Everest: Nepal, ante la complicada tarea de reconocer los cadáveres derruidos por la montaña
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KATMANDÚ.- Once personas muertas. Ese es el saldo (el más alto en cuatro años) que dejó en 2019 la travesía de subir al Everest. El gobierno de Nepal está en medio de una polémica desde fines de mayo debido al crecimiento del turismo en la montaña: hubo cifra récord de permisos para escalar, congestionamientos en los senderos y una gran concurrencia de no deportistas que debieron hacer frente a condicionas extremas tanto de clima como de supervivencia.
Ahora, el gobierno debe hacer frente a otro desafío: identificar los cuerpos recuperados. Desgastados por el viento y las bajas temperaturas casi al punto de ser esqueletos, cuatro cuerpos se encuentran en una morgue, tras ser retirados en medio de una operación hace dos semanas, y las autoridades analizan el método a utilizar para poder dar con las identidades.
La policía y funcionarios admiten que enfrentan un enorme reto con los escaladores muertos, que se espera puedan ser enviados a sus países de origen. Sin embargo, los oficiales ni siquiera están seguro de cuánto tiempo permanecieron en la montaña.

Un equipo organizado por el gobierno realizó una operación de limpieza del área poco por encima del campamento base. Además de las 11 toneladas de basura, recuperaron varios cuerpos de montañistas muertos. "Los cuerpos no están en un estado reconocible, casi reducidos a los huesos. No hay un rostro para identificarlos", dijo el jefe policial Phanindra Prasai. "Hemos orientado al hospital que recoja muestras de ADN que puedan ser comparados con los de familiares que se presenten", añadió.
Ante este panorama la Policía nepalesa prepara el proceso administrativo para poder solicitar ayuda e informar a las embajadas extranjeras sobre los cuerpos. Pero resolver el misterio podría tomar varios años.
"Es una tarea difícil", dijo Ang Tsering Sherpa, ex presidente de la Asociación Nepalesa de Montañismo. Las autoridades, dijo, "precisan compartir más información sobre los cuerpos, especialmente la localización en que fueron encontrados, y buscar la cooperación de las firmas operadoras de expediciones".

Más de 300 personas murieron tratando de llegar a la cima del Everest, a 8848 metros, desde que comenzaron las expediciones en la década de 1920. Hasta ahora se desconoce cuántos cuerpos aún yacen ocultos en el hielo, la nieve y las rocas.
Cuerpo como guía
Ante la cantidad de muertes que se producen en las alturas, y la imposibilidad de bajar los cadáveres, debido a los inconvenientes del camino y también a los altos costos, algunos de ellos, aún cubiertos por las coloridas ropas de montañismo, se tornaron puntos conocidos en el camino a la cima, y hasta tienen nombres.
Un ejemplo es el conocido como "Green Boots", por las botas verdes que aún que lleva tiene puestas. Otro cadáver que permanece en la montaña es conocido como "Sleeping Beauty" (La Bella Durmiente).

Se cree que "Green Boots" es el cuerpo de un escalador indio que murió durante una expedición en 1996, y hay evidencias de que el cuerpo fue movido en 2014 para alejarlo del camino principal.
En tanto, "Sleeping Beauty" es aparentemente el cuerpo de Francys Arsentiev, la primera estadounidense en hacer cima sin ayuda de un tubo de oxígeno, en 1998, aunque pereció en el descenso.
Agencias AFP y AP
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