Ben Affleck: romances de alto perfil, remordimientos y el amor que lo ayudó a superar sus adicciones
Sin dudas, es uno de los actores más apuestos de Hollywood. Protagonista de éxitos como Armageddon, Pearl Harbor y Argo, Ben Affleck no sólo es reconocido por sus grandes créditos cinematográficos sino también por su gran fama de "Don Juan". Es que su famoso historial amoroso incluye nombres de la talla de Gwyneth Paltrow, Jennifer Lopez y Jennifer Garner, con quien pasó por el altar y tuvo tres hijos.
Sin embargo, los continuos rumores de infidelidad, el asedio de la prensa y sus problemas con el alcohol-que lo obligaron a entrar en rehabilitación en más de una oportunidad- no sólo lo llevaron a fracasar en el amor sino también laboralmente; exiliándolo por un tiempo de las grandes ligas de Hollywood.
Sus ganas de curarse y volver a recuperar su vida siempre estuvieron presentes después de cada recaída. De hecho, en el último año se lo vio muy equilibrado, sonriente y con muchos proyectos en marcha (se calzará nuevamente el traje de Batman en The Flash y dirigirá dos films propios) gracias a la ayuda de una nueva mujer que se cruzó en su camino: Ana de Armas, una actriz que supo ganarse su lugar no sólo en la meca del cine sino también en su corazón.
A pesar de que a fines de noviembre comenzaron a sonar fuerte los rumores de compromiso, gracias a unas fotos en donde se los veía muy apasionados y a ella luciendo un gran anillo, en las últimas horas la noticia de que el amor se habría terminado volvió a ocupar la primera plana de las revistas del corazón. Al parecer, los viajes, la distancia y la problemática vida del actor volvieron a jugarle en contra.
El "don Juan" Hollywoodense
Si bien tuvo un sinfín de romances a lo largo de su vida, hasta el día de hoy se le conocen cinco parejas oficiales; curiosamente, todas pertenecen al mundo del espectáculo. Su primera novia mediática fue Gwyneth Paltrow, a quien conoció durante una cena benéfica infantil a fines de 1997. La actriz, que acababa de separarse de Brad Pitt, era su nueva compañera en Shakespeare enamorado y el romance duró lo mismo que el rodaje. Para ella, Ben no solo era un hombre guapo, sino "inteligente, encantador, talentoso" y con un gran sentido del humor.
Sin embargo, la relación no tuvo un final feliz. Ya para cuando ella ganó el Oscar a mejor actriz en 1999, el vínculo se había enfriado. Cada uno llegó por su lado a la ceremonia; él pasó por la alfombra roja acompañado de su socio y amigo Matt Damon, mientras ella estuvo acompañada por su madre. Y si bien tiempo después la chispa volvió a encenderse durante el rodaje de Un vuelco del corazón (2000), la relación tampoco prosperó y el propio actor quien decidió poner un punto final, ya que no estaba en condiciones de tener una novia formal.
Será por este motivo que Paltrow siempre fue bastante filosa al hablar del romance que los unió. Mientras que en una entrevista con Good Morning America, Ben dijo que el hombre perfecto de Gwyneth probablemente sería alguien como su padre, ella le devolvió la gentileza diciendo que la mujer ideal del actor era "cualquier tipo de stripper o cualquier persona que sirva cerveza fría en bikini".
Años después, la actriz reveló los verdaderos motivos de la ruptura: "Ben hace que la vida sea difícil para él. Tiene muchas complicaciones, aunque realmente es un gran tipo. Así que espero que pueda resolver sus problemas. (...) Creo que tenemos un tipo de sistema de valores muy diferente", expresó dando cuenta de sus diferencias.
Cuatro años más tarde, el galán volvió a sorprender con el nombre de su nueva conquista. Esta vez, la que se había robado su corazón era la actriz y cantante Jennifer Lopez. La dupla se conoció en el rodaje de Amor espinado y el flechazo fue instantáneo. El boom generado por la popularidad de ambos hizo que la pareja se convierta en el objetivo del lente de los paparazzis y que sea apodada "Bennifer", término derivado de la combinación de los dos nombres. El video de la canción "Jenny from the Block" en el que Affleck hizo una participación especial también arrancó más de un suspiro.
En 2002, mientras López esperaba que saliera el divorcio de su exmarido, el bailarín Cris Judd, los tortolitos se comprometieron y a pesar de que sus planes de matrimonio eran fuertes, el asedio mediático terminó hastiando una vez más a Ben. "No estaba en control de mi vida. Creí que quería ciertas cosas, pero lo cierto es que no, me sentía perdido, sofocado, miserable y asqueado", comentó a posteriori, culpando a la prensa por el final de su historia de amor.
Sin embargo, la compositora de On the Floor dio una versión diferente al dejar entrever que todo se terminó debido a los continuos rumores de infidelidad por parte del actor. "Sentí que había perdido todo. Me cuestioné por qué debía seguir en la industria, mi relación se destruyó delante de todo el mundo y me costó volver a pararme", declaró tras recordar su ruptura.
A pesar de todo, la expareja no guarda rencores y actualmente mantiene un vínculo de amistad."Es una persona muy verdadera, me mantengo en contacto con ella periódicamente y siento un enorme respeto", expresó el actor al tiempo que frecuentemente elogia cada uno de sus trabajos. De hecho, advirtió que tanto ella como su actual esposo, Marc Anthony, lo ayudaron con un plan para perder peso en una de sus últimas rehabilitaciones.
¡Sí, quiero!
Inmediatamente, Affleck volvió a apostar al amor con la actriz y productora norteamericana Jennifer Garner. Ambos se conocieron durante la grabación de la película Pearl Harbor y luego volvieron a actuar juntos en Daredevil: El hombre sin miedo. Y aunque en ese momento ella estaba casada y él comprometido, la química entre los dos fue imposible de ocultar. Después de un año de noviazgo, que lograron mantener lejos del ojo público, los actores se casaron en 2005 en una ceremonia íntima en las Islas Turcas y Caicos.
Una vez que nació Violet, la primera hija del matrimonio, Jennifer relegó un poco su carrera para dedicarse a ser madre y ama de casa. "Creo que en este punto de mi vida no tengo una gran ambición que cumplir. Amo lo que hago y me gustaría hacerlo más seguido, pero siento que no es el momento", confesaba justificando las razones de su ausencia en la pantalla.
Con la llegada de Seraphina y Samuel, la familia y mantener el perfil bajo pasaron a ser la prioridad del matrimonio. De hecho, una de las cosas que decidieron al momento de casarse fue preservar la exposición, especialmente de sus hijos. "Ben no es solo mi esposo, él me ayuda en todo lo que hago, es la base de mi vida. Es un hombre generoso y amoroso, un excelente padre", afirmaba Garner ante la prensa. Por su parte, Affleck aseguraba estar completamente enamorado y agradecía por tener la mejor familia.
Sin dudas, eran una de las parejas más envidiadas de la farándula de Hollywood. Bellos, exitosos y con miles de proyectos en carpeta, tenían un futuro muy prometedor. Hasta que las adicciones de Ben hicieron que todo lo que parecía duradero, comenzara a tambalear. Fue así como 10 años después de dar el sí, el matrimonio se separó. Si bien en un principio los rumores de infidelidad con la niñera de sus hijos sonaron fuerte, la actriz salió a desmentir esta información como la principal razón, argumentando que ya llevaban un tiempo alejados.
Lo cierto es que durante algunos años, las idas y vueltas entre esta pareja fueron moneda corriente. Las reiteradas salidas o planes en familia desconcertaban a los fotógrafos, que se cansaban de retratarlos juntos. Finalmente en marzo de 2017, las sospechas se confirmaron y la pareja decidió darse una nueva oportunidad. Según la revista People, fue Garner la que decidió cancelar el divorcio e intentar recomponer su relación con Affleck. "Siempre hay una posibilidad de reconciliación, ambos se aman mucho y aman a sus hijos, y esos niños adoran a sus padres", aseguró una fuente allegada a los actores.
Pero, a pesar de sus esfuerzos por recomponer la familia, la crisis fue más fuerte y nuevamente las noticias de ruptura invadieron la primera plana de todos los diarios. El divorcio esta vez era definitivo, aunque se haría en los mejores términos. "Las personas con comportamiento compulsivo tienen molestias básicas todo el tiempo que intentan hacer desaparecer. Buscás sentirte mejor comiendo, bebiendo, teniendo relaciones sexuales, apostando o comprando. Pero eso termina empeorando tu vida. Se convierte en un círculo vicioso que no sabés cómo romper", confesaba el protagonista de Perdida mientras aseguraba que su divorcio era el mayor arrepentimiento de su vida.
Y lejos de deslindar responsabilidades, enseguida admitió la injerencia que tuvieron sus adicciones en su fracaso amoroso:"Bebí de manera relativamente normal durante mucho tiempo. Lo que sucedió fue que comencé a beber más y más cuando mi matrimonio se estaba desmoronando. Esto fue en 2015, 2016 y, por supuesto, creó más problemas matrimoniales y terminó de destruirnos".
A pesar de todo lo vivido, ambos siempre demostraron el cariño y respeto mutuo que se tienen y la necesidad de mantener una relación sana y cordial por sus hijos. De hecho, Jennifer ha sido clave en la recuperación de Ben, siendo ella misma quien lo contuvo en cada recaída. Durante una entrevista con Today, el actor la definió como una "madre excelente" y admitió que todo hubiera sido un desastre sin ella. Cuando el periodista le preguntó si aún amaba su ex, Affleck respondió sin titubear: "Por supuesto, ella es maravillosa. Alguien que es la madre de tus hijos, va a ser la persona más importante y central en tu vida, y eso es bueno."
Entre recaídas y amores furtivos
Mientras se hacía efectivo el divorcio (que tardó alrededor de tres años), Affleck mantuvo algunos romances furtivos al tiempo que lidiaba con sus demonios internos. A su relación formal con Lindsay Shookus (la productora del programa de televisión estadounidense Saturday Night Live) le siguió un affaire con la modelo de Playboy, Shauna Sexton pero ninguna llegó a buen puerto. Al desamor hubo que agregarle otro condimento: su tercer ingreso a un centro de rehabilitación para tratar sus adicciones en 2018. Curiosamente fue Garner quién, una vez más, lo acompaño en este difícil proceso.
"Cuarenta días en un centro para adictos y sigo como paciente ambulatorio", escribió en una carta pública en la que admitía estar nuevamente bajo tratamiento contra su adicción al alcohol. La primera vez que estuvo internado en un centro de rehabilitación fue en 2001. Sin embargo, no fue hasta 2017 que el artista decidió hablar abiertamente de su problema. "Acabo de completar un tratamiento para mi adicción al alcohol, algo con lo que lidié en el pasado y tendré que seguir enfrentando", confesaba en su cuenta de Facebook por primera vez. Y lejos de volver a esconderse, el actor abrió su corazón: "Quiero vivir mi vida a pleno y ser el mejor padre que pueda ser. Quiero que mis hijos sepan que no hay que sentir vergüenza por recibir ayuda cuando la necesitás, y que puedan ser una fuente de fortaleza para cualquiera que necesite ayuda pero sienta miedo de dar el primer paso. Soy afortunado de tener el amor de mi familia y amigos, incluyendo a mi compañera Jen, quien me ha apoyado y cuidado de nuestros hijos mientras yo me recuperaba. Este fue el primero de muchos pasos que tendré que tomar para recuperarme positivamente".
Los meses pasaron y su mal aspecto, su sobrepeso y su enfrentamiento con la prensa eran indicios de que su tercera internación estaba a la vuelta de la esquina. Finalmente, el 22 de agosto de 2018 su ex mujer pasó a buscarlo por su casa y lo llevó hasta la clínica, donde estuvo durante todo el mes de septiembre.
Convencido de la necesidad de recuperarse, por primera vez reconoció sus antecedentes familiares como disparadores de su enfermedad. "A medida que avanzan los años, reconozco cada vez más que mi papá (también adicto al alcohol) hizo lo mejor que pudo. Hubo mucho alcoholismo y enfermedades mentales en mi familia. A veces el legado familiar puede ser poderoso: mi hermano menor se recuperó también del alcoholismo; mi abuela paterna se suicidó cuando tenía 46 años, mi tío también se quitó la vida con una escopeta, y mi tía era adicta a la heroína", sentenció el actor.
"Combatir cualquier adicción es una lucha difícil y de por vida. Por eso, uno nunca está realmente dentro o fuera del tratamiento. Es un compromiso a tiempo completo. Estoy luchando por mí y mi familia", advirtió dando cuenta de sus constantes recaídas, muchas de las cuales fueron retratadas por los paparazzis en la vía pública.
"La recaída es obviamente muy vergonzosa. Desearía que no sucediera, realmente desearía que mis hijos no vieran esas cosas en Internet (…). Realmente no me molesta hablar sobre el alcoholismo y ser un alcohólico. Es parte de mi vida. Es algo con lo que trato a diario. No tiene que ser mi identidad completa, pero es algo en lo que sabés que tenés que trabajar. Tuve un problema y realmente quiero abordarlo, me enorgullezco por ello.... Todos tenemos problemas, y lo que hay que hacer es lidiar con ellos", aclaró quien casi pierde su protagónico en The Way Back, un film en el que curiosamente interpreta a un hombre en busca de la redención después de dilapidar su fama en la juventud.
Volver a empezar
Entró y salió de rehabilitación, ganó y perdió peso, se alejó de la actuación y tuvo algunos trabajos errantes. Sin embargo, y casi sin esperarlo, de repente se topo con alguien que le devolvería la vitalidad y lo haría recuperar la sonrisa. Sin dudas, Ana de Armas, la célebre protagonista de Entre navajas y secretos, llegó para cambiarlo todo. Y si bien el presente de Ben Affleck poco parecía tener que ver con la energía de esta cubana-española con ganas de comerse el mundo, las imágenes de unas vacaciones en La Habana y luego, en las playas de Costa Rica terminaron por confirmar que había "algo más" que una simple amistad.
La pareja se enamoró a fines de 2019 en el set de Deep Water (film en el que interpretaron a un matrimonio en problemas) y su relación comenzó a crecer a pasos agigantados. No sólo aprovecharon los meses de confinamiento para convivir bajo el mismo techo sino que hasta participaron juntos en el video de Residente "Antes que acabe el mundo", besándose.
Poco a poco, él fue involucrándola en todos los aspectos de su vida y, según el entorno de la pareja, su madre Christine, su exmujer Jennifer y sus tres hijos la adoraron desde el primer minuto. Y si bien ellos nunca hablaron abiertamente de su relación, las caminatas con sus perros o los paseos con cafecito incluido por las calles de Los Ángeles se convirtieron en el blanco de los fotógrafos que día a día intentaban conocer algo más de la intimidad de esta pareja. De hecho, en los últimos meses algunas de esas capturas hicieron sospechar de compromiso o planes de boda (los collares con corazones rotos, como también un hermoso anillo de compromiso que lucía ella se convirtieron en claras señales) a la vista.
De Armas parecía la indicada para encarrilar la vida del acto, pero en las últimas horas las versiones de ruptura resurgieron. Según la revista People, el amor habría llegado a su fin y ambos estarían listos para seguir sus vidas por separado. "Ben ya no está saliendo con Ana. Ella rompió con él. Su relación era complicada. Ana no quiere estar en Los Ángeles y Ben obviamente tiene que hacerlo, ya que sus hijos viven allí", sostuvo una fuente cercana a la expareja.
Tras aclarar que la separación se dio en buenos términos, agregó: "Esto fue algo mutuo y se desarrolló en términos amigables. Están en diferentes momentos de sus vidas y hay un profundo amor y respeto de ambos. Ben sigue queriendo trabajar en sí mismo. Tiene tres trabajos acordados y es un gran padre de hogar. Están los dos felices con cómo se encuentran hoy en sus vidas".
Si bien por el momento ellos no confirmaron ni desmintieron nada, lo cierto es que ya no se los ve juntos por las calles de Los Ángeles y el actor está muy concentrado en su año laboral. Además de volver a calzarse el traje de superhéroe, el galán se pondrá detrás de la cámara para dirigir una adaptación de Keeper of the Lost Cities (basada en la novela de Shannon Messenger), The Big Goodbye (una película sobre cómo se hizo la mítica Chinatown, de 1974) y está en conversaciones para protagonizar una película de George Clooney. Quizá, entre toma y toma, Affleck vuelva a encontrar el amor.
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