Cuentacuentos en streaming: dónde escuchar y ver a los narradores en plena cuarentena

Había una vez una bruja virósica con coronita que quiso encerrar a todos los chicos en sus casas. Pero no contó con una cantidad de hadas y elfos que abrieron ventanas por las que se compartirían juegos, canciones e historias... Por las infinitas conexiones de las redes sociales se asoman en estos días de pandemia de coronavirus narradores y actores con cuentos propios y ajenos, grabados en muchos casos desde su propio confinamiento en el sillón del living de su casa.

No siempre el encuadre y la calidad de la imagen es la ideal, pero en muchos casos transmiten mediante la gestualidad y la voz un relato intenso de emociones. Y una cercanía, una intimidad de vivir juntos esta experiencia singular, en esa comunicación sin la impostura de una puesta en escena. La cuarentena obligada se convierte así en un espacio para sentirse bien guardado, rodeado de voces amigas.

"Por supuesto se producen algunas modificaciones con el cambio de formato de la narración presencial a la enviada por las redes sociales", dice Ana Padovani, una de las pioneras de la narración oral en el país. "Por un lado no se cuenta con la respuesta en vivo de los chicos y por otro, la cámara fija implica un trabajo exclusivamente con la expresividad de la cara. Si bien yo sentí ambos límites, me pareció un interesante desafío y, dadas las presentes circunstancias, pienso reincidir", señala Padovani, que ya subió un cuento y anticipa que agregará en estos días El pelo de oro del diablo, un clásico de los Hermanos Grimm, y El niño en la bolsa, un cuento de la tradición italiana en el que Ana Padovani se da el gusto de interpretar a la bruja, uno de sus personajes favoritos.

El canal infantil Pakapaka y Unicef lanzaron una iniciativa que incluye cuentos y música, iniciada ayer con Natalia Oreiro leyendo Los guardasecretos, de Graciela Repún. En este mismo ciclo se podrá escuchar en sucesivas entregas a Candela Vetrano contando Barrilete de colores, de María Elena Walsh, a Eleonora Wexler con La mona Jacinta y a Valeria Donati, del grupo musical Los Raviolis, dando vuelta las páginas de dos cuentos de dragones de Gustavo Roldán. Las grabaciones se encuentran en la pantalla de Pakapaka y en las redes sociales de Unicef y los canales Encuentro y Pakapaka.

Eli López Oroño, del grupo teatral Valor Vereda, le da voz a través de Instagram a los Libros del Chiribitil. La escritora y narradora Agustina Lynch, autora de La vaca se hamaca cuenta diariamente en vivo a las 11 para los más pequeños.

Transversal a las edades de quienes escuchan, Silvina Mennuti (Verdevioleta Cuentos) rememora los aromas de Sopa con apio, tal como la preparaba su abuela Angelina, que perfumaba el tiempo, o bien, junto a Laura Finnguer, Mirar el mar, un texto de Eduardo Galeano.

La Biblioteca del Congreso y la Asociación de Literatura Infantil y Juvenil Argentina (Alija) presentan una serie de narraciones a través de la propuesta Amigos en las redes, con la participación de Istvansch, Adela Basch, Mario Méndez, Daniela Magnone, Juliana Bourbon, Ana Padovani, Diana Tarnofky y Claudia Stella, entre otros.

Desde el ECuNHi se irradia un ciclo de una semana a partir del domingo, siempre a las 17, coordinado por Verónica Parodi, con narraciones a cargo de Cuentos a cuerda (domingo), Paula Martín (lunes), Verdevioleta (martes), Vanesa Canteros (miércoles), Gaby Minardi (jueves), Gimena Blixen (viernes) y Diana Tarnofky (sábado)

Mariela de la Sota narra todas las tardes a las 16 un relato en el marco de su proyecto Seamos millones contando cuentos, que queda colgado luego en su canal de YouTube. El colectivo de narradores Soñar volando también cuelga un cuento por día en el marco de su propuesta Un cuento cada día, en Facebook e Instagram.

Y la narradora Maryta Berenguer convoca en algún relato en sus redes sociales al Capitán Alcohol y al Teniente Jabón, para sostener hasta que llegue la Doctora Vacuna las líneas del frente infantil en esta lucha contra el coronavirus, que también pasa por mantener en alto la bandera de la imaginación.

Algunos de todos estos narradores invitan a los chicos a enviarles sus propios relatos. Escuchar contar a otros entre perro, gato e hijos desde el hogar puede estimular también a simplemente narrar historias entre los integrantes de una misma familia, o bien a los amigos por esas ventanitas.