Dos años sin Silvina Luna: un hermano incondicional, un gran deseo pendiente y un viaje interno para partir en paz
La actriz y conductora rosarina murió el 31 de agosto de 2023 en el Hospital Italiano, donde trataba los graves problemas de salud posteriores a una intervención estética que le realizó Aníbal Lotocki
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Sus amigas la recuerdan como alguien que vivió a pleno, buena confidente y de esas personas que hacen lo que les dicta el corazón. Conoció la fama de muy joven. Las exigencias del medio la llevaron a ir por más y a someterse a una intervención que le dejó serias secuelas en su salud. El 31 de agosto del 2023, luego de 80 días de internación, falleció. Tenía 43 años. Quienes la conocieron destacan que nunca estuvo enojada por lo que le estaba tocando pasar y que jamás perdió la sonrisa y las ganas de seguir adelante.

De Rosario a la casa más famosa del país
“Soy muy sensible, soy muy frontal. Demasiado. A veces me trae problemas. En realidad no sé si es un defecto o una virtud. Tendría que manejarlo un poquito más. Por la poca edad que tengo, viví muchas cosas. Tengo mucho para compartir. Soy divertida”. Así se presentó, hace 24 años, Silvina Luna en el casting de Gran Hermano. No sabía aun que a partir de ese momento su vida cambiaría para siempre. La casa más famosa de la televisión la hizo popular, querida. Y sus redondos ojos azules, su simpatía y su frescura hicieron que la rosarina, aun sin haber ganado el certamen, se estableciera definitivamente en los medios.

En la siguiente temporada, debutó en teatro con la obra La noche de las pistolas frías, de Hugo Sofovich. Al mismo tiempo, se consolidaba como modelo y cumplía los sueños que años antes la habían traído de Santa Fe a Buenos Aires. Fue tapas de todas las revistas: las de periodismo rosa, las de actualidad, las de espectáculo y también las masculinas, con producciones más audaces.

Se convirtió en conductora, participó del Bailando actuó en cine, teatro y televisión. Conoció los beneficios pero también los sinsabores de “ser famoso”. Su vida privada se debatió en televisión, tuvo más de un novio “famoso” y padeció la filtración de un video íntimo. Sin embargo, nunca perdió la frescura.
Más de una vez aseguró que extrañaba mucho a su familia, especialmente a su mamá y a su hermano Ezequiel, compañero y confidente desde su infancia hasta los últimos días.

Una niñez difícil y un hermano incondicional
Su niñez no fue fácil. “Mis viejos eran adolescentes en lo que fue mi crianza y su modo de relacionarse. Muy pasionales los dos. En mi casa se armaba bastante bardo. Mi mamá sufrió violencia de género”, contó alguna vez en una entrevista, cuando sus papás ya no estaban en este plano (ambos fallecieron en el 2008).

Aunque nunca lo justificó, el tiempo y la distancia la ayudaron a mirar con otra perspectiva su pasado y especialmente a su progenitor: “Entendí de dónde venía él o cómo demostraba su amor. Trabajaba en metalúrgica desde los 13 años. Tenía un problema de adicciones. Yo no lo justifico, pero entiendo desde qué lugar hacía lo que hacía. Después pudo revertir eso”.

En medio de ese entorno difícil estaba siempre su hermano, Ezequiel, cinco años más chico que ella, incondicional. “Con él somos súper cercanos, súper amigos y compañeros. Siempre fuimos muy unidos. Yo tuve mucha protección sobre él”, contaba ella con la mirada iluminada al mencionarlo. Años después, él le devolvió esos cuidados y en el 2022, ante las reiteradas entradas y salidas de ella del hospital, se instaló en Buenos Aires para acompañarla.

Así lo hizo hasta los últimos días. No se despegó de la cama de la habitación del Hospital Italiano donde falleció, hace dos años. Meses antes, cuando se supo que Luna ingresaba a la lista de espera del INCUCAI, ella misma confirmó que él se había ofrecido a donarle su riñón para que ella pudiera mejorar su calidad de vida.
“A mí todavía me da cosa hablarlo. Yo sé que él está ahí, pero todo depende de muchas cosas y quiero ir paso a paso. Como falta, no me quiero adelantar”, dijo la ex Gran Hermano a Catalina Dlugui al referirse al trasplante que estaba necesitando.

La intervención, un antes y un después
“No se preocupen, yo ya estoy acostumbrada a esto, entro y salgo cada dos semanas del hospital”, consolaba Silvina a sus compañeros en el reality El Hotel de los Famosos, en el 2022 cuando tuvo que dejar el juego por cuestiones de salud. Los dolores y malestares eran cada vez más intensos y constantes y las internaciones, moneda corriente.

El 2011 fue un gran año en lo laboral: le tocaba estar del otro lado esta vez y ser la conductora de los programas satélites de Gran Hermano. Por esos tiempos tomó la decisión de someterse a una intervención estética con Aníbal Lotocki. Meses después llegaron las molestias. “Mi trabajo está muy ligado a la imagen y hay muchas presiones para cumplir con ciertos estereotipos. Cuando era más chica me hice una intervención para mejorar aún más mi apariencia. Confié en un médico. Y recibí sustancias tóxicas en mi cuerpo. Me siento en la obligación de contar mi experiencia para otras chicas que pasan por lo mismo”, contó durante su último año, luego de que se comprobara que el en ese entonces médico (pesan sobre él diez años de inhabilitación) le había inyectado biopolímeros en sus glúteos, lo que le produjo hipercalcemia e insuficiencia renal.
A la espera de un trasplante
En sus redes solía mostrar los tratamientos a los que debía someterse. “Al principio lo viví con angustia por lo nuevo e inesperado, pero luego pasé a una etapa de aceptación de lo que es. Esta máquina que tengo conectada a mí, hace el trabajo de los riñones. Así que siento agradecimiento. Sin esta máquina no podría vivir. Esto lo hago tres veces por semana, cuatro horas. Hasta que pueda trasplantarme”, contó mientras se dializaba.

A la vez que su salud se deterioraba, la actriz emprendía un camino interno y espiritual que fue crucial para poder seguir adelante y para irse en paz. “Eso la ayudó a cambiar ciertos aspectos que quería mejorar, pero era auténtica, buena amiga, siempre estaba en los detalles. Ella no estaba enojada con lo que le estaba pasando, su camino la ayudó a aceptar, se hizo cargo y no estaba enojada con la vida, tenía momentos de tristeza, pero mirando para adelante con una sonrisa y con fuerza”, decía a este medio hace un año Victoria Rodríguez, una de sus mejores amigas.

Milca Gili, otra de sus más allegadas, coincidía: “Tenía un estilo de vida sano, de agradecer, de no hacerse problema y tener paz. Por sus adversidades, vivía con gratitud y lo demostró, eligió esa forma de vida y era auténtica. El enojo lo trabajó y lo transformó, hizo el curso de coaching y era muy buena para hablar, ayudar y escuchar”.
Un deseo pendiente
Fue figura de Gran Hermano y de la televisión, tuvo reconocimiento del público y de sus pares, viajó y hasta escribió un libro. Silvina pudo cumplir muchos sueños, pero uno quedó pendiente: la maternidad. En el 2015 congeló óvulos, aunque años más tarde dijo que aún así sería difícil gestar un bebé en su vientre después de los problemas de salud que estaba teniendo, pero que no descartaba subrogar o adoptar.


Si bien su sueño era formar una familia con una pareja, en más de una ocasión reveló que no descartaba hacerlo en solitario, en caso de que las cosas no se dieran con un futuro compañero. Sin embargo, consciente de su condición, sabía que antes de ir por ello –fuera cual fuera el método elegido– debía enfocarse en recuperarse y estar bien.

La Justicia
Aníbal Lotocki está condenado a ocho años de prisión y diez de inhabilitación para ejercer la medicina por “lesiones graves”, la causa iniciada en el 2014 por Silvina, Stefy Xipolitakis, Pamela Sosa y Grabriela Trenchi. Al momento de la sentencia el cirujano ya estaba cumpliendo prisión preventiva por la causa por homicidio simple con dolo eventual de Cristian Zárate, fallecido en el 2021 tras una intervención. Por estos días a la espera de la fecha del juicio oral.

Luego de la muerte de la modelo, Fernando Burlando denunció a Lotocki por homicidio. “Queda pendiente una investigación y hay infinidad de denuncias de otras chicas que están esperando que se terminen esas pericias”, dijo el abogado a LA NACIÓN y agregó: “Además, en la causa por lesiones se le negaron todos los recursos que pidió. La denuncia la hice porque no quiero que quede impune y para que se investiguen las causas de la muerte de Silvina”.

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