Coronavirus: la dura historia de una pediatra argentina varada en la India

"Como una sola vez al día para estirar el poco dinero que me queda. Aquí no aceptan tarjeta de crédito y no hay transporte para viajar a ningún lado". El testimonio desde la India de la doctora Karen Andreasen, 40 años, médica pediatra de Terapia Intensiva del Hospital Garrahan , al igual que el de unos 10.000 argentinos varados en el exterior por la pandemia del coronavirus , es el de un viaje que comenzó siendo la concreción de un sueño y terminó convirtiéndose en una pesadilla, a 16.000 kilómetros de Buenos Aires, en una cultura totalmente diferente, con recursos económicos que se van agotando y sin fecha de regreso a la vista.

Tras la declaración de la cuarentena obligatoria en toda la Argentina, el último vuelo de repatriados llegó a Ezeiza hace dos semanas. Y este jueves el canciller Felipe Solá fue drástico al afirmar que la reanudación del operativo "no tiene fecha".

Para la doctora Andreasen su viaje soñado de tres semanas a la India comenzó el 9 de marzo. Cuando diez días más tarde la Argentina declaró la cuarentena y cerró las fronteras, intentó adelantar de urgencia su regreso, pero ya no consiguió vuelos. Entonces se trasladó al hostal más modesto que consiguió en Goa Arambol, una zona de playas sobre el Océano Índico -a dos horas de avión de Nueva Delhi-, y por 20 dólares diarios consiguió una habitación en unas modestas cabañas de madera, sin aire acondicionado en una zona donde la temperatura ronda los 40°C. Por la cuarentena india, además, ahora tiene prohibido salir de su cuarto.

"La policía además acá es muy violenta para hacer cumplir la cuarentena", contó a LA NACIÓN en diálogo telefónico por WhatsApp. "Los otros días vi cómo golpeaban con palos a unas personas que se encontraban caminando en la playa. Y pocos días después la policía entró al restaurante de mi hostal, que es el único lugar que tenemos para estar fuera de nuestra habitación, y golpearon con palos a algunos huéspedes y a los cocineros", contó.

La situación de salud de la doctora Andreasen se complicó además hace una semana cuando estaba sentada en el restaurante y, por accidente un huésped derramó sobre su pierna un termo de agua hirviendo que le provocó una extensa quemadura en el tobillo. "Las farmacias están totalmente desabastecidas y no tenía nada para hacerme las curaciones y evitar una infección de la herida".Luego de varios días de gestiones consiguió que la fuera a visitar un médico de asistencia al viajero, que le dio antibióticos y antiinflamatorios. Para el resto de las curaciones caseras se mantiene en contacto telefónico con sus colegas del Servicio de Quemaduras del Garrahan.

"Los contactos con el consulado en Bombay son totalmente infructuosos. Me dicen que no tienen ninguna posibilidad de socorrernos", comentó la pediatra. La Cancillería argentina dispuso una ayuda económica para los argentinos varados en el exterior pero, entre otros requisitos, Andreasen debería enviar un formulario firmado de su puño y letra, algo imposible de realizar desde ese modesto hostel donde no tiene impresoras ni fax.

La médica pediatra comentó que son alrededor de 300 los argentinos varados en la India y que la única empresa que por ahora anunció la posibilidad de una conexión aérea con Buenos AIres es Ethiopian Airlines, para el 2 de mayo. "Pero ya van varias veces que anuncian ese vuelo y lo siguen reprogramando", contó.

Para Andreasen, "lo peor es la incertidumbre. Algunos nos dicen que hasta junio no va a ser posible regresar. Pero nadie tiene una fecha segura".

Sin un futuro claro de hasta cuándo se podrá extender su estadía en ese remoto hostal de la India, la médica optó por reducir al mínimo sus gastos, con una sola comida diaria que le ofrecen en el restaurante del hostal, un plato con un poco de arroz, legumbres y verduras.

"La situación por la cuarentena es muy tensa. Toda la gente está muy violenta. El dueño del hostal quiere que nos vayamos. Pero no tenemos ninguna opción por ahora", concluyó Andreasen.