Netflix: Klaus reinventa el origen de la Navidad con estilo propio
Klaus (España / 2019).Dirección: Sergio Pablos. Guion: Zach Lewis, Jim Mahoney, Sergio Pablos. Elenco: Jason Schwartzman, Rashida Jones, J.K. Simmons, Joan Cusack. Disponible en: Netflix. Nuestra opinión: muy buena.
Klaus es una película de animación que propone una novedosa historia de origen de Papá Noel, mientras que sirve de ilustración de una tesis clásica de relato navideño: "un acto de bondad sincera provoca otro". Como si se tratara sobre un superhéroe, el film de Sergio Pablos cuenta la transformación de un solitario hombre que vive en un bosque, ubicado en una fría región del norte, en la figura mágica que los chicos de todo el mundo esperan cada Navidad.
Sin embargo, no es Klaus el protagonista de la película sino Jesper, el joven hijo del jefe máximo del servicio postal y el peor alumno de la academia de carteros. Egoísta y sólo preocupado por llevar una vida cómoda, el aspirante a cartero no hace ni un mínimo esfuerzo por aprender el oficio, ni por ser útil para algo. Por eso su padre lo envía a una isla del Ártico, en donde los habitantes están divididos en dos familias que son enemigas desde tiempo inmemorial y se ocupan sólo de pelear entre ellos. Los chicos no van a la escuela y la maestra, Alva se dedica a vender pescado, con el fin de juntar el dinero suficiente para irse muy lejos de allí.
Los chicos son la única fuente de esperanza, los que pueden romper esa enemistad que ya nadie recuerda realmente porqué comenzó. Casi sin querer, Jesper conoce a Klaus, un hombre solitario que tiene una casa llena de juguetes de madera y cuando empiezan a repartirlos entre los chicos del lugar, la rueda de los actos de amabilidad se pone en marcha. Entonces, la vida en la isla cambia completamente.
Uno de los aspectos notables de Klaus es su apego a un modelo clásico pero con una visión moderna. La película, cuyo nivel técnico de animación es impecable, evita ciertas características típicas de otros largometrajes de animación de esta época y encuentra su propio estilo (a diferencia de tantos fallidos émulos de Pixar, por ejemplo). Especialmente, se diferencia en el humor. No apela a los chistes basados en referencias a la cultura pop para entretener a los adultos sino que confía en los momentos humorísticos generados por las acciones y diálogos de los personajes, lo cual funciona muy bien. Lo único que aprovecha el conocimiento previo del espectador y que atraviesa todo el film es la construcción del mito de Papá Noel y las tradiciones de la Navidad moderna.
La película tiene también momentos de profunda emoción, que conmoverán sobre todo a los chicos más grandes y a los adultos. Pero tal como sucede con el uso del suspenso y las escenas que tienen algún elemento de miedo, todo está calibrado para que el público infantil pueda vivir esas emociones sin que sea demasiado para procesarlo. Todo está bien trabajado en función de la historia y de reforzar la moraleja que invita a los actos de bondad.
Dentro de su clasicismo, la actualidad de Klaus está dada por cómo combina un relato de una lógica más o menos realista para luego darle una vuelta de tuerca mágica. Aún así, la verdadera magia, según plantea el film, no está en lo sobrenatural sino en la capacidad humana para hacer algo por la felicidad del otro.