundial. En esa carrera contrarreloj, el propio jugador despejó luego una duda ante la prensa y habló de una certeza: "Al 100 por ciento no voy a estar, seguro. Tengo una lesión con fractura de cartílago. Lo que veré en estos días es si estoy en condiciones de dar el 100%. Sueño todos los días. Soy optimista. No tengo que hacer locuras, pero creo y sueño que voy a llegar", dijo.

"Esto es un Mundial y uno siempre quiere jugar, y más si es en los Pumas. Pero hay que aceptar el momento y ser coherente. El dolor no disminuyó, lo siento de la misma forma cuando como y cuando duermo.
Si estoy bien, si me siento bien, entraré. Si no, no jugaré y dejaré mi lugar a un compañero", señaló a La Nacion el back de Stade Français.
Sabe que es una lucha contra el tiempo, pero quiere estar. Para él, esta Copa del Mundo, la cuarta en su cuenta, la primera como capitán, será la última. Por eso es tan importante no faltar frente a Escocia. Ser protagonista en el partido decisivo del Grupo B para el conjunto nacional. El encuentro que marcará a fuego un proceso de cuatro años. "La realidad es que hoy me siento bien, pero tengo que probarme. No es lo mismo caminar o estar viendo televisión en la cama que jugar. El viernes haremos la prueba y decidiremos", explicó.
Contepomi se mueve por esta ciudad con tranquilidad, con naturalidad. Primero, junto al resto de los backs, salió del hotel Amora rumbo al gimnasio, situado a dos cuadras del búnker argentino. Poco más de una hora después, se separó del grupo para ir de compras. En el trayecto la gente lo paraba, lo saludaba y se sacaba fotos. Se trata del capitán de los Pumas, que pelea contra el dolor y el tiempo para afrontar el gran desafío de la definición de la zona.


