LA NACION conversó con los actores del film que dirige Luciano Podcaminsky y que se estrena este jueves; en él componen a un matrimonio al que una situación extrema lo lleva a replantearse la convivencia
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Se los percibe felices por el estreno de Asfixiados, el film dirigido por Luciano Podcaminsky que se estrena este jueves y en el que componen a un matrimonio que se ve obligado a replantear una convivencia anómala y tediosa a partir de una situación extrema en una embarcación, junto a una pareja amiga.
Julieta Díaz y Leonardo Sbaraglia son los protagonistas, junto a Marco Antonio Caponi y Zoe Hochbaum, de esta historia donde la posibilidad de la muerte los espeja, los pone entre las cuerdas y la posible próxima finitud se convierte en un acontecimiento catártico donde emergen las cuestiones pendientes.
“Están totalmente contaminados”, reconoce Julieta Díaz sobre ese matrimonio de ficción al que le toca darle vida. “En plan de comedia, aparecen los reclamos de uno y otro. Como personajes son muy ricos y eso me conquistó”, sostiene la actriz. Leonardo Sbaraglia, por su parte, sostiene que “es una película muy teatral, son pocos personajes y el desafío es que no te tiene que aburrir. No nos olvidemos que son cuatro tipos adentro de un barco, sin embargo, funciona”.
Rodada entre Montevideo y Punta del Este, con el río como protagonista y con una escena de tormenta muy bien resuelta en estudios, Asfixiados tiene algo del enrarecimiento de los aires de Anton Chejov, de esas relaciones vinculares donde, tarde o temprano, algo va a estallar por los aires.
-Siento a la película, en un punto, algo chejoviana.
Leonardo Sbaraglia: -Es muy chejoviana, está bien pensarla así. Además, tiene mucho humor y los rusos haciendo Chejov también apelan a la comedia y esta película lo es. Es una comedia vincular.
-La trama apela a un humor muy sutil.
Julieta Díaz: -Un humor medido, hasta ahí...
Leonardo Sbaraglia: -Y también muy oscuro. Me parece que en el cine argentino no suelen tocarse este tipo de personajes, acá el ojo se pone en una cerradura que no estamos muy acostumbrados a espiar.
Asfixiados, que cuenta con la participación de Natalia Oreiro haciendo de ella misma, tiene guiones de Alex Kahanoff, Andrea Marra, Sebastián Rotstein y Silvina Ganger. “Todo aparece en el marco de las situaciones cotidianas, pero, en medio de todo eso, surgen las miles de cosas no dichas. Lo pendiente es una bomba de tiempo. Nacho, mi personaje, es una olla a presión y ella intenta, permanentemente, poder decirle que busca otra cosa en su vida”, enmarca Sbaraglia.
“Lucía ya decidió que no quiere más eso, entiende que ya quedó atrás aquel vínculo amoroso que los unió y decide no seguir luchando, sino pegar un volantazo y hacer la suya. Ella sabía que todo iba a explotar y él le da el pie al desentenderse de la situación”, argumenta Díaz. “Hay muchas maneras de romper una relación. Él es un energúmeno, se cree juez y hasta dueño del tiempo y ella se planta en medio de todo eso”, retruca el actor. Nacho es un narciso abocado a su trabajo. Lucía acepta el pacto de la economía dependiente y de un timón que no maneja.
Sbaraglia grafica la historia y vincula a los personajes con cierta lógica de la Argentina de la década del noventa. Cuando comienza a mencionar gente real de aquel tiempo, prudentemente Díaz sugiere: “Mejor no los nombres”. Y tiene razón. Se ríen ante la enumeración de personajes, donde no falta un presidente y un famoso conductor y libretista que terminó siendo el mandamás de un canal estatal.
-Más allá de un vínculo de pareja, ¿se han sentido muchas veces asfixiados?
Leonardo Sbaraglia: -Sí claro, por supuesto que más de una vez me he sentido así.
Julieta Díaz: -Por supuesto, es que los vínculos se vuelven asfixiantes sin que las partes lo sean.
Leonardo Sbaraglia: -Uno mismo puede tejerse esa telaraña que te va encerrando.
Julieta Díaz: -Se arman estructuras, de las cuales es muy difícil salir o discernir qué es bueno y qué no.
-Más allá de Asfixiados, ¿cuál es el recurso al que apelan a la hora de ingresar en el alma de los personajes que les toca componer?
Julieta Díaz: -Cuando leo el guion aparece en mí una sensación interna que sostengo hasta el final del trabajo que me toca realizar. Es casi energético. Mi escuela tiene que ver con pensar en los vínculos de los personajes, así que me obsesiono un poco con eso. Lo que sucede es que somos muy diferentes de acuerdo a con quién nos estamos relacionando. No somos iguales ante un compañero de trabajo que frente a un hijo, a un amigo o a la pareja. A los personajes les sucede lo mismo, entonces me interesa mucho pensar eso.
-Entiendo que también hay un pensamiento en torno a lo físico de cada criatura a desarrollar...
Julieta Díaz: -Tiene que ver con pensar la energía del personaje. En esta película, a partir de Lucía tuve que bajar, porque yo suelo estar más arriba. Me parece importante salir del propio deseo y pensar cuál es el instrumento que toca el personaje para que suene bien. Por otra parte, me sostengo mucho en los procesos creativos de mis compañeros. En este caso, verlo trabajar a Leo fue muy estimulante.
-En tu caso, Leo, ¿cómo son tus procesos creativos?
Leonardo Sbaraglia: -Similar a lo que plantea July... Siento que me convocan energías. Me parece que, cuando más poroso se está, mejor es. También siento que, a esta altura de mi vida, estoy más suelto, permeable, y eso hace que los personajes entren más fácil, que haya menos tensión para recibirlos. Lo que más hay que trabajar es lo que te hace entrar en conflicto con el personaje.
Julieta Díaz: -Me parece que sos mucho más meticuloso, más trabajador que yo. Leo quería ensayar los domingos y había que frenarlo, porque era el único día libre, después de filmar de lunes a sábados trece horas por día.
Leonardo Sbaraglia: -Para mí no existe el descanso como tal. Es que cuando estoy descansado y relajado también estoy alerta.
-El famoso ocio creativo.
Leonardo Sbaraglia: -Claro, me gusta estudiar. En lugar de escuchar música, me pongo a trabajar lo que necesito que debo pulir.
Julieta Díaz: -Yo soy creativa, pero siempre en el marco del momento de estar trabajando. Leo es más lúdico.
Sin juzgar
Habían trabajado juntos, pero no en procesos creativos demasiado extensos como les sucedió con el rodaje de Asfixiados. Una de las experiencias pretéritas compartidas fue un episodio de la serie Lo que el tiempo nos dejó, dirigida por Adrián Caetano. Se trató del episodio titulado Te quiero, ambientado en la década del 30, donde se contaba la historia de amor entre la cantante de tangos Ada Falcón y el músico Francisco Canaro, interpretados por Díaz y Sbaraglia. “Qué bien te salieron los doblajes de Ada Falcón”, la elogia él, todo un caballero. Y ella, coqueta, se hace la desentendida, “sí, estuvieron bien”, responde sin alardear sobre su propia labor. Sbaraglia se pone a cantar como Ada Falcón: “Yo no sé qué me han hecho tus ojos”, aquel clásico que definió el amor y la tragedia del desamor. “Ella tenía ojos verdes y Canaro le escribe esa canción”, cuenta ella.
Después se ríen cuando él le recuerda lo que hicieron en Bajamar, donde Díaz tenía sólo 17 años y él ya había pasado los veinte. “A determinada edad, ya te cruzaste con todos los compañeros. ¡Cuántas veces trabajé con July o con Leticia Brédice, Erica Rivas, Celeste Cid”.
-Leo, antes dijiste que “lo que más hay que trabajar es lo que te hace entrar en conflicto con el personaje”.
Leonardo Sbaraglia: -Todo personaje te hace entrar en un desafío y en un conflicto. Es interesante pensar ese punto de tensión con el propio pensamiento, la propia ética.
-Pero jamás se juzga al personaje.
Leonardo Sbaraglia: -Jamás, hay que salir a defenderlo con uñas y dientes, entrar en su cabeza.
Julieta Díaz: -Es muy humano el trabajo de la ficción, porque, aún el personaje más nefasto que te toque interpretar, es una persona con miedos, deseos, familia detrás.
-De lo contrario, no se podría interpretar a un genocida.
Julieta Díaz: -Uno debe entrar en esa cabeza y pensar que se trata de la elección de un camino que hizo ese personaje, aún cuando un esté muy lejos de ese pensamiento.
-No hay espacio de juzgamiento, sino de entendimiento.
Leonardo Sbaraglia: -Bruno Ganz interpretó a Hitler desde ese lugar y su recreación fue muy precisa.
Julieta Díaz: -Es que cualquier personaje puede ser tu tío o un conocido.
Leonardo Sbaraglia: -Los monstruos no están del otro lado de la humanidad, sino que son parte de ella.
Feminismo
-¿Cómo atraviesa el pensamiento feminista el planteo de Asfixiados?
Leonardo Sbaraglia: -¡Opa!
Julieta Díaz: -Qué pregunta...
-Seguramente lo han pensado...
Julieta Díaz: -Creo que hay algo de lo feminista o femenino que es permitirnos un montón de sensibilidades y lugares posibles. Creo que también les sucede a los hombres. Les sucede a los personajes de Zoe (Hochbaum) y al mío.
Julieta Díaz y Zoe Hochbaum son madre e hija en la ficción del film, donde, según Díaz, “no existió la competencia y estuvimos amorosamente unidas en un vínculo con veinte años de diferencia”. Sbaraglia pone sobre la mesa la palabra “sororidad”. De eso se trata.
“A veces no quiero hablar tanto de feminismo y sororidad, porque siento que algunas personas se ponen un poco prejuiciosas con eso. Aunque, como dijo una feminista, ´si creés que todos debemos tener los mismos derechos, sos feminista´ y me parece que es así. En la película nos metimos con eso, pero también en la sensibilidad de los dos hombres, pensando qué les pasaba”.
-En Asfixiados interpretan a una pareja. ¿El trabajo los llevó a pensar en las propias experiencias personales?
Leonardo Sbaraglia: -Siempre sucede, uno está involucrado, te toca...
Julieta Díaz: -Pienso mi vida en relación a los vínculos permanentemente, por eso me apasiona pensar a los personajes a través de los vínculos.
-Somos vínculos, eso nos define.
Julieta Díaz: -Nos armamos con el otro.
-Por eso la pandemia generó tanta extrañeza, rompió con la sociabilidad, una cuestión definitoria de la condición humana.
Leonardo Sbaraglia: -La pandemia nos transformó, fue muy difícil volver a trabajar después de los meses sin laburar.
Julieta Díaz: -¿Disfrutaste?
Leonardo Sbaraglia: -Me cuesta decir que lo disfruté, pero así fue, aunque fue muy duro para la gran mayoría de la gente.
Julieta Díaz: -Era distinto si uno tenía su plata ahorrada.
Leonardo Sbaraglia: -Yo lo disfruté, porque fue como que me hubiese reencontrado con mi infancia, con los rincones de mis recuerdos, con el tener tiempo para mí.
Julieta Díaz: -Es cierto que, si bien todos sufrimos algo, hubo eso de encontrarse otra vez, de estar con la familia y con uno mismo. Después se volvió largo y muy duro, pero, al principio se valoraba estar en casa.
-Nos dimos cuenta cuánto perdimos de lo más esencial de lo vincular por la vorágine de la vida cotidiana.
Julieta Díaz: -Estábamos más en el presente, no se sabía qué iba a pasar en el futuro, con lo bueno y lo malo de eso.
En pandemia, Sbaraglia rodó en Barcelona la serie Todos mienten, material al que volverá en pocos días para registrar la segunda temporada.
Vidas
Julieta Díaz nació en 1977, siete años después que Leonardo Sbaraglia. Cada tanto, referencian a otras películas. Cinéfilos ambos, van en busca de aquellas historias que, por una u otra razón, fueron inspiración a la hora de componer. El arte los ronda desde chiquitos. Díaz es hija del actor Ricardo Díaz Mourelle y Sbaraglia de Roxana Randón, actriz y maestra de actuación.
-¿Los consultan?
Julieta Díaz: -Me gusta que los unas, porque son de la misma generación de actores, son muy del palo y muy buenos los dos. A esta altura, ya no le mando un guion para que lo vea, pero, en una charla, quizás le tiro un par de puntas para que me devuelva algo. Cuando hago alguna serie con continuidad o una obra de teatro, suele verme y comenta, pero se da de una manera muy natural. Por supuesto que su mirada es muy aguda y es una gran influencia. Soy actriz hija de ese actor. ¡Es mi papá!
-Leo, ¿en tu caso?
Leonardo Sbaraglia: -Siempre sentí que mi vieja fue siempre más mi mamá que cualquier otra cosa. Compartimos el compañerismo de esta profesión y eso nos une desde un lugar distinto que al resto de mis hermanos. Sabemos qué es estar arriba de un escenario, tomar una clase de teatro, poner el cuerpo y hasta entender el miedo del bordereaux, de si va o no va gente a verte.
Julieta Díaz: -Sólo nosotros hablamos del bordereaux.
Leonardo Sbaraglia: -Son palabras que están en nuestro diccionario.
Julieta Díaz: -Tú mamá, ¿también fue maestra?
Leonardo Sbaraglia: -Hemos compartido clases de teatro, pero como compañeros, en talleres como el de Joy Morris y también, cuando necesité entrenar algo, recurrí a alguna clase de ella.
-Roxana Randón es una gran maestra de actores, mucha gente pasó por su estudio del pasaje Carabelas.
Leonardo Sbaraglia: -Por ahí desfilaron muchos alumnos, pero, volviendo a tu pregunta, mi familia es un espacio de consulta. A mí mamá le puedo pedir que me ayude a pasar letra, algo no menor. Mi papá, que es psicoanalista, es una fuente a la que recurro antes de componer determinados personajes. Y la ex mujer de mi papá, la mamá de mis hermanos, que también es psicóloga, es alguien a quien recurro dada su inteligencia.
Sbaraglia continúa ofreciendo su espectáculo El territorio del poder, junto al músico Fernando Tarrés, donde la lupa se posa en los mecanismos del poder a lo largo de la historia: “Es un espectáculo de búsqueda expresiva sin aspiración comercial”. Julieta Díaz, por su parte, viene desarrollando su perfil como cantante junto al músico uruguayo Diego Presa. Ambos también pisan la escena desde un lugar menos previsible, o no tanto, buceando en sonidos, lenguajes y experiencias que expanden su yo interpretativo: “Tenemos varias fechas agendadas para este año en Argentina y también en Uruguay”, agrega ella.
Ficción
-Sin desmerecer el rol de las plataformas, en tanto posibilidad de trabajo y de consumo de las audiencias, Asfixiados, que luego se verá por Star+, se estrena en salas de cines, un marco que potencia una narrativa fílmica. ¿Cómo se llevan con ambas posibilidades de visibilidad del trabajo?
Julieta Díaz: -Festejo que hayan aparecido las plataformas, porque significan una gran cantidad de trabajo, pero estrenar en salas es respetar la mística del cine, algo que siempre hay que cuidar. Hay que estar muy atentos a no perder ese espacio. También tenemos que cuidar el INCAA, estar atentos a eso. Asfixiados es una película grande, tiene mucha espalda, pero necesita lo mismo que todas, que la gente vaya a verla durante la primera semana para cumplir con la media de público para seguir en cartel.
Leonardo Sbaraglia: -En España me contaron una anécdota muy buena. Alguien dijo que su hijo, en su casa, había visto Jurasic Park más de diez veces, pero cuando pudo verla en el cine no la terminó, se fue antes del final, porque le dio miedo. Hay algo de la experiencia cinematográfica que es mucho más completa en las salas.
-En pocos días se estrena la segunda temporada de ATAV, la tira de Polka.
Julieta Diaz: -Participo en tres capítulos.
-Mi pregunta apunta a reflexionar en torno a la tragedia actual con respecto a la ficción nacional. Seguramente, desde 1951, año en el que se estrenó la televisión en el país, jamás sucedió la ausencia total de la producción local del género.
Julieta Díaz: -Se debería arriesgar más, no es posible que no haya novelas argentinas y se pongan en el aire una cantidad importante de tiras extranjeras.
-Que miden muy bien, con lo cual es un negocio importante para los canales que las emiten, ya que es menos oneroso comprar una lata terminada que ponerse a producir.
Leonardo Sbaraglia: -Habría que ver cómo funciona la ley de protección o de pantalla. Si ponés al aire cinco novelas turcas, deberías tener la obligación de producir algo propio.
Julieta Díaz: -Los actores y las actrices siempre vamos a defender ese espacio.
En pocos días, Julieta Díaz rodará junto a Carla Peterson una película para Netflix y luego vendrá una serie, aún en proceso de preproducción. Además, en mayo, sacará su primer LP con diez temas junto a Diego Presa. Leonardo Sbaraglia espera el estreno de seis materiales ya rodados en España, México y Argentina, entre ellos una participación en la serie española Elite. Y, en junio, para Amazon Prime Video, se pondrá en la piel de Carlos Saúl Menem en una ficción que abordará la figura del expresidente argentino.
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