James Blunt en el Luna Park: con la energía y la magia intacta
“Buenos Aires, estuvimos de gira por todo el mundo para volver al Luna Park y tocar ante el mejor público del mundo. Quiero escuchar sus dulces voces y ver sus sonrisas”. Así arrancó anoche James Blunt su tercera presentación en la Argentina, en medio de la gira mundial The Afterlove World Tour.
El artista inglés, conocido mundialmente por su éxito “You´re beautiful”, ya había estado en el país en 2008 como telonero de Elton John, en 2012 y hace tres años. Con disco nuevo bajo el brazo y recién llegado desde Uruguay, donde festejó en familia los 44 años, anoche dio una performance efectiva y contundente de 90 minutos. Tocó baladas románticas, canciones pop y sumó gran parte del nuevo álbum, The Afterlove (2017), ante más de cinco mil personas.
Después de un comienzo que mezcló temas de discos anteriores, Blunt eligió “Time of Our Lives”, una canción acerca del día de su reciente boda, como puntapié de la sección de baladas, entre los que estuvieron “Heartbeat” y los clásicos “Goodbye my lover” y “High”, de su primer disco Back to Bedlam, que ya tiene trece años.
Cada canción tuvo su acompañamiento visual con proyecciones, a modo de videoclip, que respondían al clima y a la letra. Paisajes urbanos y rurales, vistos desde un tren en movimiento, historias de amores jóvenes retratados sobre un firmamento lleno de estrellas y efectos de colores caleidoscópicos fueron los recursos más utilizados para acompañar a un Blunt enérgico, de buen humor, que invitaba a su público a pararse o sentarse de acuerdo a la temperatura de cada tema.
“Recién vuelvo de girar por todo Estados Unidos y le dediqué este tema a Donald Trump, pero no se lo cuenten a los estadounidenses”, dijo Blunt quien, en cada interacción, siempre buscaba la complicidad. El ex soldado participó de la guerra en Kosovo como parte de la Real Fuerza Aérea Británica y decidió abandonar el servicio - y el mandato familiar- para dedicarse a la música. En “Someone Singing Along” cantó: Alguien va a construir un muro / Para después aplastarlo con una bala de cañón/ Alguien que, de alguna manera, tiene un arma/ Te dirá a quién puedes y no puedes amar. No importa cuándo suene, la canción parece cobrar sentido con los trágicos tiroteos que suceden continuamente en el país del norte.
Para cambiar el tono de la noche y presentar su segmento pop, intercaló en “Postcards” el ukelele, que dijo ser “su guitarra preferida”, con su Gibson J 45, arma de predilección, y con una Fender Highway One Telecaster. Eligió seguir con otro de sus nuevos temas, “Bartender”, con sonidos actuales de EDM, al mejor estilo Major Lazer, y “Make me Better”, co escrita con el músico y amigo Ed Sheeran, que también puso su voz en “Lose My Number”. Otro de los momentos más cálidos, y en el cierre de la noche, fue al interpretar el hit radial “OK”, que produjo el alemán Robin Schulz y Blunt le añadió su voz.
Antes de seguir su camino por Brasil, Córdoba (donde se presentará pasado mañana, en el teatro Quality, con localidades casi agotadas) y Chile, dejó una buena munición para los bises. “Quiero que todos saquen sus celulares y prendan las linternas para mí. Ustedes serán mi luz”, dijo, antes de arrancar con la nueva balada “Don´t Give Me Those Eyes”, bajo una constelación de luces led. “Stay The Night”, el corte inicial y más conocido de su disco anterior, Some Kind of Trouble, fue el tema que eligió para cortar con la dulzura y funcionar como enganche de “1973”, que corearon más de 5000 personas en el Luna Park.
En un show cálido y potente que tuvo una gran participación de los locales, es lógico que James Blunt eligiera volver al país para tocar frente a una audiencia que cantó y disfrutó, de principio a fin, desde sus clásicos hasta el nuevo material.
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