Tras las críticas al muro de Trump, Francisco llegó a Panamá
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CIUDAD DE PANAMÁ.- El papa Francisco llegó ayer a Panamá para reunirse con decenas de miles de jóvenes, en su primera visita a Centroamérica, una región asolada por la pobreza, la violencia y la migración forzada.
El viaje del primer papa latinoamericano coincide con la mayor ola migratoria de la zona: guatemaltecos, hondureños, nicaragüenses, salvadoreños y venezolanos que huyen a diario de la pobreza o la violencia en sus países.
Precisamente en diálogo con los periodistas a bordo del avión que lo llevaba a Panamá el Pontífice lamentó la política migratoria de Estados Unidos en relación con el muro en la frontera con México.
El tema surgió cuando un periodista le contó que volvía de cubrir la información sobre la caravana de migrantes centroamericanos que viajaba hacia Estados Unidos y que había visto el muro que llegaba hasta el océano.
El periodista comentó que "era una locura" lo que había visto, a lo que Francisco asintió: "Sí, es el miedo que nos vuelve locos", y prometió que hablaría del tema en el viaje de regreso.
Francisco tuvo una postura muy firme sobre el tema migratorio desde que asumió, en 2013. De hecho, su primer viaje fuera de Roma fue a la isla italiana de Lampedusa, adonde llegan las barcazas que cruzan el Mediterráneo con migrantes africanos. Se espera que el tema de las migraciones sea una de las cuestiones centrales de su mensaje durante la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), uno de los principales eventos de la Iglesia Católica.
El pontífice argentino aterrizó poco después de las cuatro de la tarde en el aeropuerto internacional, donde lo esperaban el presidente Juan Carlos Varela, y su esposa, Lorena Castillo, además de una nutrida comitiva.
Francisco llega para alentar a los jóvenes en la jornada trienal mundial que realiza la Iglesia Católica, que se extenderá hasta el domingo. Se estima que participarán más de 200.000 jóvenes, una convocatoria que se quedaría chica en relación con encuentros anteriores.
Desde horas antes del arribo de Francisco, miles de panameños y extranjeros se acomodaron a orillas de la carretera en el centro de la capital por donde pasaría el papamóvil hacia la sede de la nunciatura, a donde se alojó el Pontífice.

La comerciante venezolana Coromoto Almeao, de 54 años, esperaba con sus dos hijas ver pasar al obispo de Roma. Con siete años de vivir en Panamá, la mujer levantaba una bandera con la inscripción "Papa Francisco, oremos por mi país". Un grupo de venezolanos rezaban un rosario.
"¡Esta es Cuba, la juventud del papa!", coreaba en otro lugar un grupo de cubanos.
"Es una bendición para nosotros", dijo la maestra panameña Regina Araúz, de 59 años, que se ubicó con cuatro sobrinos y una prima cinco horas antes. "Él transmite fe y esperanza".
Esta es la segunda vez que un papa visita Panamá, desde el viaje que hizo Juan Pablo II a suelo canalero en 1983, en el marco de su primera gira por América Central.
Una de las características particulares de este evento es que además de los lugares de acogida de las instituciones católicas hasta 500 peregrinos fueron recibidos en sedes de otras confesiones religiosas no cristianas. La comunidad judía proporcionó alojamiento a cerca de 400 peregrinos y cerca de un centenar la comunidad musulmana, según se informó en el centro de prensa internacional.
Agencias Ansa y Reuters
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