Detectan 28 agujeros negros "monstruosos" ocultos detrás de una densa capa de polvo y gas
Gracias al empleo de telescopios espaciales de la NASA, el Hubble y el Splitzer, un grupo de científicos logró divisar 28 agujeros negros monstruosos que se habían estado escondiendo bajo otros objetos en el espacio. Liderados por Erini Lambrides de la Johns Hopkins University (JHU), los expertos analizaron estos objetos gracias a la Chandra Deep Field-South (CDF-S), la imagen de rayos X de mayor precisión que se tenga registro.
Anteriormente, con la CDF-S, los científicos ya habían identificado 67 agujeros negros en crecimiento ocultos por una especie de "capullo" o envoltura de polvo y gas. Con este nuevo estudio, hallaron 28 agujeros negros supermasivos, que se habían clasificado erróneamente como agujeros negros de crecimiento lento, con baja densidad o sin capullos o galaxias distantes.
"Con esta nueva identificación hemos encontrado un grupo de agujeros negros que antes nos habíamos perdido. Nos gustaría decir que descubrimos estos agujeros negros gigantes, pero han estado allí todo este tiempo", explicó Lambrides en un comunicado.
A partir de las nuevas observaciones, los investigadores concluyeron que se trata de agujeros negros monstruosos, del tipo más grande, que crecen al aspirar el material circundante. El material aspirado se recalienta y emite radiación en una amplia variedad de longitudes de onda. De ahí, la importancia de los telescopios de rayos X para observar estos objetos distantes.
El equipo de Lambrides comparó la información recabada con el comportamiento esperable de un agujero negro en crecimiento y predijeron la cantidad de rayos X que deberían recibir de cada objeto. Sin embargo, el nivel de rayos X resultó mucho más bajo de lo anticipado para estas 28 fuentes de emisión. Esa diferencia llevó a los expertos a descubrir que el "capullo" de polvo y gas que recubre a los objetos es aproximadamente 10 veces más denso de lo que creían.
Con este dato, explicaron que estos gigantescos agujeros negros producen una mayor cantidad de rayos X, y que su "envoltorio" impide que una cantidad significativa de esos rayos escape y sea observada desde la Tierra.
Los resultados de esta investigación fueron publicados en The Astrophysical Journal y son de suma importancia para el conocimiento y estudios científicos posteriores. El aporte del equipo de Lambrides sustenta modelos teóricos que estiman cuántos agujeros negros hay en el universo, qué tan rápido pueden crecer y, de la misma manera que ocurre con los "capullos", qué elementos podrían oscurecerlos y alterar la forma en que se los ve.
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