Miles de personas recorrieron la carretera costera a pie, en coche y en carreta, para regresar a sus hogares, pero la ofensiva militar israelí destruyó gran parte de la ciudad
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Hanaa Almadhoun, una enfermera de Gaza, intentó regresar a su barrio en el norte de esa ciudad, pero rápidamente se dio la vuelta. Tras dos años de guerra, el viernes entró en vigor un alto el fuego entre Israel y Hamas que daba de plazo hasta 72 horas para que el grupo terrorista liberara a todos los rehenes restantes, mientras las fuerzas israelíes comenzaban a retirarse de algunas zonas de Gaza.
Funcionarios palestinos dijeron ayer que en los últimos dos días unas 500.000 personas regresaron al norte de la franja de Gaza -que está en ruinas-, tras la retirada de las tropas israelíes.
Miles de personas recorrieron la carretera costera de Gaza a pie, en coche y en carreta, para regresar a sus hogares, pero la ofensiva militar israelí destruyó gran parte de la ciudad. Hasta tres cuartas partes de los edificios resultaron dañados.
Por primera vez en semanas, la gente entró en las zonas de Sheikh Radwan, al-Karama y Beach Camp, solo para encontrar bloques de viviendas enteros arrasados, cientos de casas y gran parte de la infraestructura de la zona destruida.

Pero lo que muchos se encontraron allí es descorazonador. La escala de la destrucción es difícil de asimilar. “La situación allí es muy difícil. No hay vida”, le cuenta Hanaa por WhatsApp a Alice Cuddy, corresponal de la BBC en Jerusalén. “Todo quedó destruido. Por todas partes había escombros, incluyendo restos de cosas que ya ni siquiera podíamos reconocer, y municiones sin detonar”, agrega.
Hanaa dice que llevará tiempo retirar los escombros de las carreteras y establecer puntos de emergencia que ofrezcan servicios básicos. “La situación es muy difícil. No creo que la gente pueda soportar vivir allí. Solo vinieron a ver si sus casas están en pie”, dice.
La vivienda de los padres de Hanaa sigue en pie, “pero la mayoría de los edificios de la misma calle están gravemente dañados”. Su propia casa fue destruida por los bombardeos israelíes al comienzo de la guerra, y desde entonces las propiedades y los negocios de otros miembros de la familia también desaparecieron, afirma.
Para muchos, como Ahmed al Jabari, todo está perdido: “Mi casa, que construí hace 40 años, desapareció en un instante. No queda nadie para mí”.“Todos mis hermanos se fueron, martirizados, y mis sobrinos también. ¿Qué queda en el mundo? La muerte es mejor que la lucha en la que nos encontramos”, dice parado entre los escombros de una calle de la ciudad de Gaza. “Me alegra que no haya sangre ni muertes, pero ¿adónde iremos? ¿Viviremos 20 años en una tienda de campaña?”, se pregunta.
Decenas de videos que circulan en redes sociales mostraban a residentes caminando entre los escombros y filmando lo que queda de sus barrios. En un video se oye a un hombre decir: “Esta es la última zona a la que podemos llegar. El ejército israelí sigue cerca. Miren la magnitud de la destrucción, lo arrasaron todo”.
Alaa Saleh, un profesor que huyó con su esposa y seis hijos a Jan Yunis hace tres semanas, declaró a la BBC: “Solo queremos reconstruir. Estamos cansados de vivir en tiendas de campaña que no nos protegen ni del calor del verano ni del frío del invierno”.
Mientras tanto, la defensa civil dirigida por Hamas dice que está excavando entre los escombros en busca de los cuerpos de los palestinos desaparecidos.
El abogado Mosa Aldous, que también regresó a su casa en el norte, cuenta por teléfono desde la ciudad de Gaza: “Ya no hay casa. Todo desapareció”, dice. La última vez que había vuelto, durante el alto el fuego a principios de este año, el edificio estaba parcialmente destruido por los ataques israelíes, pero ahora “no queda nada”, cuenta.
Mosa viajó solo al norte, diciéndole a su familia que se quedara porque temía que el alto el fuego no se mantuviera. Dice que pagaron 7000 shekels (unos US$2000) para trasladarse del norte al sur a principios de este año y que no pueden volver a pagarlo. “Espero que [el alto el fuego] continúe: eso es lo más importante”, dice.
Camiones de ayuda
Decenas de camiones con ayuda comenzaron a entrar a Gaza y muchos más están haciendo cola en su frontera con Egipto, pero James Elder de Unicef dice que esto no alcanza para lo que se necesita. En declaraciones a la BBC, señala que “es muy simple lo que Israel necesita hacer”, que es “abrir múltiples cruces, no solo uno”.

La ONU estima que se necesitan al menos 600 camiones de ayuda cada día para empezar a abordar la crisis humanitaria en Gaza. “Hay cinco o seis que Israel podría abrir, lo que significa que esos rodados, ya sabes, mil, no seguirán una sola ruta. Tendrán múltiples puntos de entrada”.
Elder afirma que las agencias de ayuda de la ONU -entre las que se encuentra Unicef- están listas para intervenir “desde hace mucho tiempo”. Dice que lo que Unicef quiere hacer es distribuir alimentos de alto valor energético para niños y mujeres embarazadas, así como ropa y calzado de invierno.
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