Ángel Ruíz: su pasión por Argentina, su historia de amor y la pérdida que lo marcó
El actor y cantante español, que cautivará al público porteño con Miguel de Molina al desnudo, regresará al país con un espectáculo que incluye coplas, tangos y repertorio latinoamericano
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Acaba de aterrizar en Las Palmas. En el aeropuerto, la demora en la entrega de maletas -dejemos de lado el porteñísimo “valijas”- le trastocó la agenda, razón por la cual, la entrevista con LA NACION se hará a través de una videoconferencia, mientras Ángel Ruíz viaja hacia el hotel donde se alojará durante algunas horas. Su presencia en la isla se debe a la inminente presentación de su espectáculo El rey de la farándula, unipersonal que estrenó en el Festival de Teatro Clásico de Almagro.
Sin embargo, la charla tiene como disparador su próxima visita a Buenos Aires. Su nueva llegada a nuestro país le permitirá ofrecer Susurros de ida y vuelta, con una única función en el teatro Picadero el próximo 11 de diciembre. Si bien, esto es lo que atañe al interés de los espectadores porteños -quienes, desde que se conoció su magistral Miguel de Molina al desnudo, establecieron un “romance” de notable fidelidad- la verdadera y fundamental razón de su llegada a Argentina tiene que ver con el avance en las negociaciones con vistas a la realización de dos espectáculos, en carácter de director, que montará en Buenos Aires en 2027.
El duelo prematuro de su madre, la ausencia de su padre, el amor con un productor y la adopción de un hijo han sido hitos personales que han machacado su templanza y conformado su carácter. De todos eso y más, Ángel Ruíz tiene ganas de hablar, simpatiquísimo y predispuesto, aún cuando se trate de una charla sobre cuatro ruedas y con una garúa que va opacando los cristales y que dan cuenta de ese otoño europeo, “acá puede llover y a la hora salir un sol radiante”, explica con precisión de conocedor sobre ese enclave de las Baleares en pleno Mediterráneo occidental.

-Luego de conocerte en Miguel de Molina al desnudo, los espectadores argentinos se enamoraron de tu arte.
-Fue una gran sorpresa. Fui con cierto respeto para ver qué sucedía, pero la acogida ha sido extraordinaria.
Su inminente llegada al país lo reencontrará con ese público que valora su talento de actor, coplista y cantante y con una precisa destreza para habitar el espacio escénico: “Como debía ir a Buenos Aires, me inventé esto de los Susurros de ida y vuelta, que es mantener y mostrar mi agradecimiento a ese público que tan bien acogió con un repertorio mucho más abierto, no solo circunscripto a la copla ni a Miguel de Molina”.
-¿En qué consistirán esos “susurros”?
-Será un “rebujito”, como decimos en Andalucía, de canciones argentinas y españolas, generando un punto de encuentro desde la música.
-Ampliemos el concepto de “rebujito”.
-Así se dice en Andalucía cuando mezclamos un poco las cosas, sobre todo cuando se trata de líquidos.
Una bebida tradicional de aquella tierra lleva también ese mote que bien le cabe al repertorio con el que volverá a pisar el teatro Picadero: “Desde ya, habrá coplas, pero no solo de Miguel de Molina, sino que haremos, por ejemplo, una versión de ´Pena penita pena” de Lola Flores“.
Para la “Faraona”, la copla era temperamento. También lo es para este hombre cuya menuda contextura se agiganta en escena, como suele suceder con aquellos que han desplegado ese arte tan propio y desgarrado de su tierra.
Curiosamente, o no tanto, también sus “susurros” aportarán canciones emblemáticas como “Garganta con arena”, “Alfonsina y el mar”, “Honrar la vida” y “Siempre se vuelve a Buenos Aires”, todo con un toque flamenco y jazzístico que le dará Bru Ferri, “el pianista que me está acompañando últimamente y es un portento”.
-¿Cómo ha nacido tu conexión con la música argentina? ¿Es de siempre o ad hoc para esta próxima visita?
-Siempre me han interesado esas canciones, las he tenido en mi mente y en mi corazón, incluso las he cantado en otras ocasiones. “Garganta con arena” y “Alfonsina y el mar” la he interpretado mucho.
No debe sorprender que en su repertorio se incluya la prosa y las partituras de Cacho Castaña o de Félix Luna y Ariel Ramírez. En ocasiones en las que el artista -nacido en Pamplona en 1970- se tuvo que presentar en el Teatro de la Zarzuela de Madrid, mucho de ese poemario se incluyó en el repertorio.

“Siempre me interesó la música latinoamericana”. Si para muestra basta un botón -en este caso una canción- “Un vestido y un amor”, de Fito Páez, suele formar parte de su repertorio: “Es de lo más bello que se ha escrito en la historia”.
-¿Cómo llega a vos “Alfonsina y el mar”?
-De niño, a los diez u once años, era tan cantarín, que mi madre me decía “cariño, cállate”. Era lo contrario de todas las madres porque no paraba de cantar. A esa edad, ya entonaba “Alfonsina y el mar” y mi madre me preguntaba por qué decía algo tan triste.
-Emulo a tu madre, ¿por qué?
-Porque me gustaba mucho, me gusta mucho. Esa prosa es hermosísima. Escuchada por la voz de América, Mercedes Sosa, ha sido espectacular.
Aquella melancolía de “Alfonsina y el mar” también tuvo, a lo largo de su vida, un correlato en algunos dolores insondables. “La muerte de mi madre me atravesó”, reconoce a la hora de recapitular esos momentos bisagra de su vida.
“Era muy pegado a ella, murió muy joven cuando yo tenía quince años. Me marcó terriblemente. Pasé de ser niño a convertirme en un hombre con responsabilidades, con toma de decisiones. Fue muy doloroso, me cambió”.
-¿Estaba presente la figura paterna?
-Mi papá estaba presente, pero era como si no estuviera. Mi padre siempre hizo lo que le dio la gana, así que aprovechó que se murió mi madre para irse. Eso no me dolió, era algo que estaba asumido, pero la muerte de mi madre sí me dolió mucho. Fue una enfermedad muy larga, terrible. Una despedida que duró años. De hecho, creo que la muerte fue un respiro”.
-A veces, el final es eso.
-Así es, un alivio.
Caminos
-¿La vocación te acompañó siempre?
-Sí, en el colegio decían “miren a Ángel que quiere ser artista”. Por lo visto, se me notaba la afición muy claramente. Para Reyes siempre pedía un instrumento musical. Me tiraba. Era un niño muy tímido, pero, en el escenario, eso se me pasaba, era otro, eso es maravilloso. Eso es lo que buscamos, desaparecer, y que se vea el personaje.
-¿Cómo te ha tratado el amor?
-Muy bien. Llevo 21 años casado con la misma persona, sigo enamorado, y ahora tenemos un hijo que ha hecho querernos aún más. He sido muy afortunado, he sabido elegir bien.
-¿A qué se dedica?
-Él es productor y eso es muy bueno porque puede entender mi modo de vida. He tenido otras parejas que no tenían nada que ver con este trabajo y no entendían estas formas de vivir en el mundo, la incertidumbre del artista, los horarios raros, la incapacidad de tener vacaciones, son cosas que la gente común no entiende. Estar viviendo con alguien que sí comprende el tema, afloja mucho.
Ángel y Miguel, su marido, son padres de un preadolescente de once años. “Dice que no quiere abandonar su niñez”.
-Con un papá artista y un papá productor, en vuestro hijo lo lúdico debe estar muy presente.
-Pero él, de momento, quiere ser futbolista. Yo le digo “cariño, tú debes ser un poco argentino”.
-País futbolero si los hay.
-No solo eso, quiere ser futbolista o psicólogo.
-Argentino y porteño ciento por ciento.
-Eso mismo.
Futuro
“Además del concierto en el Picadero, que siempre me abre sus puertas, viajaré a Buenos Aires por cuestiones laborales, tengo dos proyectos de dirección en que se harían en 2027 y son producciones hispano argentinas. Necesito ir para cerrar la planificación. Aprovechando esta visita, haré también De plata y oro, un concierto de copla y tango en la embajada española, que será a puertas cerradas, solo para invitados, para celebrar los 47 años de la Constitución Española”.
Poco puede adelantar de sus proyectos de dirección, dado que aún no están los contratos firmados. Una de las propuestas tiene que ver con un espectáculo sobre Federico García Lorca escrito por un actor argentino de renombre, que también ha transitado el campo musical. “Me parece muy bonito, estupendo, tiene que ver con la estadía de Lorca en Buenos Aires, será en un buen teatro con gran producción”.
El segundo material es coproducción entre la Argentina y España sobre un texto de una autora de Mallorca: “Una gran actriz argentina ya me ha dicho que va a participar”. Pieza de dos personajes femeninos, el otro papel será interpretado por una celebridad española muy conocida en nuestro país. “No puedo dar nombres”, se excusa. “Cuando los proyectos están en una fase inicial, es mejor no decir nada, porque, si se caen, te quedas en el aire”.
Ruíz tampoco descarta el regreso de Miguel de Molina al desnudo, aunque se ilusiona con traer a la Argentina su último espectáculo El rey de la farándula“.
“El rey de la farándula tiene mucho del Siglo de Oro español, está gustando muchísimo en España, estoy sorprendido porque tiene un corte clásico, pero es muy actual; además, cuenta con canciones renacentistas y barrocas y termina con una canción que vosotros conocen mucho, ´Quedan los artistas´, de Enrique Pinti”.
La importancia de los artistas en su visión de la verdad y la realidad es el eje dramatúrgico de la propuesta, razón por la cual, calza perfecto aquel tema que el famoso actor argentino impusiera en su espectáculo Salsa criolla, cuya primera etapa de funciones en el teatro Liceo, de Carlos Rottemberg, lo llevó a permanecer en cartel durante once años consecutivos. “Pinti es un gran artista y hablo en presente porque sigue influyendo, a pesar que ya murió, es una persona inspiradora”.
-Tu relación tan estrecha con Buenos Aires, ¿te llevó a cosechar amigos?
-Muchísimos, ya son familia. Una de mis mejores amigas es Cipe Fridman, una figura indispensable en las artes escénicas y ha sido la agente de (Enrique) Pinti y (Antonio) Gasalla durante años, cada vez que viene a España la agasajamos, sabe mucho y la respetamos. La queremos.
Vive en Madrid y reconoce: “Me recuerda mucho a Buenos Aires, hay algo muy familiar entre las dos ciudades, si estoy en Recoleta me siento en el barrio Salamanca de Madrid”.
Antes de cerrar la charla, un dato no menor lo sorprende. Una fecha vinculante que lo lleva a pensar en que las casualidades existen poco.
-Realizarás tu espectáculo Susurros de ida y vuelta en el Día Nacional del Tango.
-No me digas.
-Fecha que recuerda el día del nacimiento de Carlos Gardel.
-Qué bueno, no dudes que tendré en cuenta este dato en el espectáculo.
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