Maby Wells: “Internet es la máscara de los cobardes”
La conductora de Vivo en Argentina asegura que Sergio Goycochea es como su hermano. También nos contó sobre su incursión en el mundo de los chimentos y cómo se lleva con las mentiras que circulan sobre ella en la red
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PARA LA NACIONMariano D'Andrea
Saltó definitivamente a la fama en los 90, como co-conductora de Sorpresa y media, y desde ese momento no dejó de trabajar. Ahora, Maby Wells conduce junto a Sergio Goycochea Vivo en Argentina, por la pantalla de la TV Pública, pero supo pasear también su pequeña figura y su voz por noticieros, programas de concursos, magazines y este año hasta se animó a coquetear con los chimentos. Polifacética, dueña de una simpatía que supo convertir en sello, le aseguró a Personajes.tv que su vida privada es muy aburrida para los medios. "Tengo un solo marido, una hija, siempre tuve de a un novio", resume. Sin embargo, asegura que aún así, muchas veces se indigna sobre las cosas que se dicen sobre ella.
-Apenas te recibiste de locutora, uno de tus primeros trabajos fue en FM Tango. Es difícil imaginarte en un trabajo que puede resultar acartonado. ¿Cómo viviste esa experiencia?
-Es que, por suerte, no tenía un formato muy "serio", porque lo que buscaban era que fuera una radio de tango, pero completamente distinta a las demás. Aprendí a pasos agigantados y con la ayuda de mis compañeros, porque la verdad que de tango no sabía mucho. Y a partir de ahí, empecé a amarlo, porque empecé a prestarle atención a letras que eran geniales.
-Si uno repasa tu recorrido queda en claro que sos una mujer que no le teme a los desafíos. De ahí pasaste a conducir un noticiero…
-Antes pasé por Pop, una radio de Mitre dedicada a la música más juvenil y por por Aspen, que estaba dirigida a un público más adulto. Después empecé en la tele, en un noticiero de cable. En pocos años, pasé por todos los públicos que te puedas imaginar.
-¿Y cómo fue tu desembarco en la tele?
-Se dio medio de casualidad, no tenía pensado hacer televisión. Yo trabajaba en ese momento en Aspen, que funcionaba en el mismo edificio de CVN. Para ir al baño, tenía que pasar por la escenografía del canal que era como una gran redacción. Leo Flores, uno de los productores, cada vez que me veía pasar, me decía que tenía que hacer cámara. Yo le decía que no, que era muy tímida, que no era para mí; pero un día me obligaron a hacer un casting y me dijeron: "Bueno, el lunes vas a presentar algunas noticias".
"Al principio, ni yo daba dos mangos por mí, pero fui aprendiendo".
-¿Recordás cuáles fueron?
-Las primeras, eran de color. Hacía también el pronóstico del tiempo y a medida que vieron que podía funcionar me fueron dando un poco más. No fue de la noche a la mañana; al sentirme más segura fui pidiendo más responsabilidades y creciendo. Llegué a hacer entrevistas a políticos y a tratar temas más serios. La verdad es que al principio, ni yo daba dos mangos por mí, pero fui aprendiendo.
-¿Sentís que a partir de Sorpresa y media empezaste a mostrar una Maby más cercana a la que sos cotidianamente?
-Sí, totalmente. A partir ahí empecé a ser yo y empezaron a contratarme por como soy y no por ser locutora. En un noticiero tenés que guardar ciertas formas, tenés que estar muy compuestita, prolijita, peinada. Y en Sorpresa... me permití y me permitieron hacer millones de cosas, "meter la pata", reírme, caerme, pasos de comedia con Los Prepu, jorobar con Julián (Weich). Esa era más yo. Y ahora también, con Goyco, soy yo.
-También trabajaste con Juan Alberto Badía en Estudio País. ¿Cómo recordás esa experiencia?
-Lo recuerdo con mucho amor y con felicidad. Soy una privilegiada por haber sido elegida por él. Fue un muy buen compañero, con el cual aprendí muchísimas cosas de la vida, por una cuestión de edad, y de trabajo, por una cuestión de experiencia.
-¿Cuando te presentan un proyecto, te importa quién va a ser tu compañero?
-No. Me interesa más la idea y de qué se va a tratar el programa. Cuando sos la primera convocada no sabés quiénes te van a terminar acompañando. En Vivo en Argentina, por ejemplo, fui la última. Me dijeron: "Vas a estar con Goyco", y me pareció genial.
-¿Ya se conocían?
-Socialmente. Nunca habíamos trabajado juntos, pero desde el minuto cero fue como un hermano.
-¿Y qué es lo que más disfrutás del programa?
-La buena onda y la energía que se generó desde el primer momento con todo el equipo. Todos proponemos cosas y somos escuchados. La TV Pública te da la posibilidad de trabajar muy cómodo y muy tranquilo. Te permite probar cosas y "aguantarlas", porque hay algunas que evidentemente no funcionan ni acá ni en la China, pero hay otras que funcionarían si les dieran un poco más de tiempo. En otros canales, por el bendito rating, no las dejan madurar. Acá podés trabajar más tranquilo sin perder calidad, y esa ecuación está buena.
-Este último tiempo estuviste como invitada a varios programas de chimentos, e incluso se llegó a decir que podrías formar parte del programa de Marcelo Polino. ¿Qué hubo de cierto en eso?
-(Risas) No sé qué pasó. La verdad es que me llamaron de Ponele la firma para que vaya como invitada. Polino me cae muy bien, y además el tema que íbamos a tratar me parecía súper interesante; como ese tema al final no se pudo tratar me dijeron si quería volver y volví. Cuando llegué a mi casa me empezaron a llamar para preguntarme si iba a incorporarme al programa. La verdad es que me invitaron dos veces amablemente y fui, pero ni del lado de Polino ni del mío existió la intención de que me incorporara.
-¿Y hubieses aceptado?
-Si se hubiese dado, hubiese sido divertido. Evidentemente, si lo pusieron como noticia es porque soy un bicho raro en ese tipo de programas. La verdad es que fue todo muy gracioso.
-¿Vos consumís ese tipo de programas?
-Los veo, soy televidente, y algunos me divierten mucho. Algunas veces me parecen hasta bizarros, pero me parece genial como Polino, por ejemplo, lleva adelante el programa.
¡Mi vida no es muy atractiva mediáticamente! (...) ¡Para la prensa soy muy aburrida!
-¿Y te pasó alguna vez que hayas sido protagonista de un chimento que no fuera cierto?
-¡Todo el tiempo! Internet se convirtió en la máscara de los cobardes. Uno se lo tiene que bancar porque no queda otra, pero hay días que te levantás de mal humor y querés insultar a medio mundo.
-Sos bastante cuidadosa con tu vida privada. ¿Eso es algo planeado o se dio naturalmente?
-¡Es que mi vida no es muy atractiva mediáticamente! Tengo un solo marido, una hija, siempre tuve de a un novio, me llevo bien con la gente con la que laburo... ¡Para la prensa soy muy aburrida! Igual siempre se puede inventar: he leído que estuve en determinado lugar al que nunca fui y además me peleé con alguien. No es algo personal conmigo, sino que lo hacen con cualquiera que sale en televisión. Además, uno siempre tiene que tener en claro que no le puede gustar a todo el mundo.
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