Abanderada de una alimentación sana, agasajó a los trabajadores del INTA y del programa ProHuerta junto a su hija Antonia
Desde que Mauricio Macri y Juliana Awada se instalaron en la Quinta de Olivos, en febrero pasado, hubo cambios en la residencia y el parque, casi todos “comandados” por la primera dama. Uno de los pedidos específicos de Juliana fue el armado de una huerta. “Yo tenía en mi casa una pequeñísima y quise replicar eso en Olivos, no sólo para nosotros, sino para los empleados y todos los que vinieran a la Quinta”, explicó el viernes 4, cuando agasajó con un almuerzo a los trabajadores del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) y el programa social ProHuerta –creado en 1990 con el propósito de que los sectores más vulnerables tuviesen acceso a una alimentación adecuada produciendo sus propios alimentos– que se encargaron de esta misión. “Quería agradecer el trabajo que realizaron”, confió Juliana, que estuvo acompañada en todo momento por Antonia (5), su hija menor.
Durante el recorrido, la primera dama cosechó algunos de los alimentos que, después, disfrutaron en el almuerzo y declaró: “Creo que es muy importante poder cultivar, aunque sea en el balcón, para poder conectarnos con la naturaleza, y tener mayor conciencia de lo que comemos”. Y agregó: “Lo que llega a mi casa no es sólo lo que cosechan, es amor. Todos los que trabajan lo hacen con entrega y dedicación”.
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