Elecciones en Colombia: la victoria agridulce de Gustavo Petro y el escenario que entusiasma a Rodolfo Hernández
El candidato de izquierda quedó primero, pero cerca de su techo, mientras que el outsider sumará apoyos de los votantes de Guitérrez, visceralmente antipetristas
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BOGOTÁ.- La ola antigubernamental que recorre América Latina llegó a las elecciones colombianas y lo hizo con tal fuerza que se llevó por delante a la derecha, predominante hasta ahora. Y con ella al expresidente Álvaro Uribe, el político más influyente en las últimas décadas. Quien hasta ayer fue factor clave en todas las elecciones fue apartado de golpe y sin avisar por la fuerza del cambio.
Pero lo que debía ser un día de fiesta para el ganador, su gran enemigo, Gustavo Petro, quien tantas veces soñó con derrotar personalmente a Uribe, se ha convertido en una victoria agridulce. En el triunfo que el exguerrillero intentó evitar a toda costa apostando por la polarización, que ambos dirigentes usaron como un péndulo para favorecer sus intereses políticos.
El sorpasso protagonizado por el outsider Rodolfo Hernández, quien recibiría en segunda vuelta los apoyos de los votantes de Fico Gutiérrez, visceralmente antipetristas, lo colocaría con buenas posibilidades de cara al cabeza a cabeza del rush final. Las apuestas políticas volaban esta noche en la premier de la política colombiana y muchas de ellas se dirigían hacia el otro triunfador, el populista Hernández.
Y todo ello pese al 40,3% obtenido por el exguerrillero en su tercera intentona presidencial, marcada por su apuesta por el cambio total, sin vacilaciones. Un resultado que se ha quedado corto ante la avalancha de Hernández y su famosa “Rodolfoneta”.
Los dos líderes se han repartido el voto joven y al apoyo de las redes, pero con una clara diferencia: quienes apoyan al empresario de la construcción quieren cambio, pero tienen miedo. Miedo a Petro, a sus efluvios autoritarios y a su cercanía con la revolución bolivariana, algo de lo que el izquierdista no se ha logrado desprender pese a sus malabarismos dialécticos durante la campaña, en la cual incluso llegó a asegurar que el verdadero Nicolás Maduro de Colombia no era él, sino el presidente Iván Duque, paradójicamente el principal enemigo del líder bolivariano en todo el continente.
Techo de cemento
La suma de estos factores han confirmado un techo de cemento para el exalcalde de Bogotá, quien ha vuelto a obtener ocho millones y medio de votos muy fieles en medio de una abstención en torno al 46%, algo tradicional en Colombia. Petro va a la cabeza pero Hernández viene desde atrás con mucha fuerza, por lo que las tres semanas de campaña van a ser definitivas.
“Los resultados son desfavorables para Petro, pese a que los colombianos han rechazado a los políticos tradicionales. Hernández debe ser el favorito porque Petro tiene techo por su izquierdismo. Es verdad que Hernández puede ser de derecha, pero sin duda es el anti-Petro”, sostuvo el politólogo John Polga-Hecimovich para LA NACION.
El candidato de la izquierda radical sabe cuáles son sus retos en los próximos días: luchar contra su propia esencia y mirar hacia el centro, además de forzar el duelo directo con su rival. Hernández ya evitó durante la semana pasada los debates televisivos entre los candidatos, donde Petro se mueve como pez en el agua, y apostó por sus conexiones en directo en Facebook, los videos en TikTok y los tuits de antipolítica en Twitter.
Los desafíos de Hernández
Una de las claves de cara al ballottage será la capacidad de Hernández, exalcalde de Bucaramanga, de responder a la marea de campaña sucia que desde ambos polos surgió en los últimos días ante su ventaja en los sondeos. De ser una voz pintoresca que aparecía de forma marginal, el ingeniero pasó a estar debajo de todos los focos, fue condenado a pasar cinco días en la cárcel, recibió acusaciones de machista por “esconder” a su mujer en su casa y se le recordó hasta la saciedad que sobre él pesa una acusación por corrupción.
Hernández, que no ha aportado grandes propuestas al margen de sus críticas contra la corrupción, ha evitado acercarse a partidos y políticos tradicionales para robustecer su perfil antisistema. A la vista están los resultados que ha cosechado. Y esa será otra de los interrogantes, hasta qué punto permanecerá como un verso suelto o si se verá obligado a pactar tanto con la derecha como con el centro.
“Vienen días decisivos”, advirtió el ingeniero, quien adelantó que no es ingenuo para adivinar lo que le espera.
Una nueva campaña comienza hoy y es tan apretada que quienes no han votado, sobre todo jóvenes, serán llamados por las dos candidaturas para que decidan el resultado final. Quien logre convencer a parte de ese 46% que no quiere saber nada de políticos y elecciones tendrá muchas posibilidades de convertirse en el próximo presidente de Colombia, en el presidente del cambio.
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