CÓRDOBA.- La empresa agropecuaria Maglione Hermanos, ubicada en Las Junturas, a 120 kilómetros de la ciudad de Córdoba en plena "pampa manicera", se asoció con la investigadora del Conicet Mariana Gatani -en el marco de un proceso de vinculación entre ciencia y técnica y sector productivo- y producen placas para revestimientos, pisos, cielo rasos y muebles con cáscaras de maní.
La relación ya lleva varios años y desde hace un tiempo producen a una escala media. El objetivo es conseguir financiamiento para completar el proyecto y seguir ganando volumen. "Es la pata que necesitamos; tenemos el respaldo de la empresa, el trabajo científico y necesitaríamos que se sume un inversor", explicó Gatani a LA NACION.
La empresa se interesó en el desarrollo de la investigadora cuando ella preparaba su doctorado en Ciencias del Diseño. Las cáscaras de maní -que habitualmente eran desecho de las compañías- es el insumo principal de las placas, que son semejantes a las de aglomerado de madera, pero alrededor de 20% más baratos.
"Se fabrican en la misma planta, cero huella de carbono; usamos un adhesivo libre de compuestos orgánicos volátiles (a diferencia de las de madera) -describe Gatani-. No solo es un buen ejemplo de que el sistema científico se acerca a la producción, sino una gran oportunidad para generar empleo".
Para una placa de 60 centímetros por 60 centímetros se usan unos cuatro kilos de cáscaras; el producto es muy compacto. "Se logra con presión y temperatura y con una mínima cantidad de ligantes; además tiene el valor agregado de las condiciones estéticas", apuntó la investigadora.
El sistema de financiamiento provincial y nacional para proyectos de este tipo impide la comercialización de los productos, por lo que el uso es a partir de acuerdos. Por ejemplo, las placas se usaron en una cooperativa de viviendas de Villa María y en la propia Municipalidad de esa ciudad.
Las placas tienen buenas propiedades de aislación térmica y un índice de conductividad que las hace aptas para revestimiento de muros internos, tabiques y también cielo raso. Las cáscaras no se trituran; se aplastan y por eso estéticamente dan colores ocre, marrón y amarillo. Córdoba produce el 95% del maní de la Argentina y exporta alrededor del 90%.