El gran premio de la cocina: Tute ganó por solo un cuchillo en una final llena de lágrimas
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La séptima temporada de este concurso de cocina tuvo su última jornada. Este viernes, Alfredo y Tute se disputaron los 400.000 pesos de premio y el título de El gran premio de la cocina.
Si bien durante toda la semana los platos fueron decididos por el jurado, en este gran día, los participantes tuvieron la suerte de poder presentar sus menús preferidos. Así, los dos cocineros eligieron distintos sabores para encandilar, por última vez, a Christian Petersen, Felicitas Pizarro y Mauricio Asta.
Al ser de la provincia de Santa Fe, Alfredo eligió cuatro recetas muy regionales: como primera opción boga en tempura, como segunda una sopa de chupín de pacú y crocante de parmesano, el tercer plato un bife de chorizo a la pimienta y para terminar una "deconstrucción" de un típico alfajor santafesino como postre.
Por su parte, Matías, alias, Tute, pensó en preparar buñuelos de pescado como primer plato, pastas rellenas como segundo, entraña grillada con risotto de quinoa y pavlova de chocolate blanco y mango acevichado.

Los nervios ante semejante jornada se notaron desde el minuto uno. En la presentación, cuando la conductora Carina Zampini saludó a los dos finalistas, Matías, que fue quien tuvo un día con muchas complicaciones, se emocionó por haber llegado a la final y le agradeció a todos por los tres meses de aprendizaje que fue, para él, este concurso.
La preparación de todos los platos tuvo las corridas habituales, pero con el agregado de la adrenalina de la última vez. Dichos nervios le jugaron a Tute una mala pasada cuando tuvo que preparar su segundo menú, la pasta rellena. La masa de la misma se le pegó al molde y a menos de cinco minutos de tener que entregarla, tuvo que rehacerla.

Aún así, llegó con el plato de forma casi mágica y los sabores, según el jurado, estaban muy correctos. Pero ese no fue su único error, el tercer plato, que era una entraña con risotto de quinoa, también fue problemático. La quinoa estaba cruda y eso le restó muchos puntos al participante.
Para finalizar, cuando tocó la entrega de los postres, el tamaño de la pavlova de Tute, incomodó a todo el jurado. "Esto por ser tan grande se parece más a una torta de bosta que a un postre. Es muy grande", sostuvo polémico Petersen en su devolución.

Mientras tanto, del otro lado del ring, Alfredo metía golazos: todas sus preparaciones en esta jornada fueron impecables y muy ponderadas por el triunvirato del sabor.
Aún así, en El gran premio de la cocina, todo puede suceder. El sistema de puntuación que llevan adelante es el siguiente: todos los días de esta semana final, cada integrante del jurado, en entregaba un cuchillo dorado a quien consideraba como ganador de la jornada.

Lo que sucedió este viernes es que, además de puntuar el desempeño de los dos participantes durante el programa, se develaron los cuchillos secretos del jurado que venían siendo acumulados desde el martes.
Y si bien hoy Alfredo, con su menú santafesino, se llevó todos los cuchillos, en el resto de la semana, él tuvo también muchos altibajos. El parrillero Christian Petersen fue quien tuvo la decisión final, le entregó su último cuchillo dorado a Tute, que resultó el ganador de esta séptima temporada y, además, tendencia en las redes sociales por su triunfo.

"Necesitaba esto", dijo Tute mientras lloraba a cámara y sostenía su premio. "Necesitaba sentirme un cocinero", finalizó emocionado. Luego todos los participantes se saludaron emocionados y anunciaron que, este lunes, comienza una nueva temporada de El gran premio de la cocina.
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