En Manos a las armas, Daniel Radcliffe es protagonista de un insólito y peligroso reality clandestino
En Manos a las armas, película que se estrena esta noche en la pantalla de TNT, Daniel Radcliffe interpreta a un temeroso joven que accidentalmente se involucra en un reality show clandestino y para el que le clavan en sus manos dos armas de fuego. Con esa excusa, el director Jason Lei Howden propone un relato que encuentra al actor convertido en un pistolero todo terreno.
Miles (Radcliffe) se siente atado a un empleo gris, al que define como ser "trolls de trolls", y que consiste en atacar en redes, a quienes desmienten la información de la empresa para la que trabaja. Enfrascado en un oficio sin futuro y ante la frustración de una vida romántica solo posible en fantasías, Miles se obsesiona con Skizm, un reality show mortal.
En el futuro que plantea la historia, Skizm es un programa que consiste en dos mercenarios dándose caza con todo tipo de armamento hasta que uno de ellos elimina a su contrincante. Debido a un impulso, Miles termina involucrado en ese juego, pero como él es absolutamente inexperto en el uso de armas de fuego, el grupo que recluta a los participantes decide abrocharle con tornillos dos revólveres a sus manos. De esa manera, no puede deshacerse de las armas y su único movimiento permitido consiste en gatillar. Para complicar aún más su situación, deberá huir de Nix (Samara Weaving), una peligrosa asesina ocupada de derrotarlo. Atrapado en ese reality mortal, Miles intentará buscar alguna solución frente a un desafío que solo consiste en matar o morir.
Adrenalina fallida
En los últimos años, un sector de los videojuegos comenzó a coquetear con la idea de emular la narrativa del cine. Nombres como Hideo Kojima, creador de la saga Metal Gear Solid y Death Stranding, tiene sus mayores influencias no tanto en el Space Invaders, sino en títulos como Los cañones de Navarone o Intriga internacional. Títulos como The Last of Us 2 también ensayan más una idea de cine interactivo que de un juego en el que todo se limite a matar cuerpos mutados. Por este motivo no es extraño que ahora se produzca un camino inverso y que el cine busque referencias visuales provenientes de los videojuegos. Aunque como suele suceder, estos maridajes no siempre dan buenos resultados.
Manos a las armas, por su historia y sus recursos de puesta en escena, es un intento de apropiarse de un lenguaje muy vinculado a los videojuegos actuales. Miles es un protagonista obsesionado con la cultura nerd, muñecos de Usagi Yojimbo inundan su habitación, el joystick parece una extensión de su cuerpo (evidente anticipo del desafío que asumirá), y su aventura tiene que ver con vencer a un rival que lo supera con creces. Y el director Jason Lei Howden refuerza ese parentesco con una abrumadora carga visual en cada uno de sus planos, pero la sobredosis de información en pantalla que caracteriza a los videojuegos, como las barras de vida, cantidad de balas en el cargador, cronómetros y mucho más, en su traslado al cine desgasta indefectiblemente la mirada del espectador.
En su búsqueda por trasladar al cine algunos aspectos del lenguaje visual de los videojuegos, Manos a las armas se muestra como una película más preocupada por los adornos que por el núcleo, con resoluciones forzadas y un protagonista que no resulta fiel a sí mismo, sino a los caprichos del guion.
Carrera contra Hogwarts
Decidido a escapar de la sombra de Harry Potter, luego de protagonizar las ocho películas de la saga, Daniel Radcliffe buscó trabajos que le supusieran un riesgo. De esta forma, títulos de los que otros intérpretes escapaban, para él eran un canto de sirena y eso lo llevó en 2013 a protagonizar Horns. Basada en la novela de Joe Hill (hijo de Stephen King), es la historia de un muchacho que inexplicablemente ve cómo le crecen cuernos en su cabeza, a medida que se descubre dueño de un particular don. Luego hizo A Young Doctor´s Notebook, una oscura miniserie en la que compone a un médico novato en la hostil Rusia de comienzos del siglo XX.
En 2015, Radcliffe encarnó a Igor en Victor Frankenstein, una original reversión del clásico literario, en el que colaboró con James McAvoy. Luego se incorporó a Swiss Army Man, una comedia negra en la que interpretó a un cadáver que se une a náufrago que intenta volver a su hogar. Así, siguiendo esta estela de proyectos atípicos, Radcliffe cruzó su camino con el de Jason Lei Howden.
"Elijo tranquilo lo que me gusta. Curiosamente, los proyectos que fueron apareciendo que me resultaron interesantes fueron los que me permitieron trabajar en mi rango actoral", dijo el actor unas semanas atrás a LA NACION. Para el intérprete, el principal atractivo de Manos a las armas fue el prestar su cuerpo a una película de acción, con una trama llena de tiroteos y persecuciones de todo tipo. Por este motivo y a pesar de sus puntos débiles, el film de Howden le permitió a Radcliffe sumergirse en un género que le era desconocido y saborear el viaje que lo aleja más y más del mágico mundo de Hogwarts.
Manos a las armas se estrena lunes 9 a las 22, por TNT.
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