Francisco a los jóvenes, en Paraguay: "Sigan haciendo lío, pero también ayuden a ordenar el lío que hacen"

El papa Francisco les pidió este domingo por la noche a miles de jóvenes que lo escuchaban en Asunción de Paraguay que "sigan haciendo lío, pero también ayuden a ordenar el lío que hacen"

Francisco se despidió el domingo de los feligreses de Sudamérica con una masiva misa en las afueras de Asunción, en el último día de una gira en la que abogó por los pobres y marginados, fustigó la corrupción, y condenó el capitalismo salvaje.

Más de un millón de personas se congregaron desde el sábado en un campo de la Fuerza Aérea cubierto de lodo, en el que el Pontífice ofició su última ceremonia religiosa antes de regresar a Roma y pidió a todos abrir los corazones al prójimo.

"Cuanto bien podemos hacer si nos animamos a aprender el lenguaje de la hospitalidad hospitalidad con el que no piensa como nosotros con el perseguido, con el desempleado. Hospitalidad con las culturas diferentes, de las cuales esta tierra paraguaya es tan rica", dijo el Papa.

El Papa visitó Ecuador y Bolivia antes de concluir la gira en el conservador Paraguay, el país con mayor porcentaje de católicos en Latinoamérica en el que la Iglesia mantiene una gran influencia en todos los ámbitos.

Muchos fieles caminaron kilómetros bajo la llovizna para acceder al campo, en medio de un fuerte dispositivo de seguridad con policías, bomberos y militares con armas largas. Otros durmieron sobre cartones, pequeñas mantas o colchones inflables sobre el lodo durante la vigilia.

"Estoy super feliz de estar acá y estoy seguro de que el Papa va a hacer un milagro y me voy a curar", dijo Luis, un niño de 10 años que sufre cáncer de pulmón y vino de la localidad Presidente Franco, a casi 400 kilómetros de Asunción.

Cristina en el altar

Uno de los momentos más llamativos de la ceremonia fue el que protagonizó la presidenta Cristina Kirchner . Por la mañana,subió al escenario donde se encontraba Francisco para obsequiarle un cuadro y sacarse una foto con él. El cuadro tiene recortes de diarios de la época en que Eva Perón estaba enferma, que revelaban que el papa de entonces había orado por ella.